La vasectomía consiste en la sección y ligadura de los conductos deferentes, que son por los que se eliminan los espermatozoides producidos en los testículos. Al impedir la salida, y en poco tiempo, el semen eyaculado no contiene espermatozoides. Como consecuencia de determinados cambios socioculturales, los varones cada vez contribuyen más al control de natalidad, por lo que la vasectomía es más frecuente que la ligadura de trompas. Según la Asociación Española de Urología (AEU) en España se realizan más de 70.000 vasectomias al año.
Como método anticonceptivo, aunque puede ser reversible en algunos casos, la pareja debe tener claro que no desea tener más hijos.
¿Cómo se realiza?
Se trata de una intervención sencilla, que dura unos 30 a 35 minutos, y no requiere ingreso. Utilizando la asepsia necesaria (que debe incluir afeitado de la zona genital) y bajo anestesia local, se practica una pequeña incisión en la parte media del escroto o bien dos laterales. Los conductos seminales (o deferentes) se sacan a través de la incisión, se cortan y se ligan tras estraer un pequeño segmento, de forma que los dos extremos de cada conducto quedan anudados y separados entre sí. A continuación se introducen nuevamente los conductos en el escroto y se sutura la piel con puntos reabsorbibles, que se caen solos.
Recientemente se ha desarrollado la técnica de Vasectomía Sin Bisturí (VSB) que ha mejorado el concepto quirúrgico de la vasectomía. Es una técnica con un porcentaje menor de complicaciones respecto a la convencional. Su particularidad más básica reside en un instrumental único y específico para tal fin. El corte en el escroto no se practica con el bisturí sino mediante una pinza que provoca la apertura de la piel separando, y no cortando, sus fibras. Los resultados han mostrado menos hematomas, infecciones y otras complicaciones con un porcentaje total de 0,4% para la vasectomía sin bisturí frente a un 3,1% para la vasectomía clásica.
Posibles complicaciones de la vasectomía
Pequeño hematoma; el sangrado es mínimo y suele ser suficiente con realizar presión en la herida y aplicar hielo local el primer día. Se recomienda no haber tomado analgésicos, como la aspirina, por lo menos una semana antes y después de la operación, porque pueden incrementar el riesgo de sangrado.
A corto plazo es posible que aparezcan molestias, inflamación o infección, pero es muy infrecuente.
La vasectomía puede ocasionar un dolor crónico en el escroto o en la pelvis conocido como “síndrome de dolor post-vasectomía”. Según un estudio realizado en 1992 sobre 172 varones que se habían practicado una vasectomía cuatro años atrás, el 33% de ellos había experimentado algunas molestias crónicas en los testículos que no afectaban su diario vivir, el 15% había experimentado molestias crónicas que sí lo afectaban, y el 4% había experimentado dolor testicular más severo.
¿La vasectomia es un buen método anticonceptivo?
La vasectomía es un procedimiento muy efectivo para evitar la concepción. La tasa de fallos no supera el 0.5 por ciento, debido a la posible recanalización espontánea o al no cumplir los consejos del urólogo tras la cirugía. Hay que tener en cuenta que, después de la operación, todavía hay espermatozoides almacenados en la vía seminal que se eliminarán en eyaculaciones posteriores. Luego, resulta imprescindible la utilización de algún método anticonceptivo hasta que un análisis de semen revele que no existen espermatozoides. Este se realiza a los 2 o 3 meses se la operación.
¿Qué pasa con los que se arrepienten, la vasectomia es reversible?
En principio es necesario pensar que no existe la llamada “vasectomía reversible”; toda vasectomía se hace con ánimo de irreversibilidad, de no tener más hijos. Pero resulta frecuente que, por diversos motivos (formar una nueva pareja, fallecimiento de hijos, desear alguno más…), la pareja o sólo el varón solicite ayuda para poder ser fértil.
Si es poco el tiempo transcurrido desde la vasectomía, menos de cinco años, se le puede indicar una nueva operación para intentar conseguir la re permeabilización de los conductos deferentes, se trata de la vasovasostomía, que se realiza con la ayuda de un microscopio electrónico y con un éxito del 50-75%, dependiendo de diversos factores. Si la recanalización no se consigue o han pasado más años, la meta será intentar conseguir espermatozoides en el propio testículo mediante una biopsia testicular, y poder utilizarlos en técnicas de reproducción asistida.
Si una pareja no desea tener más hijos y practicar una sexualidad sin miedo al posible embarazo, la vasectomía puede ser un excelente sistema anticonceptivo. Intervención sencilla, con escasos efectos secundarios y sin afectar ninguna de las fases de la respuesta sexual masculina. Se mantiene normal el deseo sexual, la capacidad para la erección y la eyaculación. Únicamente que el semen eyaculado no contendrá espermatozoides que puedan fecundar al óvulo.