Tratamiento hormonal en cáncer de próstata


Laura Enguita Arnal, Eva María Salas Trigo, Walter Orlandi Oliveira, Mónica Sanz del Pozo y María Jesús Gil Sanz

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La terapia hormonal también se puede llamar terapia de privación androgénica. Se trata de un tipo de tratamiento cuyo principal objetivo es disminuir los niveles de andrógenos (testosterona) en sangre, ya que esta hormona se considera estimulante del crecimiento de células tumorales prostáticas.

La principal localización productora de testosterona del organismo masculino son los testículos, seguidos de las glándulas suprarrenales. Históricamente se lograba disminuir la producción de testosterona realizando una orquiectomía (extirpando los testículos), pero actualmente se hace con tratamiento farmacológico.

¿En qué consiste?

La base del tratamiento hormonal son los fármacos agonistas de LHRH, que se inyectan de forma subcutánea o intramuscular con una periodicidad de 3 a 6 meses (según la presentación que se elija). Con estos fármacos se “satura” los receptores de LHRH de la glándula hipófisis, inhibiendo la producción de la misma, y, por tanto, la producción de testosterona. Inicialmente producen un aumento temporal de testosterona.

Otro tipo de fármacos son los antagonistas de LHRH, que reducen rápidamente los niveles de testosterona, y se inyectan de forma mensual.

Los fármacos antiandrógenos también tienen un papel importante en el cáncer de próstata. Pertenecen a esta familia la bicalutamida (la más frecuente), flutamida o nilutamida, se administran diariamente en forma de pastilla y actúan inhibiendo al receptor de testosterona en las células (no disminuyen los niveles, pero impiden su efecto). Se utilizan de forma temporal al inicio del tratamiento agonista (para evitar el efecto del pico de testosterona inicial), o de forma más continuada como complemento al tratamiento agonista (bloqueo completo) si este está perdiendo eficacia por sí solo.

¿Cuándo está indicado?

En etapas tempranas del cáncer de próstata, la única indicación del tratamiento hormonal en monoterapia es un perfil de paciente que presenta un cáncer de próstata de alto riesgo (por niveles de PSA, tiempo de duplicación del PSA…) y al que no le podemos ofrecer otro tratamiento curativo, como radioterapia o cirugía.

El tratamiento hormonal está indicado en cáncer de próstata avanzado (cuando han aparecido metástasis). Se solía utilizar en monoterapia, pero desde la actualidad han surgido otras opciones terapéuticas que complementan a esta terapia de privación androgénica y pueden ser adecuadas para algunos pacientes.

También tiene aplicación de forma temporal como tratamiento complementario a otras terapias curativas, como la radioterapia, en cánceres de próstata localizados de alto riesgo.

¿Qué efectos secundarios tiene?

Los efectos secundarios de este tratamiento son los derivados de la disminución de las hormonas sexuales en sangre. Entre ellos se encuentran la pérdida de masa muscular, cansancio, reducción del deseo sexual, disfunción eréctil, disminución del tamaño de testículos y pene, sensación de calor repentino, aumento de peso, anemia, depresión…

Sin embargo, los efectos secundarios son bien tolerados por la mayoría de los pacientes.

¿Qué cuidados debo tener?

Es importante tener un estilo de vida saludable para evitar los efectos secundarios derivados del tratamiento. Hay que tener una actividad física moderada y constante (para evitar la pérdida de masa muscular), ingesta de alimentos ricos en calcio y exposición al sol (para aportar calcio y vitamina D por el riesgo de osteoporosis), mantener una dieta saludable para evitar la ganancia de peso y el aumento de los niveles de colesterol asociados al tratamiento…

En ocasiones se pueden necesitar algunos fármacos para paliar estos efectos secundarios, como antidepresivos para la depresión, u otros para el tratamiento de la osteoporosis.

Es importante adquirir estos hábitos y realizarlos de forma constante, ya que en muchas ocasiones el tratamiento hormonal se utiliza durante mucho tiempo.

AUTORES

Laura Enguita Arnal y Eva María Salas Trigo. Médicos Internos Residentes.

Walter Orlandi Oliveira y Mónica Sanz del Pozo. Médicos Adjuntos.

María Jesús Gil Sanz. Jefa de Servicio.

Servicio de Urología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza