El VIH es un retrovirus de la subfamilia de los lentivirus (virus citolíticos) para el que no existe cura en la actualidad. Dicho virus tiene apetencia por las células que expresan CD4 en superficie (linfocito T helper, estirpe mononuclear fagocítica: microglía, células de Langerhans…) y por otros receptores como el Gal-C (de algunas células nerviosas y del epitelio rectal). En su replicación son esenciales tres genes: gag, pol y env. El gen env es el principal responsable de las mutaciones, y por tanto de la variabilidad antigénica, lo que dificulta la respuesta inmune y la creación de vacunas.
El VIH destaca por su neurotropismo y linfotropismo. cuando los linfocitos infectados se activan mueren por apoptosis celular y, puesto que los linfocitos CD4+ son fundamentales para que el sistema inmunitario responda de forma adecuada, individuos con recuentos de CD4+ inferiores a 200/mm3 son vulnerables a infecciones oportunistas y al cáncer.
Transmisión madre-hijo
Según la ONUSIDA en septiembre de 2014 existían 35 millones de personas infectadas en el mundo de las cuales el 9% son niños menores de 15 años y el 50% mujeres jóvenes. En el año 2013 se notificaron 240.000 menores de 15 años infectados por VIH, siendo en su mayor parte procedentes de países en vías de desarrollo. Más del 90% de los niños que están infectados por VIH la han adquirido de forma vertical, es decir, mediante la transmisión madre-hijo.
Desde el inicio de la pandemia en España se han notificado un total de 83.171 casos de SIDA (hasta junio 2013). La prevalencia de VIH en madres de recién nacidos se estima entre 1.6 y 1.9 variando según las comunidades autónomas.
En países desarrollados gracias al programa de prevención durante el embarazo, el parto y la lactancia se ha podido reducir la tasa de transmisión a un 0’5-1%. En los países en vías de desarrollo se ha incrementado la cobertura del tratamiento de la mujer con VIH durante el embarazo, en 2011 fue del 57%, siendo significativamente mayor a la cifra de 2005 que fue del 15%.
La progresión de la enfermedad, en ausencia de tratamiento, es más rápida en niños infectados por transmisión vertical, que en adultos, adolescentes e incluso que en niños infectados por otras vías (sexual o parenteral).
Cuando no se diagnostica la infección por VIH la media de inicio de los síntomas es a los 9 meses de edad. entre las manifestaciones clínicas precoces más frecuentes destacan la falta de medro, hepatomegalia, candidiasis recurrentes, adenopatías axilares e inguinales, púrpura petequial e infecciones graves recurrentes. Debido al efecto neurotropo del virus, antes de existir tratamiento antirretroviral entre el 50-90% de los niños infectados por VIH presentaban afección del SNC caracterizada por una encefalopatía devastadora.
Tasa de transmisión
La tasa de transmisión desde la madre infectada no tratada al feto y al recién nacido se ha estimado entre el 15% y el 40% en función del tipo de lactancia y del lugar del estudio. Dicha transmisión puede acontecer en tres momentos distintos:
- Prenatal o Intraútero: 35 %.
- Intraparto: 50-80% (la mayor parte de la transmisión es al final del tercer trimestre o durante el parto).
- Postnatal o postparto (lactancia materna): 16%.
A fin de prevenir la transmisión vertical es básico y obligatorio ofrecer a toda embarazada o mujer en edad fértil que desee ser madre información adecuada y realización de serología frente al VIH.
El principal predictor del riesgo de transmisión es la carga viral materna en el embarazo y el parto, existiendo una relación lineal entre ésta y la tasa de transmisión.
Actualmente según los CDC, en EEUU la tasa de transmisión vertical es inferior al 2% en las mujeres diagnosticadas y que reciben tratamiento antes del parto. Lo que se reduce al 1% cuando se ha suprimido la carga viral en el momento del parto. Este hecho hace que la trasmisión perinatal del VIH sea evitable si:
- la madre recibe asesoramiento.
- la madre es sometida a pruebas de diagnóstico prenatal.madre e hijo reciben tratamiento.
Todavía se producen nuevos casos y muertes de niños por el VIH en lugares de recursos limitados, principalmente del África subsahariana, donde el acceso al tratamiento y los cuidados de la prevención de la transmisión vertical son limitados. En 2011 la Secretaria General de las Naciones Unidas lanzó un nuevo plan cuyo objetivo era en 2015 reducir las infecciones por transmisión vertical en niños un 90%, incrementando la tasa de supervivencia de embarazadas y amdres seropositivas. Tenemos la esperanza de que dentro de poco tiempo esto se haga realidad, aunque el tiempo avanza en contra de este propósito.