El frío es un importante problema de salud, algunas veces algo olvidado desde el punto de vista médico, posiblemente porque sus efectos indeseables no son tan llamativos como los producidos por el calor. Los problemas derivados del frío no tienen un efecto inmediato sobre las personas y en muchas ocasiones, sus primeros síntomas aparecen a los pocos días de habernos expuesto a bajas temperaturas.
La temperatura ambiente influye en el estado de salud de las personas de una forma significativa. Durante el invierno la temperatura ambiente tiene grandes oscilaciones durante la noche puede llegar a bajo cero y durante el día oscilar entre los 14 y los 20 grados, mientras que nuestro organismo requiere mantener una temperatura constante.
Hipotermia
Desde el punto de vista médico, la disminución de la temperatura corporal se conoce con el término de “hipotermia”. Entendiendo como temperatura corporal normal del cuerpo humano 37ºC, toda medida menor de 35ºC tomada en el recto, se denomina hiportemia. La hipotermia se produce cuando el cuerpo pierde más calor del que puede generar y habitualmente es causada por una larga exposición al frío.
Las respuestas del organismo al frio
• Vasoconstricción cutánea (disminución del aporte de sangre a la piel) para reducir la pérdida de calor por la piel.
• Incremento de la actividad cardiovascular (elevación de la presión, ritmo cardiaco).
• Incremento de la capa de aislamiento (erección de los vellos).
• Incremento de la producción de calor metabólico (temblar, tiritar).
El frío inhibe las respuestas inmunitarias. Este fenómeno es en parte el causante del mayor número de infecciones que ocurren durante los meses invernales. De hecho la fiebre (elevación de 1 ó 2º) de la temperatura mejora la respuesta inmunitaria y dificulta la multiplicación de algunos gérmenes.
El efecto del frió sobre la aparición de enfermedades es indirecta, la temperatura fría genera cambios en el organismo que en la práctica ocasionan su asociación con el riesgo de enfermar o morir, habiéndose descrito relación entre la caída de la temperatura ambiental y el aumento en las admisiones por urgencia y atención ambulatoria, debidas a enfermedades respiratorias y cardiovasculares, además de una mayor mortalidad asociada con estos cambios de temperatura.En este mismo sentido los ingresos por urgencias médicas de causa respiratoria, sufren un aumento significativo entre 11 y 14 días después del descenso de la temperatura, fundamentalmente en invierno. Por otro lado, en condiciones ambientales extremadamente frías la generación de calor interno (metabólico) no logra compensar la pérdida de calor hacia el medioambiente, llegándose incluso a la hipotermia interna. La permanencia de estas condiciones por un tiempo prolongado llevará a un deterioro generalizado de los procesos fisiológicos y a la muerte, en condiciones menos severas, pero que requieren de procesos termorregulatorios. El sistema cardiovascular es quien soporta las mayores exigencias, siendo en todas estas condiciones los más afectados las personas en edades extremas (menores de 5 años y mayores de 60 años).
Medidas preventivas
La importancia del tema nos crea la necesidad de recordar algunas medidas preventivas:
• Utilización en las épocas de frío de vacunas de la gripe y del neumococo en personas mayores, enfermos crónicos y deprimidos inmunológicamente, para evitar los procesos respiratorios desencadenados por la aparición de bajas temperaturas.
• El uso de ropa debe ser adecuado, prendas sueltas, ligeras, calientes e impermeables, se aconseja llevar varias “capas de ropa” y no prendas apretadas, para facilitar la circulación periférica. Usar guantes, gorras, sombreros, bufandas y calcetines de lana, pues hay que recordar que la mayor parte del calor del cuerpo se pierde por la cabeza, manos y pies. El calzado debe ser caliente, resistente al agua y antideslizante.
• En los días fríos debemos realizar salidas breves a la calle, evitando los cambios bruscos de temperatura de forma continua.
• En caso de lluvia debemos mantenernos secos, recordar que el agua y la humedad enfrían el cuerpo rápidamente y que el calor del cuerpo se pierde veinticinco veces más rápido en agua.
• Debemos recordar que la temperatura ideal para una casa es la de 21ºC y que temperaturas superiores, no nos aportan más beneficios y sí producen un derroche excesivo de energía. Ventilar las habitaciones diariamente durante unos diez minutos, cerrando después las ventanas para evitar perdidas de calor.
• Mención especial tiene el ejercicio físico y la alimentación. Debemos realizar ejercicio diariamente pero de forma moderada, nunca brusca o intensa, nos mantendrá en un buen estado físico y mental, y aumenta en nuestro cuerpo la sensación de calor durante el día.
• Se recomienda realizar comidas frecuentes y de pequeña cantidad, variadas y de alto poder energético. El tomar bebidas templadas de forma regular, es reconfortante y nos mantiene a una buena temperatura corporal. Desterremos pensamientos como que el alcohol y bebidas con cafeína facilitan el aporte de calor, su uso inadecuado aumenta nuestro metabolismo produciendo perdida rápida de calor.
¿Qué hacer ante la hipotermia?
Si nos encontramos con un caso de posible hipotermia, ¿qué podemos hacer? Lo primero sería llamar al 112 ó acudir a los servicios de urgencia médica más cercanos. El tratamiento de una hipotermia debe realizarse por “persona experta”. Pero podemos ayudar dando algunas pautas básicas para auxiliar a esta persona que se encuentra en un posible estado de hipotermia, mientras llega el personal sanitario competente.
• Buscar un ambiente cálido, y proteger a la persona evitando la continua pérdida de calor. • Colocar a la persona boca arriba y calentarla poco a poco, de forma pausada, evitando movimientos bruscos e innecesarios. Primero caliente el tronco de la persona, usando el calor de su propio cuerpo puede ayudarla. Los brazos y las piernas deben calentarse lo último, la estimulación de las extremidades puede llevar sangre fría al corazón y producir un fallo cardiaco.
• No debemos frotar el cuerpo, podemos causar daño a la piel y los tejidos. Cuando la ropa se encuentre mojada o apretada tendremos que cambiarla por seca y ligera, envolviendo el cuerpo de la persona en una manta. Si fuera posible, administrar bebidas templadas, recuerde no darle café, té o alcohol. Acompañar siempre a la persona mientras acuden los servicios sanitarios de urgencia.
Como resumen, la hipotermia es un estado en el que la temperatura del cuerpo desciende. Hay dos tipos de hipotermia : leve y grave.
• La hipotermia leve se produce cuando la temperatura corporal se sitúa por debajo de 37° Celsius. La respiración y el pulso se aceleran; los temblores aumentan, las manos y los pies son de color blanco y están fríos. Los primeros signos de una persona con hipotermia leve son fatiga, escalofríos, irritabilidad, y lenguaje o comportamiento inapropiados. Debemos animar a las personas con estos síntomas a moverse para que generen calor muscular. Deben aislarse del viento y la lluvia, y cambiar toda su ropa por otra seca. Hay que proporcionarles bebidas calientes.
• La hipotermia grave se produce cuando la temperatura del cuerpo desciende por debajo de 33° Celsius. En este caso, la situación es mucho más grave. El paciente ya no siente ningún escalofrío o temblor, los músculos comienzan a endurecerse y los labios y las extremidades del afectado se ponen azules. El pulso y la respiración se tornan progresivamente más lentos, las sensaciones de confusión y la indiferencia comienzan a manifestarse, seguido de somnolencia, a continuación llega la pérdida de la conciencia y, finalmente, coma. A menos de 30 ° centígrados, los signos vitales ya no se detectan y la víctima aparece muerta: las pupilas están fijas y dilatadas, el pulso no se detecta, la respiración es muy débil y la insuficiencia cardíaca puede llevar a la muerte en cualquier momento.
Todas las víctimas de hipotermia severa deben ser hospitalizadas de inmediato. Mientras llega la ayuda de emergencia, para cuidar de la víctima: la cubriremos con mantas gruesas y la desplazaremos con cuidado a un lugar protegido del frío. El calentamiento de la víctima debe producirse de forma gradual (ropa seca, otras fuentes de calor en la habitación …), sin embargo, en este caso particular, no deben frotarse las extremidades del cuerpo, exponer a la víctima a una fuente directa de calor, o administrar bebidas calientes que podrían llevar a que la temperatura interna del cuerpo aumentase demasiado rápido y resultara muy peligroso para alguien que parece haber perdido la conciencia. Como siempre, es absolutamente necesario llamar al 112.
Otro grado más es la Congelación: La congelación afecta a las extremidades del cuerpo (pies y manos), las orejas, la nariz y las mejillas. La congelación puede ser muy grave y llevar a la amputación de las partes del cuerpo afectadas o causar graves secuelas. Una pérdida gradual de la sensibilidad, entumecimiento o torpeza, un color pálido o azul un giro de las zonas afectadas son señales de advertencia. En este caso, hay que aplicar lenta y continuamente calor tanto en las zonas afectadas, como en el resto del cuerpo, pero evitando diferencias bruscas en la temperatura. Por ejemplo, no se puede colocar una extremidad congelada en agua muy caliente ni exponerla a una llama. Y nunca frotar, tocar o golpear las áreas congeladas.