El término rinitis define el proceso inflamatorio de la mucosa nasal caracterizado por los siguientes síntomas clínicos: rinorrea anterior o posterior, estornudos, taponamiento o congestión nasal y/o prurito/picor de la nariz. Estos síntomas deben manifestarse durante dos o más días consecutivos y más de una hora la mayoría de los días.
La sinusitis se acompaña siempre de una rinitis, por lo que la inflamación de los senos paranasales se denomina rinosinusitis y se caracteriza por dos o más de los siguientes síntomas: bloqueo nasal/congestión/obstrucción, rinorrea anterior o posterior, dolor/presión facial, y/o disminución o pérdida del olfato, siendo necesaria la presencia de uno de los dos primeros.
La rinitis alérgica (RA) se ha definido según el informe del comité de nomenclatura de la Organización Mundial de Alergia (WAO), como el cuadro clínico resultante de una reacción de hipersensibilidad mediada inmunológicamente (mediada por IgE) sobre la nariz.
Clasificaciones de la rinitis
Hay múltiples clasificaciones de la rinitis. Una clasificación clínica, avalada por un amplio consenso internacional es la que se propone en el documento ARIA (Allergic Rhinitis and its Impact on Asthma).
- SEGÚN DURACIÓN
INTERMITENTE significa que los síntomas están presentes durante un espacio de tiempo menor o igual a 4 días a la semana, o durante 4 ó más semanas consecutivas.
PERSISTENTE significa que los síntomas están presentes durate un plazo superior 4 días a la semana y superior 4 semanas consecutivas. - SEGÚN GRAVEDAD
LEVE significa que ninguno de los siguientes ítems está presente: Alteración del sueño y Afectación de las actividades cotidianas, de ocio y/o deportivas. Afectación de las tareas escolares o laborales. Los síntomas son molestos.
MODERADA significa que uno, dos o tres de los anteriores ítems están presentes.
GRAVE significa que los cuatro ítems están presentes.
Rinitis alérgica
La rinitis alérgica es la más frecuente de las rinitis no infecciosas y la más relacionada con el asma. La clasificación de la rinitis alérgica puede ser según: el Alérgeno responsable: perenne, estacional, laboral; la duración: intermitente, persistente; y la gravedad: leve, moderada- grave.
Epidemiología
La prevalencia de rinitis alérgica en la población general española se ha estimado en torno al 21,5 %. En el estudio ISAAC se ha determinado recientemente una prevalencia de síntomas de rinoconjuntivitis de 7,9% en niños españoles de 6-7 años.
Diagnóstico
El diagnóstico de la rinitis es fundamentalmente clínico. La historia familiar de alergia, la estacionalidad de los síntomas, la coincidencia de síntomas oculares y nasales, y la relación con la exposición a epitelios, pólenes y polvo, son datos clínicos con alto valor predictivo en el diagnóstico de sospecha de la rinitis alérgica
En el diagnóstico etiológico de rinitis alérgica las pruebas que se realizan son las pruebas cutáneas de punción epidérmica o prick, y/o test in vitro como la IgE específica. En algunos casos, cuando no hay clara relación con la historia clínica, hay que recurrir a la prueba de provocación nasal especifica con el alérgeno sospechoso. Es preciso tener en cuenta que los resultados de las pruebas cutáneas o las IgE específicas positivas a algunos alérgenos pueden ser irrelevantes desde el punto de vista clínico. Las pruebas alérgicas se pueden realizar a cualquier edad.
Tratamiento
El tratamiento de la rinitis alérgica incluye: educación del paciente, evitación de alérgenos y contaminantes, farmacoterapia e inmunoterapia alérgeno-específica. En la elección del tratamiento farmacológico se deben evaluar la eficacia, la seguridad de los medicamentos, las preferencias de los pacientes, la gravedad de la enfermedad y la presencia de comorbilidades. El tratamiento farmacológico de la rinitis alérgica debe incluir recomendaciones claras y de manera escalonada según la gravedad, los fármacos más frecuentes utilizados son: antihistamínicos por vía oral o inhalados, y corticoides inhalados.
La inmunoterapia específica con alérgenos (vacunas) es eficaz en el tratamiento de la rinitis alérgica causada por pólenes y ácaros, en adultos y en niños, tanto en su forma de administración subcutánea, como con la oral (sublingual). Precisa para su indicación un correcto diagnóstico alergológico. Puede alterar el curso natural de la enfermedad alérgica respiratoria, disminuyendo la frecuencia de aparición de asma y previniendo nuevas sensibilizaciones. Las medidas de evitación de alérgenos de interior (ácaros) han demostrado una disminución de los niveles de exposición, pero no una mejoría en los síntomas y la evolución de la enfermedad, si se utilizan de forma aislada.
Los principios del tratamiento de la rinitis alérgica en niños son los mismos que en los adultos, pero hay que tener especial cuidado con los efectos adversos. Las dosis deben ser las adecuadas y en algunos casos hay que considerar la edad del paciente para ciertos fármacos.