Susana Aldaz Zabala, nacida en Pamplona, es una de las terapeutas ocupacionales pioneras de la Atención Primaria en Andalucía. Desde hace 19 años forma parte de los equipos móviles de rehabilitación de Atención Primaria en Andalucía.
¿Cómo se incorporó la Terapia Ocupacional en la Atención Primaria de Andalucía?
Todo comenzó con el Decreto 137/2002, de 30 de abril, de apoyo a las familias andaluzas. Con él la Junta de Andalucía decidió crear equipos móviles de rehabilitación en Atención Primaria, para facilitar la accesibilidad de los pacientes a servicios de rehabilitación en su entorno. Al año de su funcionamiento, 9 terapeutas ocupacionales comenzamos a trabajar en atención primaria. Cada equipo móvil de rehabilitación contaba con un/a terapeuta ocupacional, a excepción del de Sevilla que lo éramos dos. En la actualidad somos 15 terapeutas.
¿Qué perfil de pacientes se benefician de terapia ocupacional en la Atención Primaria andaluza? ¿Cómo son derivados/as?
Los equipos atienden tanto a pacientes derivados por los médicos rehabilitadores, desde los servicios de Traumatología y Neurología de los hospitales, como los derivados desde los Centros de Salud. Los tres criterios para recibir la atención de estos equipos son: procesos asistenciales recogidos en nuestra cartera de servicios, residir en un lugar con barreras arquitectónicas y evitar grandes desplazamientos contraindicados clínicamente. En la actualidad la mayoría de procedimientos que realizamos son con personas mayores con pluripatología, con fracturas y/o prótesis de cadera o rodilla, personas que han sufrido ictus, con Párkinson, con ELA, con inmovililidad o post COVID.
¿Qué impacto tiene la Terapia Ocupacional en el servicio de Atención Primaria? ¿Tiene un ahorro económico a largo plazo? ¿Reduce costes?
La Terapia Ocupacional reduce costes al sistema sanitario, en comparación al coste que suponen las intervenciones médicas y farmacológicas. La evidencia científica demuestra que la inclusión de la terapia ocupacional en la Atención Primaria podría suponer un ahorro económico en el Sistema Nacional de Salud como ya se ha evidenciado en estudios sobre coste-eficacia en otros países.
La Terapia Ocupacional contribuye al mantenimiento de la salud y de la funcionalidad, reduce los reingresos y previene dependencia.
Las personas usuarias de este servicio se muestran satisfechas porque mejora su calidad de vida. Nuestras intervenciones previenen accidentes en el hogar en personas de edad avanzada, pérdida de funcionalidad por inmovilidad y cronificación de patologías, mejora la higiene postural de los cuidadores, la prevención de la soledad no deseada, entre otras.
¿Por qué es necesario que la Atención Primaria en Navarra incorpore la Terapia Ocupacional? ¿Qué potencialidades tendría en una población rural y con una gran esperanza de vida como es la población navarra?
La experiencia andaluza ha demostrado que las inversiones en Terapia Ocupacional en la Atención Primaria han sido fundamentales en la mejora de la salud y calidad de vida de usuarios y familias. Los equipos móviles de rehabilitación han sido clave en prevención, promoción y recuperación de salud, desde una atención descentralizada de la Atención Especializada en los Hospitales y basada en lo comunitario.
¿Qué les diría a las administraciones públicas y representantes políticos de Navarra para hacerles conscientes que la Terapia Ocupacional en Atención Primaria es necesaria?
Somos uno de los profesionales sanitarios más rentables (coste-beneficio).
El problema de la mayoría de los gestores públicos y representantes políticos es que desconocen la terapia ocupacional, pero cuando la conocen, comprueban su potencial y su valor. Todas las personas somos seres ocupacionales y en algún momento de nuestra vida hemos perdido o vamos a perder la salud, y uno de los profesionales esenciales para recuperar salud y vida es el/la Terapeuta Ocupacional. Contribuimos a retomar la vida diaria y por tanto las ocupaciones, es decir, lo que nos hace ser lo que somos.
¿Qué aporta la Terapia Ocupacional en Atención Primaria?
Se podría resumir en tres áreas: promoción y recuperación de la autonomía personal; adaptación del entorno del usuario; asesoramiento, acompañamiento y apoyo a los cuidadores. Por ejemplo, tras sufrir un ictus, cuando vuelven al domicilio tratamos de mejorar la función dañada y optimizar la capacidad conservada para que se desenvuelva con autonomía en su entorno. Les acompañamos en su proceso de recuperación. Entrenamos con esas personas y sus familias cómo asearse, vestirse, comer, etc., en esa nueva situación vital para lograr la mayor autonomía en las actividades de la vida diaria en su domicilio y en su participación en la comunidad.