El agua es el alma madre de la vida y la matriz, no hay vida sin agua (Albert Szent Gyorgyi).
El agua es un recurso natural esencial para la vida, es el principal componente de nuestro organismo, así como de la mayoría de los organismos vivos e influye en diversas funciones y reacciones orgánicas, contribuyendo a mantener el equilibrio vital.
Aunque es preciso beber agua durante todo el año, en verano, con el aumento de la temperatura, perdemos mayor cantidad de líquidos corporales, por lo que es necesario reponerlos bebiendo más agua, u otro tipo de líquidos o alimentos ricos en agua.
El agua interviene en el transporte de los nutrientes a las células y facilita la digestión, ayuda a regular la temperatura corporal, y contribuye a mantener la salud y el buen aspecto de la piel. Además, ayuda a diluir líquidos corporales, aumenta la capacidad de concentración, consigue que tus riñones funcionen bien evitando en un futuro cálculos renales, en definitiva aumenta la esperanza de vida.
Las personas necesitamos alrededor de 2,5l.de agua cada día entre agua de las bebidas y la de los alimentos para mantener hidratado el organismo y compensar la pérdida de líquidos que se produce al realizar las diversas funciones corporales: orina, respiración, sudoración y heces. En caso de practicar deporte o realizar algún otro esfuerzo físico, o si hace mucho calor o nos exponemos al sol, debemos aumentar la ingesta de líquidos. No debemos esperar a tener sed para acordarnos que tenemos que beber agua.
Consejos para una buena hidratación
• Tomar al menos dos litros de agua al día, esto ayuda a eliminar toxinas, a mantener los riñones en buen estado y a compensar la pérdida de agua diaria que se produce a través de la orina, las heces y la transpiración.
• Beber entre comidas, tomar agua antes, durante o después de las comidas no influye en el acopio calórico. No engorda ni adelgaza.
• Si vas a estar al aire libre y expuesto al sol, si piensas pasar toda la mañana haciendo deporte en la playa, tomando el sol, lo mejor es que lleves una pequeña nevera portátil con agua y refrescos.
• Vigila que los niños tomen suficientes líquidos; cuando están jugando, o en el agua, suelen olvidarse de todo.
• Evita salir en las horas de máximo calor. De 12 a 16h lo mejor es permanecer a la sombra, o en lugares frescos y ventilados; puedes aprovechar para dormir la siesta, costumbre muy saludable.
• Si practicas algún deporte o realizas algún esfuerzo físico, aumenta la ingesta de líquidos. Lo mismo si sudas más de lo habitual a causa del calor, la humedad…
• Limita la ingesta de bebidas con contenido alcohólico porque el alcohol tiene un efecto deshidratante. La cerveza puedes tomarla sin alcohol, y rebajar la sangría y el ‘tinto de verano’ añadiéndoles bastante hielo. En cualquier caso, no sustituyas el agua, los zumos y los refrescos por este tipo de bebidas aunque te atraiga más su sabor.
Alimentos y bebidas para estar hidratados
Todos los alimentos contienen agua, aunque en cantidades variables. Además de los alimentos esencialmente líquidos, las frutas frescas, verduras y hortalizas también presentan un significativo contenido en agua, alrededor de un 80 a 90% de su peso, lo que les confiere, en parte, el carácter regulador que desempeñan en la dieta.
• Agua: proporciona minerales esenciales como el calcio o el magnesio, con lo que es la primera opción para hidratarse. Puedes elegir entre potable, mineral con gas o sin gas y agua de manantial. También las hay con sabores a limón, fresa, manzana etc.
• Infusiones: esta bebida tradicional puede, según los hábitos, convertirse en un aporte destacable de agua pudiéndolas tomar frías o calientes. Contiene fitoquímicos importantes para nuestra salud.
• Lácteos y bebidas de soja: también aportan proteínas y calcio además de agua.
• Zumos de fruta: proporcionan muchos de los nutrientes de la fruta fresca. Resultan nutritivos y aportan energía en forma de fructosa.
• Bebidas alcohólicas no se recomiendan para hidratarse aunque contengan agua.
• Bebidas carbonatadas o no, se endulzan con azúcar o fructosa.