Se entiende por sordera o hipoacusia la pérdida de agudeza auditiva. Se trata de un síntoma que supone una gran afectación en la esfera social, fundamentalmente en época escolar, por verse afectada la capacidad del desarrollo del lenguaje; y en la edad anciana, por el riesgo de aislamiento del paciente.
Conociendo la vía auditiva, es posible identificar las distintas posibilidades de sordera.
Como repaso anatómico previo, hay que distinguir varias partes del oído.
• Oído externo: Pabellón auditivo (oreja) y conducto auditivo externo. Oído externo y oído medio se separan entre sí por la membrana del tímpano.
• Oído medio: Caja timpánica y mastoides. Dentro de la caja podemos identificar, como estructura importante en la audición, la cadena de huesecillos, formada por martillo, yunque y estribo.
• Oído interno: Con la cóclea o caracol como estructura auditiva de oído interno, y el conducto auditivo interno, por donde el nervio coclear accede a la vía auditiva, en sus distintas estaciones hasta llegar al cerebro.
Órgano de Corti
En la audición normal, el sonido viaja a través del pabellón auditivo, que ayuda en la orientación espacial de dicho sonido, hacia el tímpano a través del conducto auditivo externo.
Posteriormente hace vibrar la membrana timpánica y la cadena de huesecillos.
El último de los huesecillos, el estribo, actúa como un pistón sobre la estructura en la que se apoya, que es la ventana oval en la entrada al caracol.
Este efecto produce una serie de cambios en el líquido que discurre por dentro de este caracol, de modo que se produce una excitación del verdadero órgano de la audición, el órgano de Corti (estructura que está dentro del caracol).
El órgano de Corti, después de su excitación, trasforma el estímulo sonoro (mecánico) en estímulo eléctrico, que viajará a través del nervio auditivo hasta el cerebro, pasando por varias estaciones antes.
Tres tipos de hipoacusia
Entendiendo esto entonces, se pueden discriminar tres tipos fundamentales de hipoacusia según el lugar de la lesión:
• Hipoacusia de transmisión. En este caso, el fallo se localiza en la conducción del sonido desde el conducto auditivo externo hasta la ventana oval (entrada al caracol). Se podrían incluir aquí los tapones de cerumen, las perforaciones en la membrana timpánica, la otitis media en cualquiera de sus variantes o cualquier afección sobre la cadena de huesecillos.
• Hipoacusia neurosensorial. En este caso, el origen de la sordera se localiza en el caracol, o en la vía auditiva hasta el cerebro. Ejemplos son la presbiacusia, las lesiones en el nervio coclear, lesiones por ruido o ictus en el área del cerebro encargada de la audición.
• Hipoacusia mixta. Combina problemas en la conducción del sonido, y en la vía auditiva a partir del caracol. La otosclerosis es un ejemplo típico, donde el estribo se fija a la superficie sobre la que asienta, impidiendo la transmisión normal del sonido. Por otro lado, además, existe un fenómeno de formación de hueso anómalo alrededor del caracol, que aporta la pérdida neurosensorial.
Según el grado de la pérdida auditiva
• Audición normal: Se considera audición normal al nivel de audición que se sitúa entre 0 y 20 dbs.
• Hipoacusia leve: incluye pérdidas auditivas de entre 20 y 40 dbs. Se presentan dificultades en conversaciones en ambientes ruidosos.
• Hipoacusia moderada o media: se refiere a una pérdida auditiva de entre 40 y 70 dbs. Se presentan dificultades en conversaciones normales, incluso en ambientes tranquilos.
• Hipoacusia severa: pérdida auditiva entre los 70 y 90 dbs. Sólo se perciben voces fuertes emitidas a distancias cercanas.
• Hipoacusia profunda: la pérdida de audición supera los 90 dbs. Únicamente se pueden llegar a escuchar ruidos ambientales muy fuertes y la pérdida de escuchar la palabra hablada es total.
Según las distintas causas de pérdida de audición
• Hipoacusia genética: las lesiones hereditarias pueden presentarse de manera prenatal, al nacer o más tarde tanto en la niñez como en la vida adulta.
• Hipoacusia no genética o adquirida: este tipo de lesiones también puede presentarse de manera prenatal, perinatal o post natal.
Según el lado afecto
La hipoacusia puede ser unilateral o bilateral, dependiendo de si afecta a un oído o ambos y bilateral simétrica o asimétrica, según se presente en ambos oídos en el mismo grado o sea distinta en cada uno.
Según el momento de aparición
• Prelingual: cuando aparece entre los 0 y los 2 años, cuando aún no se ha desarrollado el lenguaje.
• Perlingual: entre los 2 y 5 años.
• Postlingual: cuando ya existe un lenguaje consolidado.
Según asociación con otros síntomas
• Sindrómica: en aquellos casos en que está combinada con otras anormalidades (cardiacas, renales, hepáticas, óseas…)
• No sindrómica: solo aparece la hipoacusia.
La correcta discriminación y tratamiento dependen del médico otorrinolaringólogo, que, mediante exploración y pruebas complementarias, es capaz de identificar el problema, localizar su origen, valorar la gravedad de la pérdida y ofrecer un tratamiento médico, quirúrgico o audioprotésico.
En general podemos decir que las hipoacusias de transmisión se van a poder tratar mediante un tratamiento médico o quirúrgico; las hipoacusias neurosensoriales van a necesitar tratamiento mediante audífonos o implantes cocleares.