URPA, la desconocida “Sala de despertar”


David Gutiérrez Mérida y Jesús Villar García. MIR de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra. Nora Veiga Gil. FEA Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra

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La Unidad de Recuperación Post-Anestésica, también llamada URPA, es un área del hospital en la que ingresan los pacientes que han sido sometidos a una intervención quirúrgica con anestesia general, locorregional o sedación para su vigilancia durante las primeras horas tras el procedimiento. El objetivo principal de esta unidad es asegurar que los pacientes se recuperan de manera segura de los efectos residuales de la anestesia, y detectar y manejar posibles complicaciones inmediatas del procedimiento al que le han sometido.

 

La URPA suele encontrarse cerca de los quirófanos, dentro del área quirúrgica, y en ella trabajan una serie de profesionales sanitarios especializados en el cuidado del paciente operado, principalmente médicos anestesistas, enfermeras y auxiliares. Al llegar el paciente se procede a tomarle las constantes vitales y a comunicar la información pertinente entre el personal de quirófano y el personal de la unidad (antecedentes médicos relevantes, eventos importantes durante la cirugía, problemas esperables tras la cirugía, y pautas de medicación como antibióticos o calmantes).
A través de la monitorización y exploración del paciente se obtienen datos acerca de la oxigenación, ventilación, circulación, nivel de conciencia y temperatura entre otros. En la URPA, el paciente será reevaluado periódicamente y se le da un soporte personalizado en función de su estado clínico.
El proceso de recuperación tras la anestesia suele ser gradual y cursar sin incidencias, pero pueden aparecer complicaciones que requieran una actuación rápida por parte del personal.

Complicaciones

Es especialmente importante durante este proceso un adecuado control del dolor postoperatorio, ya que esto favorece la recuperación precoz del paciente y disminuye el riesgo de complicaciones. Para ello se pueden utilizar diversos fármacos como Paracetamol, antiinflamatorios (AINEs) u opiáceos, e incluso algunas técnicas de analgesia locorregional (bloqueos nerviosos o analgesia epidural, por ejemplo).
Otras complicaciones muy frecuentemente observadas en la URPA son:
• Agitación
• Náuseas y vómitos
• Temblores e hipotermia
• Complicaciones respiratorias
• Complicaciones hemodinámicas

La agitación puede ser un síntoma de dolor, retención urinaria u otras alteraciones sistémicas en pacientes que todavía no han terminado de despertarse, por lo que se le debe prestar mucha atención, especialmente en ancianos, niños o pacientes con algún nivel de deterioro cognitivo previo.

Las náuseas y vómitos constituyen la complicación más frecuente tras una anestesia general, ya sea por el tipo de cirugía, los medicamentos empleados en quirófano u otros factores de riesgo. Normalmente se administran medicamentos durante la intervención con el objetivo de prevenirla (antieméticos), pero no es rara su aparición y tratamiento en la URPA.

El temblor postoperatorio también es relativamente frecuente, muchas veces asociado al frío de quirófano y a algunos fármacos utilizados, y se asocia con un aumento del consumo de oxígeno y de la actividad cardíaca. Normalmente al restablecer la temperatura corporal cede sin problemas.

Las complicaciones respiratorias pueden ser muy variadas, entre ellas destacan:
• Obstrucción de la vía aérea: a veces como consecuencia de la intubación endotraqueal puede producirse edema o espasmo en la vía aérea, pero también debemos tener en cuenta la posibilidad de una reacción alérgica o simplemente la presencia de un exceso de secreciones. Es importante prestar especial atención a los pacientes sometidos a cirugías que abarquen el cuello ya que tienen riesgo de sangrado y hematoma en la zona, y esto puede comprometer la vía aérea.
• Hipoventilación: ocurre cuando la ventilación es ineficaz, ya sea porque es superficial o demasiado lenta. Muchas veces está relacionada con los efectos residuales de la anestesia o el uso de opioides, y desaparece progresivamente o tras administrar el antídoto pertinente.
• Disminución de oxígeno en sangre (hipoxemia): suele deberse a la hipoventilación o a la dificultad del oxígeno para pasar a los alvéolos del pulmón, ya sea porque están colapsados (atelectasias) u ocupados (neumonía o edema).
En cuanto a las complicaciones circulatorias: sobre todo se incluyen la hipo/hipertensión arterial y las alteraciones del ritmo normal del corazón (también llamadas arritmias), cuyas causas pueden ser múltiples.

El tiempo de estancia en la URPA puede ser muy variable, desde alrededor de una hora hasta varios días dependiendo de la cirugía realizada, el tipo de anestesia, los antecedentes y el estado general del paciente y la aparición de complicaciones tras la cirugía.

Para dar el alta de la URPA se deben cumplir unos criterios que confirmen un adecuado nivel de conciencia, una vía aérea libre y sin dificultad para la ventilación, signos vitales en rango y estables en el tiempo y ausencia de complicaciones quirúrgicas evidentes (como un sangrado activo). Existen algunas escalas como la escala de Aldrete Modificada o el MPADSS que nos permiten dar una puntuación según estos criterios y el estado clínico del paciente, de forma que con 9 sobre 10 puntos el paciente podría ser apto para ir a planta.

Un paciente listo para ser dado de alta teóricamente se encontraría: despierto, alerta y orientado, sin dificultades para la ventilación y con una correcta oxigenación sin soporte de oxígeno, una tensión similar a su habitual sin necesidad de medicamentos, capacidad para mover las cuatro extremidades con fuerza y de forma simétrica, ausencia de náuseas y dolor y sangrado controlados.

Estos criterios pueden ampliarse según la cirugía y el estado basal del paciente, y pueden requerir también la realización de pruebas complementarias como analíticas sanguíneas, radiografías de tórax… o interconsultas con otras especialidades. Este tipo de pruebas están a la orden del día en la URPA con el objetivo de asegurar una correcta recuperación postquirúrgica.

Como puede entenderse, la URPA es un elemento crucial en el circuito quirúrgico y una parte muy importante del hospital. Su papel es esencial para garantizar la seguridad y recuperación del paciente postquirúrgico, constituyendo el paso intermedio entre la cirugía y la planta de hospitalización o la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria (UCMA).

AUTORES

David Gutiérrez Mérida y Jesús Villar García. MIR de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra.
Nora Veiga Gil. FEA Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra