Tiroides. Función y enfermedades más comunes


Vanesa Antoñana Sáenz y Edurne Bidegain Garbala. FEA Medicina Interna. Hospital Universitario de Navarra

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El tiroides es una glándula endocrina en forma de mariposa que se encuentra en la zona anterior del cuello. En condiciones normales, no se puede ver ni apenas percibir. Si aumenta de tamaño, llamado bocio, se palpa como un bulto por debajo o a los lados de la nuez de Adán. Su función es producir y almacenar hormonas tiroideas que se encargan de regular funciones esenciales de nuestro organismo: velocidad con la que se queman calorías, frecuencia cardíaca, crecimiento, mantenimiento de la piel y temperatura corporal, fertilidad y digestión.

¿Qué son las hormonas tiroideas? ¿Cómo se regulan?

La principal hormona es la tiroxina (T4) cuya formación está regulada por otra hormona; la hormona estimulante de la tiroides (TSH) o tirotropina. Esta hormona es secretada por la hipófisis, también llamada glándula pituitaria. La hipófisis retarda o acelera la liberación de TSH, dependiendo de si aumenta o disminuye la concentración de hormonas tiroideas que circulan en la sangre: cuando la secreción de hormona tiroidea T4 disminuye, se estimula compensatoriamente la secreción de TSH y viceversa. La TSH a su vez está controlada por la secreción de otra hormona (TRH) desde el hipotálamo.
El yodo es un oligoelemento necesario para la producción de hormona tiroidea. El cuerpo no produce yodo, por lo que es un componente esencial de su dieta. Una dieta equilibrada con alimentos no muy elaborados y que incluya frutas y hortalizas debería asegurar una cantidad suficiente de yodo para mantener una tiroides sana. Las recomendaciones específicas dependen de la edad, el sexo y otros factores. Las mujeres embarazadas y con lactancia necesitan cantidades mayores:

EDADES: NECESIDADES (µg)
• Niños 0-59 meses: 90
• Escolares 6-12 años: 120
• Adultos mayor 12 años: 150
• Mujeres gestantes y lactantes: 200

¿Qué enfermedades están relacionadas con esta glándula?

Un exceso o cantidad insuficiente de T4 y TSH en sangre puede indicar una enfermedad de la tiroides. Las enfermedades tiroideas son entre cinco y ocho veces más frecuentes en mujeres que en hombres y aumentan con la edad.
Por lo general, las enfermedades más frecuentes de la glándula tiroides se dividen entre las que alteran su morfología/estructura (bocio, nódulos, atrofia,.. ) o su función (hipo o hipersecreción hormonal). La concentración sanguínea de la hormona estimuladora del tiroides (TSH) es el mejor indicador del funcionamiento de la glándula tiroides. Si la TSH en sangre se elevada, significa que la glándula es hipoactiva (hipotiroidismo) y son bajas cuando es hiperactiva (hipertiroidismo).

HIPOTIROIDISMO: Se produce como consecuencia de un déficit de secreción de hormonas tiroideas lo que conlleva un enlentecimiento metabólico apareciendo síntomas como cansancio, disminución de memoria y capacidad de concentración, apatía, depresión, somnolencia, intolerancia al frío, aumento del peso corporal, menor frecuencia cardíaca y alteraciones de la piel, pelo, uñas. Su causa principal, en áreas de aporte de yodo suficiente, es la enfermedad de Hashimoto, en la cual se produce una infiltración y destrucción del tejido tiroideo por células y auto-anticuerpos (anti-TPO) que atacan las células tiroideas. Otras causas menos frecuentes son el déficit de yodo, tratamientos con yodo radioactivo, tratamientos para combatir ciertos tipos de cáncer, la extirpación de la tiroides, … etc. Se diagnostica mediante una analítica de sangre y se trata mediante tratamiento sustitutivo hormonal oral (levotiroxina) diario para toda la vida. El hipotiroidismo puede permanecer años sin ser diagnosticado ya que los síntomas son inespecíficos y pueden ser fácilmente confundidos con otros estados físicos como el envejecimiento natural, la menopausia o el estrés. Por ello, es importante mantener un índice de sospecha elevado y ante pacientes (sobre todo mujeres) que presenten estos síntomas inespecíficos pero persistentes, solicitar una analítica sanguínea con los niveles de las hormonas tiroideas.

HIPERTIROIDISMO: El tiroides fabrica de forma exagerada hormonas tiroideas, lo cual acelera el metabolismo de las células del organismo. Los pacientes presentan cansancio, nerviosismo, ansiedad, temblores, sudoración e intolerancia al calor, insomnio, palpitaciones, diarreas y pérdida de peso. La causa más común es la enfermedad de Graves Basedow, cuyo origen es también autoinmune. En este caso, los auto-anticuerpos (anti-receptor TSH) que se generan imitan a la TSH y estimulan la glándula para que sintetice más hormonas tiroideas. Otras causas menos frecuentes son adenoma tóxico hiperfuncionante, bocio multinodular tóxico,.. etc. El tratamiento para reducir la producción de hormonas dependerá de los síntomas y de la causa que lo provoca; desde medicamentos que bloquean la capacidad de la tiroides de producir nueva hormona, yodo radioactivo (destruye las células que captan el yodo) o cirugía. Estas dos últimas pueden provocar hipotiroidismo crónico como secuela.

TIROIDITIS: Conjunto de enfermedades de la glándula tiroidea de etiología y presentación clínica muy diversa, cuya característica común es la inflamación y destrucción, en más o menos proporción, de la misma. Las causas pueden ser autoinmunes, infecciosas, traumáticas o farmacológicas. Algunas de ellas se presentarán con dolor y otras de forma no dolorosa. Pueden ser agudas, subagudas o crónicas.

BOCIO: Sucede habitualmente cuando hay una deficiencia de yodo. El tiroides se agranda para intentar absorber todo el yodo que pueda para crear las hormonas tiroideas. En el bocio, la función tiroidea suele ser normal y la clínica suele ser por compresión de estructuras vecinas: tos, dificultad para tragar incluso dificultad para respirar.

NÓDULOS TIROIDEOS: Son tumoraciones que aparecen en la tiroides. Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Éstos deben ser evaluados con ecografía para definir la necesidad de estudio mediante una biopsia en casos sospechosos de malignidad.

¿Cómo podemos prevenir estas enfermedades y cuidar de nuestra tiroides?

Algunos expertos, recomiendan a las mujeres mayores de 50 años y a los hombres mayores de 65 años, someterse a pruebas de cribado con medición de hormonas tiroideas cada 5 años. También se recomienda en embarazadas y en recién nacidos.
En algunos pacientes existe predisposición genética que difícilmente es evitable, pero si es posible realizar seguimiento a pacientes con alto riesgo de manifestar una enfermedad tiroidea. En el caso del hipotiroidismo, lo más importante es que el paciente tenga buena adherencia al tratamiento hormonal sustitutivo.
Los pacientes con enfermedades tiroideas, en general, no tiene que seguir un estilo de vida distinto a la población general. La gran mayoría de las enfermedades son benignas. La mejor forma de prevenir estas y otras enfermedades es llevar una vida saludable, consumir una dieta equilibrada y suplementada de acuerdo a los requerimientos con algunos nutrientes básicos como yodo.