Tortícolis congénita y rehabilitación


Sara Bermejo Sandín. Fisioterapeuta Complejo Hospitalario de Navarra

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La tortícolis congénita es una patología muy frecuente en los servicios de rehabilitación infantil que consiste en una deformidad provocada por el músculo esternocleidomastoideo (ECOM).

Este músculo se localiza en la parte anterolateral del cuello y su función, cuando trabaja de manera unilateral, es la inclinación cervical hacia el lado homo lateral, rotación hacia el lado contralateral y extensión.
Existen distintas hipótesis que intentan explicar la etiología de la tortícolis congénita, como son la posibilidad de un desgarro traumático durante el parto o teorías relacionadas con la posición fetal intrauterina.

Postura anómala de la cabeza

Durante la exploración se observa una postura anómala de la cabeza y región cervical debido a la retracción muscular, presentando los pacientes una inclinación cervical hacia el mismo lado de la lesión y una rotación hacia el lado contrario. Además la tortícolis congénita suele asociarse frecuentemente a la presencia de plagiocefalia postural.
Durante la palpación es común encontrar una tumoración de consistencia fibrosa en el espesor del músculo.
En relación al rango de movimiento éste suele encontrarse disminuido, tanto en rotación como en inclinación, y en ocasiones puede comprometerse además el desarrollo psicomotor del niño debido a la disminución de actividad de uno de los hemicuerpos.

Tratamiento

Como tratamiento existen medidas conservadoras y quirúrgicas, éstas últimas en caso de que el procedimiento conservador fracase.
Los objetivos inmediatos del tratamiento conservador son la recuperación de la extensibilidad del músculo afectado y tejidos adyacentes, y la prevención y corrección de actitudes asimétricas con una correcta alineación corporal.
En relación a las medidas conservadoras se puede diferenciar entre medidas posturales y tratamiento de fisioterapia.

Medidas posturales

Respecto al manejo postural es importante explicarlo y enseñarlo a los padres y cuidadores. Algunas de las medidas básicas que conviene llevar a la práctica son:
• La cuna del bebé debe estar colocada de forma que los estímulos que reciba, como pueden ser la luz del exterior o la cama de sus padres, se encuentren en el lado de la restricción del movimiento.
• A la hora de llevarle en brazos actuar de la misma manera que en la situación anterior. Coger al bebé de modo que le lleguen todos los estímulos del lado limitado para que así activamente él mismo vaya dirigiendo la cabeza en esa dirección.
Además es conveniente explicar a los familiares que deben animar al niño a que mueva su cabeza de manera activa mientras se juega con él. Para ello, se intentará captar su atención mediante estímulos auditivos, visuales, juguetes o táctiles a través de estímulos cutáneos en mejillas y zona peribucal, siguiendo siempre el sentido de la corrección postural.

Tratamiento de fisioterapia

La fisioterapia también se contempla como parte del tratamiento conservador siendo el tipo de trabajo que se lleva a cabo fundamentalmente de tipo manual, basado en estiramientos y masoterapia de la musculatura comprometida, y trabajo de cinesiterapia para movilizar la zona en sentido de la corrección.
Por otra lado, es conveniente integrar la rehabilitación dentro de un trabajo de estimulación del desarrollo neuromotor en el que se trabaje el enderezamiento del bebé o los distintos cambios posturales, como por ejemplo los volteos, facilitando la integración del hemicuerpo comprometido por la limitación muscular.

Existe evidencia científica de los buenos resultados obtenidos con las medidas conservadoras siempre y cuando se intervenga de manera temprana.