Aunque, como todo en Medicina, lo mejor es la prevención, en el caso de la enfermedad venosa es muy complicado llevar a cabo una adecuada profilaxis primaria, porque hay factores de riesgo que la desencadenan que no se pueden controlar ni evitar. Es ampliamente conocida la altísima influencia hereditaria (el tener un progenitor con varices supone el doble de riesgo de padecerlas), y también es importante el factor hormonal (mucho más frecuente en mujeres, siendo el embarazo la primera causa “evitable” de varices).
Dado que no es posible obviar los factores hereditarios ni hormonales, no se puede llevar a cabo una profilaxis primaria perfecta, y, por tanto, no se puede evitar por completo la aparición de varices.
Sí es muy importante, dado que no podemos evitarlas, tratarlas de forma precoz y eficaz, esto es, llevar a cabo una buena prevención secundaria. No vamos a ser capaces de evitar la aparición de varices, pero sí podemos tratarlas adecuadamente para que no den complicaciones, produzcan la menor sintomatología posible, etc.
Tromboflebitis, hemorragias y úlceras
Las varices pueden dar lugar a diferentes complicaciones, como la formación de un trombo en su interior, lo cual daría lugar a una tromboflebitis. Por otra parte, en casos más evolucionados puede producirse la rotura de una variz y hemorragia. Y, a largo plazo, la hipertensión venosa mantenida acaba produciendo cambios significativos en la piel, pigmentaciones, induraciones, etc., que, en último término, acaba ocasionando la aparición de una úlcera, lesión que es muy complicada de tratar una vez establecida.
Por tanto, una vez diagnosticadas las varices y, después de realizar el estudio ecográfico pertinente, es importante tratarlas de forma precoz para evitar todas estas posibles complicaciones, siempre por parte de un especialista en cirugía vascular.
De todas las opciones disponibles, la mejor, sin duda, es la esclerosis con microespuma, puesto que se trata de una técnica prácticamente indolora y con una nula agresividad sobre la pierna a tratar. Esto permite el tratamiento de las varices sin necesidad de ingreso ni anestesia, así como la posibilidad de llevar a cabo una vida normal a lo largo del procedimiento en todos los aspectos. Una vez esclerosadas las varices, sobre todo cuando hay afectación de alguna vena superficial principal, desaparece obviamente la posibilidad de complicaciones. Es más, si ya se ha llegado a la última fase de la enfermedad venosa, con aparición de una úlcera, es el tratamiento ideal para reducir la hipertensión venosa y posibilitar su cicatrización.
Por tanto, la manera más eficaz de llevar a cabo una adecuada profilaxis secundaria de las varices es la esclerosis con microespuma.