Tanto en el lactante como en el niño más mayor, el espíritu explorador lleva en ocasiones al alojamiento de una amplia variedad de cuerpos extraños (CE) en diferentes lugares. Entre ellos, donde con más frecuencia se alojan los CE son el aparato digestivo y el árbol traqueo bronquial (vía respiratoria).
La mayoría de los cuerpos extraños (CE) que se ingieren se eliminan espontáneamente, estimándose en un 10-20% los casos que van a requerir intervención médica. Solamente el 1% de los casos necesitarían intervención quirúrgica, siendo excepcional la ocurrencia de un desenlace fatal.
Podría ser una moneda, un tornillo, una batería alcalina o hasta un imperdible abierto, pero la verdad es que la naturaleza instintivamente exploratoria de los infantes alrededor de su medio ambiente es propicia para que se traguen objetos pequeños que se pongan en la boca.
Aunque la mayoría de los cuerpos extraños que nuestros niños ingieren no traen consecuencias funestas, generalmente causan un pesar y angustia en los padres.
En cuanto a la edad pediátrica, dos tercios de los casos ocurren entre los 6 meses y los 6 años. En niños más mayores se asocia con más frecuencia a desórdenes mentales.
Clínica
La mayoría de los niños, o sus familiares, van a ser capaces de identificar el objeto ingerido. En los casos de niños muy pequeños, el antecedente puede pasar desapercibido, siendo la clínica de presentación un episodio de asfixia, negativa a ingerir alimentos, vómitos, babeo, emisión de saliva sanguinolenta o dificultad para deglutir o incluso para respirar. En estas situaciones es importante mantener un alto índice de sospecha para llegar a un correcto diagnóstico. Muchos de los niños se van a encontrar asintomáticos.
Cuando por causa de esta ingesta existe un compromiso de la vía aérea, se está ante una urgencia de riesgo vital, en la que es necesario realizar maniobras destinadas a que el objeto salga del cuerpo y deje de impedir la respiración.
Manejo de situaciones concretas
INGESTA DE MONEDAS
Es el caso más frecuente. Actualmente se recomienda realizar un estudio radiográfico a todos los niños con sospecha, ya que hasta un 30% de las monedas alojadas en esófago son asintomáticas.
Si se encuentran por debajo del diafragma y están asintomáticos, los niños deben ser observados las siguientes 24horas, para asegurarse de que no aparezca ningún síntoma.
El 95% de ellas serán expulsadas espontáneamente en el transcurso de una semana, recomendándose control domiciliario de las deposiciones.
Si no se ha constatado la eliminación en el plazo de15 días se debe repetir el estudio radiológico. Las alojadas en esófago serán indicaciones de extracción urgente, excepto las localizadas en tercio inferior en el que se puede adoptar actitud expectante 6-12 horas.
En la última década algunos servicios de urgencias han empezado a usar detectores manuales de metales, como método de screening para localización de monedas y otros objetos metálicos. El beneficio principal es la disminución de exploraciones radiológicas realizadas en el diagnóstico o seguimiento.
INGESTIÓN DE PILAS
Las pilas de botón constituyen el tipo más frecuente. Su contenido alcalino puede producir lesiones cáusticas mucosas si se escapa de su compartimento. Esto es más probable si la pila queda detenida en esófago, por lo que en estos casos está indicada siempre la extracción endoscópica urgente. Una vez superado el esófago, habitualmente atraviesa el resto del tubo digestivo sin problemas, eliminándose en 48- 72horas, por lo que no será necesario tomar ninguna medida.
En estómago pueden tener problemas para atravesar el píloro y quedar detenidas si el diámetro es mayor de 15 mm.
INGESTA DE CE PUNTIAGUDOS, AFILADOS O ALARGADOS
Deben ser extraídos siempre, incluso aunque hayan atravesado el estómago. Algunos ejemplos son: huesos de pollo, espinas, clips metálicos de cierre de bolsas de plástico, palillos de dientes, imperdibles, alfileres, clavos, alambres. El riesgo de perforación llega hasta el 35%. Para los niños se consideran alargados los de más de 6cm y los de más de 10 para adolescentes.
Si el objeto se localiza radiológicamente en esófago o estómago está indicada la extracción urgente mediante endoscopia. Si está a nivel intestinal hay que vigilar estrechamente la aparición de síntomas que nos orienten a una perforación (dolor abdominal, vómitos, fiebre…) y realizar Rx de abdomen diaria.
¿QUÉ HACER SI EL CUERPO EXTRAÑO PRODUCE ATRAGANTAMIENTO CON COMPROMISO DE LA VÍA AÉREA?
Se trata de una situación que puede acarrear graves consecuencias, representando en ocasiones una amenaza inmediata para la vida. La repercusión de un cuerpo extraño implantado en la vía aérea va a depender de su naturaleza, de su localización y del grado de obstrucción que origine, pudiendo provocar patología tanto de forma aguda (fallo respiratorio) como crónica (atelectasia, bronquiectasia, etc). La mayor parte de los episodios de atragantamiento ocurren cuando el niño está comiendo o jugando, y en presencia de otra persona.
Se inicia con el “síndrome de penetración”, que consiste en atragantamiento súbito y tos de expulsión, al que sigue asfixia brusca con pérdida de voz, dificultad respiratoria y cianosis. Finalmente produce estridor (pitido audible en inspiración característico de la obstrucción de vía aérea alta) y retracción del tórax con la inspiración.
A.-NIÑO CONSCIENTE, RESPIRANDO ESPONTÁNEAMENTE, CON TOS EFICAZ Y ESFUERZOS PARA ELIMINAR EL CE
Mantener una actitud de vigilancia estrecha, sin intervenir salvo para animar al niño a seguir tosiendo.
Nunca se debe realizar un barrido digital a ciegas dado que podría promover el empuje del objeto hacia vía aérea.
Únicamente, y sólo si el objeto es visible, se intentará su extracción con el dedo en gancho con muchísimo cuidado evitando que se desplace hacia abajo.
B.-LACTANTE (MENORES DE 1 AÑO) CON OBSTRUCCIÓN DE VÍA RESPIRATORIA Y SIGNOS DE ATRAGANTAMIENTO
La primera medida a tomar, siempre será alertar al servicio de Urgencias llamando al 112 informando de la situación.
Colocar al lactante en decúbito prono (boca abajo), apoyándolo sobre el antebrazo, sujetándolo firmemente por la mandíbula, y con los dedos pulgar e índice, mantener la cabeza ligeramente extendida, procurando que esté en posición más baja que el tronco. Ver Figura 1.
Golpear 5 veces con el talón de la otra mano en la zona interescapular con golpes rápidos y moderadamente fuertes.
A continuación se cambiará al lactante al otro antebrazo poniéndolo en decúbito supino (boca arriba), sujetándole la cabeza con la mano y en posición más baja que el tronco.
Se efectuarán 5 compresiones torácicas con dos dedos (índice y medio) en la misma zona e igual que el masaje cardíaco pero más fuerte y más lento. Se comprobará si el niño respira espontáneamente; si es así hay que colocarlo en posición de seguridad comprobando continuamente la respiración.
Si el bebé no vuelve a respirar por sí solo se recomienda practicar la respiración boca a boca, o la técnica boca a boca y nariz administrándola dos veces. Si no tenemos éxito tras esta actuación, se debe iniciar la secuencia completa de nuevo hasta la llegada de la ayuda medicalizada.
C.- OBSTRUCCIÓN EN EL PACIENTE MAYOR DE 1 AÑO DE EDAD
Aunque en los más pequeños se pueden realizar compresiones torácicas, lo recomendable son las compresiones abdominales o maniobra de Heimlich:
Si el paciente está consciente el reanimador se sitúa de pie sujetando al paciente por detrás, pasando los brazos por debajo de las axilas y rodeando el tórax del paciente; colocando las manos sobre el abdomen se efectúan cinco compresiones hacia arriba y hacia atrás. Ver Figura 2.
Si el niño está inconsciente, colocado boca abajo, se deben dar cinco golpes en la espalda; seguidamente se realizarán cinco compresiones abdominales con el paciente en decúbito supino.
Tras estas maniobras se examinará la boca y se comprobará si hay o no cuerpo extraño para extraerlo si es posible.
Si tras abrir la boca el paciente no espira espontáneamente, se realizarán cinco insuflaciones boca a boca, y si no es posible ventilarlo, se repetirá la secuencia anterior.
Recomendaciones para prevención de accidentes
- No perder al niño de vista. Los niños son curiosos y exploradores. No basta con ocultar los objetos peligrosos, acaban encontrando otros…
- No ofrecer al niño bolitas, monedas, dados, botones y objetos pequeños para jugar. Tampoco, muñecos con ojos que puedan desprenderse.
- La alimentación de los pequeños, aunque coman solos, debe estar supervisada por un adulto.
- Tener especial cuidado con las pilas botón, y guardarlas fuera del alcance de los niños.