La disfunción eréctil es la incapacidad persistente, completa o parcial, para alcanzar o mantener una erección peneana con rigidez suficiente que permita unas relaciones sexuales satisfactorias. Es sinónimo de impotencia sexual, pero hoy en día se prefiere el término de disfunción eréctil.
Se trata de un síntoma que es producido por numerosas enfermedades que pueden afectar al varón, lo que repercute en la pareja y el entorno del paciente. Todo esto unido, afecta a la calidad de vida del paciente, ya que en la sociedad actual el fallo de la rigidez peneana a veces supone una tragedia, lo cual conlleva a complejos y vergüenzas por parte del varón.
¿Afecta a muchos hombres?
La disfunción eréctil es el fallo sexual mas frecuente en el hombre. Aumenta con la edad y con ciertas patologías médicas como la diabetes y la hipertensión arterial, entre otras. Hasta el 40% de los varones de 40 años tiene algún grado de disfunción eréctil y hasta el 75% de los varones mayores de 70 años pueden presentarla.
¿Por qué me pasa esto a mí?
Las principales causas de disfunción eréctil son las siguientes:
• Causas psicológicas: el pene no tiene ninguna alteración física, pero problemas psicológicos como la ansiedad (provocada con frecuencia por el miedo a no conseguir una erección o a defraudar a la pareja), la depresión, los problemas con la pareja e incluso el estrés pueden afectar al acto sexual. También la preocupación excesiva por los problemas laborales, sociales o familiares puede conllevar el que no se dedique la atención necesaria al acto sexual. La fatiga, la inapetencia, la falta de ejercicio, el insomnio o un fracaso laboral también desequilibran los reflejos sexuales.
• Causas vasculares: son muy habituales. El pene no puede acumular la sangre necesaria para que se produzca la erección, generalmente porque no llega en suficiente cantidad. Fumar, sufrir hipertensión arterial, diabetes, algunas enfermedades cardíacas y variaciones en los niveles de colesterol en sangre pueden provocar trastornos vasculares que dificultan la erección.
• Causas neurológicas: en estos casos se produce una interrupción en la transferencia de mensajes del cerebro al pene porque existe una lesión en los nervios implicados. Esto ocurre en las lesiones de la médula espinal, la esclerosis múltiple o las intervenciones quirúrgicas de la pelvis.
• Causas hormonales: son poco frecuentes. Generalmente se deben a una falta de hormonas sexuales masculinas.
• Causas farmacológicas: Existen fármacos que tienen como efecto secundario disminuir la capacidad de tener una erección. Entre ellos, algunos utilizados para tratar la hipertensión, las enfermedades cardíacas y los trastornos psiquiátricos
¿Estos problemas tienen solución?
La gran mayoría de hombres con problemas de erección pueden recibir diferentes tratamientos. Son eficaces y seguros si se toman siguiendo los consejos del médico, y pueden llegar a solucionar su problema. El tratamiento debe basarse primero en la identificación de las causas que producen la disfunción eréctil.
El tratamiento más frecuente para los problemas de erección es el tratamiento oral mediante los llamados inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (PDE5). Producen la dilatación de las arterias, aumentando la entrada de sangre al pene y con ello facilitan la erección. Para que esto se produzca es imprescindible el estímulo sexual.
Estos fármacos tienen diferentes características debiendo adaptarse a las necesidades de cada paciente, Se pueden tomar a demanda, con un inicio de acción rápido y una duración del efecto de 4-6 horas, o bien tomar de forma diaria, disminuyendo la ansiedad del paciente y permitiendo tener la erección en cualquier momento.
Otras alternativas a los fármacos orales son:
• Inyecciones en el pene: la sustancia inyectada tiene una acción local que facilita la erección.
• Dispositivos de vacío: provocan un vacío haciendo que el pene se llene de sangre y se produzca la erección.
• Cirugía: Cuando los métodos anteriores no son eficaces, puede estar recomendada la colocación de una prótesis de pene.
• Tratamiento hormonal: se utiliza cuando la causa de la disfunción es hormonal, un déficit de testosterona por ejemplo.
• Tratamiento psicológico: está indicado en aquellos hombres con problemas de erección de causa psicológica o mixta.
Es importante recordar que sólo su médico puede decidir cuál es el tratamiento más adecuado para su caso.