Vacunación en personas mayores de 65 años. Un estilo de vida saludable


Sonia Domínguez Pascual. Enfermera familiar y comunitaria. Medicina Preventiva e Higiene Hospitalaria. Hospital Universitario de Navarra. Kenya Nekotxea Lezaun. Enfermera Sección Enfermedades Transmisibles y Vacunaciones. Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra

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La vacunación sigue siendo, hoy en día, la estrategia más importante de prevención frente a las enfermedades infecciosas, logrando disminuir significativamente la mortalidad en los adultos mayores.
A partir de los 60 años el sistema inmunitario se debilita y puede resultar más difícil combatir las infecciones, lo que condiciona una mayor probabilidad de enfermar. Es a lo que se llama inmunosenescencia o envejecimiento del sistema inmune.

Decálogo de los beneficios de la vacunación para personas mayores

1. Las vacunas protegen frente a infecciones graves, potencialmente mortales, que pueden afectar a las personas mayores. La inmunización reduce el riesgo de complicaciones graves y hospitalizaciones relacionadas con estas enfermedades.

2. La vacunación reduce la mortalidad. En el caso de la gripe y la neumonía, por ejemplo, la vacunación puede marcar la diferencia en la supervivencia de las personas mayores.
3. Las vacunas contribuyen a mantener una mejor calidad de vida.

4. Al prevenir enfermedades como la neumonía y la gripe, se reducen las posibilidades de desarrollar complicaciones crónicas a largo plazo que pueden afectar la salud.
5. Al mantener a los adultos mayores más saludables, las vacunas contribuyen a su independencia y capacidad para llevar a cabo actividades diarias y mantener relaciones sociales.

6. Algunas vacunas, como la vacuna anti-neumocócica, pueden proteger frente a varias enfermedades, reduciendo la carga de enfermedades infecciosas en la población

7. La vacunación en personas mayores no solo protege a los individuos, sino que también puede contribuir a la inmunidad colectiva. Esto disminuye la propagación de enfermedades infecciosas en la comunidad, protegiendo a aquellos que son más vulnerables.

8. Las vacunas destinadas a adultos mayores han sido rigurosamente probadas para garantizar su seguridad y eficacia. Los beneficios superan ampliamente los riesgos.

9. La vacunación ayuda a evitar la saturación de los hospitales y centros de salud, especialmente en épocas de alta incidencia de enfermedades, como es la temporada de gripe.

10. La prevención a través de la vacunación evita hospitalizaciones y tratamientos costosos relacionados con enfermedades inmunoprevenibles por lo que se reduce la carga económica en el sistema de salud.

En la actualidad, en Navarra, según el Calendario común de vacunaciones e inmunizaciones a lo largo de toda la vida, en el grupo de población mayor de 65 años estarían indicadas y financiadas las siguientes vacunas:

Vacuna frente al COVID-19

El COVID-19 es una enfermedad respiratoria que causa síntomas como fiebre, tos y dificultad para respirar.

Los estudios muestran que las vacunas contra el COVID-19 reducen el riesgo de contraer esta enfermedad y que, por tanto, ayudará a evitar que se enferme gravemente o se ingrese en un hospital por este motivo. Es recomendable que las personas mayores se mantengan al día con las vacunas frente al COVID-19, pues tienen mayor probabilidad desarrollar una enfermedad grave por este motivo.

Vacuna frente a la gripe

La gripe es una infección que puede causar fiebre, escalofríos, dolor de garganta, congestión nasal, dolor de cabeza y/o dolores musculares. Las personas mayores tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves como la neumonía.
La gripe se contagia fácilmente; y el virus también cambia con el tiempo, lo que significa que la persona que ha padecido gripe puede volver a contraerla. Para garantizar que las vacunas frente a la gripe sigan siendo eficaces, su composición se actualiza todos los años.
Las personas vulnerables, incluidas los mayores de 60 años, deben vacunarse anualmente contra la gripe; la protección que confiere la vacuna hace que sea menos probable que se enferme gravemente o sea hospitalizado por la enfermedad. La vacuna antigripal es especialmente importante si se tiene un problema crónico de salud, como una enfermedad cardíaca o diabetes.

Vacuna para prevenir la neumonía

La enfermedad neumocócica es una infección grave que puede afectar a los pulmones (neumonía) y, con menor frecuencia, también a otras localizaciones y dar lugar a otitis o meningitis. Las personas mayores tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave o incluso fallecer por esta causa; por esta razón, se recomienda que todos los adultos mayores de 65 años se vacunen frente al neumococo. Actualmente la vacuna financiada es la vacuna polisacárida 23-valente, en caso de personas institucionalizadas, mayores de 65 años, la vacuna será la neumocócica conjugada 20- valente.

Vacuna frente al tétanos y la difteria

El tétanos y la difteria son enfermedades que pueden provocar enfermedades graves.
• El tétanos es causado por bacterias que se encuentran en el suelo, el polvo y el estiércol. Pueden infectarnos a través de un corte profundo o una quemadura.
• La difteria es una enfermedad grave que puede afectar las amígdalas, la garganta, la nariz o la piel. Se puede propagar de una persona a otra vía respiratoria.
Vacunarse es la mejor manera de prevenir estas dos enfermedades. La mayoría de las personas se vacunan cuando son niños, pero también necesitan dosis de refuerzo a medida que envejecen para mantenerse protegidas frente a estas enfermedades.
Se recomienda una dosis de tétanos difteria (Td) en torno a los 65 años a las personas que recibieron 5 dosis durante la infancia y la adolescencia. En caso de no haber recibido 5 dosis con anterioridad, se vacunará con Td hasta completar 5 dosis.

Vacuna frente al herpes zóster

El herpes zoster (HZ) es una infección viral causada por la reactivación del virus varicela zóster. Tras haber padecido la varicela, el virus se queda latente en el tejido nervioso y puede volver a reactivarse y causar herpes zóster. La edad es un factor de riesgo importante de reactivación del virus.
Inicialmente puede aparecer ardor, dolor punzante, hormigueo y picazón, así como sarpullido con ampollas. Incluso cuando desaparece la erupción, puede permanecer el dolor (neuralgia post-herpética) durante mucho tiempo, y llegar a ser muy incapacitante.
La vacuna contra el HZ es segura y puede evitar la enfermedad y las complicaciones que esta pueda causar. En la actualidad está financiada una vacuna inactivada (Shingrix®) para las personas nacidas en 1948, 1949, 1958 y 1959.

Conclusiones

• La vacunación en personas mayores debe formar parte de un estilo de vida saludable.
• Es importante mantenerse informado sobre las necesidades de vacunación, correctamente protegido y dar prioridad a la salud aprovechando las ventajas de la vacunación para adultos de 65 años o más.
• En caso de duda puede consultar a su médico de cabecera o enfermera de referencia de cuáles son las vacunas recomendadas por edad o factores de riesgo en caso de tener alguna enfermedad.