Varicocele, más común de lo que pensamos


Jaume Monllau Espuis, Lydia García Fuentes y María Soto Palacín. MIR del Servicio de Urologia del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. María Jesús Gil Sanz. Jefa del Servicio de Urologia del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza

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Probablemente haya sentido de vez en cuando algunas molestias en los testículos, sensación de masa o peso que empeora cuando está en pie y mejora al acostarse. Esta sintomatología puede deberse a un varicocele.

Se define el varicocele como una dilatación varicosa de las venas que drenan la sangre de los testículos. Por tanto, es una insuficiencia en el drenaje de sangre del testículo, ésta se acumula y aumenta el volumen de las venas (de la misma forma que ocurre en las piernas).

Se trata de una patología muy infrecuente e niños. Sin embargo, aproximadamente un 12% de los hombres presentan algún grado de varicocele, encontrándose en el 90% de los pacientes en el lado izquierdo (esto es debido a detalles de la anatomía venosa); mientras que el 10% restante puede tenerlo en ambos testículos y muy raramente exclusivamente en el derecho. En éste último caso, se suele presentar en pacientes adultos y puede asociarse con patologías de carácter más grave, como por ejemplo un tumor renal.
La importancia del varicocele, más allá de las molestias que pueda ocasionar, radica en el riesgo de infertilidad asociada. Uno de los factores más importantes que intervienen en la disminución de la formación de espermatozoides es el aumento de la temperatura intraescrotal. Por tanto, la acumulación de sangre cerca del testículo debido al varicocele puede aumentar la temperatura sobre éste y disminuir la fertilidad, además de, en ocasiones, impedir el crecimiento completo del testículo (quedando de menor tamaño).

En la mayoría de las ocasiones, el diagnóstico del varicocele es un hallazgo casual. En primer lugar, se llevará a cabo una minuciosa exploración física, complementándola con alguna prueba de imagen si es necesario.

• Ecografía testicular: confirma el diagnóstico de varicocele y determina el grado de afectación.

• Espermiograma: en caso de asociarse con infertilidad, determina la cantidad y calidad de espermatozoides.
Existen varios grados de severidad, que van desde un grado leve (aquel que se hace evidente exclusivamente con el aumento de la presión abdominal) hasta el grado 3 (aquel que se ve a simple vista). Cabe destacar, el varicocele subclínico, que es aquel que se diagnostica tras su hallazgo fortuito en una prueba de imagen.

El objetivo del tratamiento, es en primer lugar mejorar la capacidad reproductiva, y en caso de que existan, mejorar las molestias que puede producir (aunque en ocasiones la cirugía no es completamente resolutiva).

El tratamiento es quirúrgico, y consiste en la ligadura u oclusión de las venas dilatadas. Sin embargo, actualmente se suelen tratar sólo aquellos casos de infertilidad en los que además el varicocele sea evidente, el espermiograma esté alterado y su pareja tenga un estudio de fertilidad normal o alterado, pero potencialmente curable; dado que tras la cirugía suelen aumentar por dos o por tres las posibilidades de conseguir embarazo.

AUTORES

Jaume Monllau Espuis, Lydia García Fuentes y María Soto Palacín.
MIR del Servicio de Urologia del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
María Jesús Gil Sanz. Jefa del Servicio de Urologia del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza