Valoración y tratamiento de las úlceras por presión


Isabel Moreno Lucente. FEA Medicina Interna. Hospital Obispo Polanco. Marina Bagán Cercós y Carlos Gimillo Monterde. Graduado Universitario Enfermería. Hospital Obispo Polanco

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La identificación de los pacientes que potencialmente pueden padecer este problema a través de la valoración de los factores de riesgo de ulceración es el primer paso para la puesta en práctica de los cuidados de prevención. El objetivo de la valoración precoz se centra en evitar la extensión de la lesión, así como preparar el lecho de la misma para el proceso de cicatrización.

Las escalas de valoración del riesgo de presentar úlceras por presión (UPP) son un instrumento rápido y objetivo para valorar y poder tomar decisiones, siendo el personal de enfermería el principal usuario de las mismas.

Aspectos a tener en cuenta

  • Localización: Orienta sobre el origen de la lesión y medidas a implementar.
  • Estadio: Clasificación propuesta por la GNEAUPP.
  • Extensión: Evaluación bidimensional (longitud, diámetro) y evaluación tridimensional (tunelizaciones, zonas cavitadas).
  • Aspecto del lecho lesional:
    • Tejido de granulación: tejido húmedo de color rosado/rojo compuesto por colágeno, elastina y redes capilares recién formadas. Tejido bien vascularizado que sangra fácilmente.
    • Tejido de hipergranulación: exceso de tejido de granulación que se eleva sobre la superficie del lecho de una herida; sobrepasa el límite epidérmico. Se presenta con una existencia esponjosa, de color rojo intenso.
    • Tejido esfacelado: tejido amarillento desvitalizado formado por una acumulación de células muertas que debe eliminarse para continuar con el proceso de cicatrización.
    • Tejido necrótico: presencia de tejido muerto. Es necesario desbridar para continuar con el proceso de curación.
  • Exudado: Importante valorar el aspecto (seroso, purulento, hemorrágico) y la cantidad (escaso, moderado, abundante) del exudado.
  • Piel periestomal: Se puede encontrar íntegra, macerada, con eritema y/o eccema. La exposición a exudado, productos tópicos o apósitos puede favorecer la aparición de alteraciones en la piel.
  • Signos de infección: Su aparición supone enlentecimiento del proceso de cicatrización.
  • Signos de alarma: calor, eritema, edema, aumento del exudado y del dolor, mal olor.
  • Dolor: Empleo de escalas para valoración del mismo (Escala numérica, analógica visual).

Cuidados de la UPP

El tratamiento de las UPP se centra en evitar la extensión de la misma y favorecer el proceso de cicatrización.

  • Limpieza de la lesión: Retirar restos orgánicos e inorgánicos presentes en la lesión.
  • Desbridamiento: Conjunto de mecanismos tanto fisiológicos como externos dirigidos a la retirada de tejidos y materiales no viables presentes en el lecho de la herida. Tipos de desbridamiento:

   – Desbridamiento cortante: Corte con bisturí de la escara, tejido necrótico o esfacelos, llevándolo a cabo por planos (del superficial al profundo) y desde el centro a la periferia.

   – Desbridamiento enzimático: Aplicación local de enzimas exógenas que funcionan de forma sinérgica con las enzimas endógenas degradando la fibrina , el colágeno desnaturalizado y la elastina.
Su efectividad aumenta en un entorno húmedo, por lo que suele asociarse a hidrogeles. La cura deberá realizarse cada 24 horas.

   – Desbridamiento autolítico: Ocurre de forma natural en todas las heridas. Se basa en el principio de cura húmeda: apósitos de cura húmeda + hidrogeles.

   – Desbridamiento osmótico: Intercambio de fluidos de distinta densidad (soluciones hiperosmolares). Cambios de apósitos frecuentes.

   – Desbridamiento osmótico: Intercambio de fluidos de distinta densidad (soluciones hiperosmolares). Cambios de apósitos frecuentes.

Cabe destacar que las UPP localizadas en el talón que presenten escara necrótica únicamente se desbridan si existe presencia de edema, eritema, fluctuación o drenaje. La escara actúa como una capa protectora ya que se trata de una zona de alto riesgo de osteomielitis debido a la cercanía del hueso calcáneo.

 

  • Control del exudado: El exudado puede convertirse en un problema para la cicatrización, pudiendo enlentecer o impedir la curación de la herida. Se debe valorar el grado de humedad de la herida, pues un exceso de la misma podría provocar fragilidad de la piel perilesional.
  • Manejo de la carga bacteriana: Prevención de la infección (apósitos de plata, antibióticos, etc).
  • Estimulación de la cicatrización: Cuando el lecho de la úlcera está limpio y con tejido de granulación, el mantenimiento del lecho húmedo es el ambiente ideal para promover la curación o cierre.
    Además, existen productos y técnicas que ayudan a reducir el tiempo de cicatrización de las heridas crónicas como es el colágeno.