Trastorno de ideas delirantes inducidas, el conocido desconocido


Lucía Orduna del Amo, Ana Lorés Puértolas, Laura Larramona Escario, Rebeca Marban Fernández y María Vanessa Zamora Sierra.

Print Friendly, PDF & Email
El trastorno de ideas delirantes inducidas, antes denominado Folie à deux o Locura de dos, hace referencia a una clase de trastorno psicótico que puede afectar a dos o más personas simultáneamente (Folie à trois, Folie à quatre, Folie en famille o incluso Folie à plusieurs). Este trastorno se caracteriza por afectar a personas que comparten un vínculo estrecho (los individuos suelen ser familia), y que se encuentran aisladas de la sociedad en cierto modo (lengua, cultura, geografía…). En esta patología, sólo uno de los sujetos, el dominante, padece un verdadero trastorno psicótico (de carácter delirante), al que llamamos trastorno primario. Este trastorno debe estar claramente diagnosticado. El otro u otros son los sujetos dominados por el caso primario. La persona o personas en las cuales las ideas delirantes son inducidas suelen ser también dependientes, o tener una relación de servidumbre con la que padece la psicosis genuina. Suelen ser personas fácilmente sugestionables, a las que el sujeto con el trastorno primario va haciendo partícipe gradualmente de sus delirios, hasta que ambos los comparten. Estos delirios se suelen basar en vivencias compartidas, de modo que la inducción a los mismos resulta totalmente creíble para el sujeto pasivo.

El trastorno del sujeto dominante suele ser una esquizofrenia, pero esto no es necesario ni constante. Tanto las ideas delirantes originales de la persona dominante como las inducidas en la otra, son crónicas, y suelen ser de naturaleza persecutoria o de grandeza.

En el diagnóstico, debemos percibir que los sujetos comparten el mismo tema o sistema de ideas delirantes, y que se apoyan en sus creencias; que ambas comparten una relación excepcionalmente estrecha; y que hay una clara evidencia temporal de que las ideas en el sujeto pasivo fueron inducidas por el sujeto activo.

El tratamiento más común es separar a los pacientes y tratarlos individualmente, observando que los síntomas llegan a desaparecer en la persona o personas influidas.

Este trastorno incluye la Folie à deux, el Trastorno paranoide inducido, y la Psicosis simbiótica, quedando excluida la Folie simultanee, ya que en este trastorno los individuos comparten las creencias y delirios, pero ambos padecen un trastorno psicótico verdadero.

Cualquier interesado en este trastorno, se encontrará a la hora de ir a investigar con que la información disponible es escasa, ya que estos casos suelen pasar desapercibidos y por tanto no son registrados. La prevalencia y evolución de esta enfermedad no están muy clarificadas debido a la escasez de información, por lo que tampoco podemos buscar en un sector concreto de la población para indagar. En conclusión, este trastorno es difícil de encontrar si no se trabaja en el ámbito de la salud mental, y aun con esta condición parece ser excepcionalmente raro.

Sin embargo, esta última afirmación sólo se puede aplicar al mundo real, ya que quienes hayan leído las características explicadas anteriormente, observarán que la historia les es familiar. Y es que este extraño trastorno es verdaderamente común tanto literal como cinematográficamente, llegando al punto de haber sido escrito antes que descubierto. Este es el caso de Don Quijote de la Mancha, escrito alrededor de 1604. Todos conocemos la historia, Don Alonso Quijano comienza a padecer delirios tras leer numerosas novelas de caballería, llegando a salir en busca de aventuras con el fiel Sancho Panza, que al comienzo de la historia solo sigue a Don Alonso con intención de protegerlo, pero después de que ambos sean engañados varias veces por personas externas al delirio, termina por entrar en el cuento. Aquí vemos claramente el caso del paciente activo, que induce las ideas delirantes en el pasivo, fácilmente influenciable por el dominante al ser culturalmente inferior.

Mientras que esta historia fue escrita en el siglo XVII, la primera mención de la enfermedad como tal no llegó hasta 1879 de la mano de un brasileño llamado Machado de Assis.

Podemos encontrar numerosos casos relativos a este trastorno con solo encender la televisión. En toda serie policíaca se ha dado el caso del asesino en serie con su fiel lacayo, al que instruye con sus ideas o delirios para poder completar alguna clase de misión trascendental o venganza imaginaria. Películas de terror en la que el paciente activo induce una idea a alguien de su entorno (Intruders; Bug ), filmes en los que el acosador logra martirizar a una persona notoria en la sociedad a la que antes admiraba o incluso en películas infantiles de fantasía (Un puente hacia Terabithia , parodiada con el mismo caso en un capítulo de Los Simpson llamado Lisa The Drama Queen ).

Los trastornos delirantes son el ingrediente perfecto para crear una buena historia de intriga. Claramente, en el ámbito ficticio la relación entre sujeto dominante y sujeto dominado suele surgir de golpe, puede no haber una relación estrecha entre ellos, los delirios son extremadamente exagerados… nada muy cerca de la realidad. Sin embargo, son conocidos muchos casos reales que bien relatados podrían pasar por la novela más gore.

Pensando en ello, seguro que a todos se nos ocurren numerosos casos parecidos. Siendo así, ¿por qué es tan escasa la información verídica disponible sobre este trastorno? Sería más fácil establecer una prevalencia y una evolución más estables que las existentes siguiendo las ideas de guionistas y escritores. ¿Por qué es tan raro este trastorno y a la vez tan divulgado?

AUTORAS :

Lucía Orduna del Amo, Ana Lorés Puértolas, Laura Larramona Escario, Rebeca Marban Fernández y María Vanessa Zamora Sierra. Enfermeras del Hospital Universitario San Jorge de Huesca.