La circuncisión masculina es la operación con la cual se secciona el prepucio del pene dejando el glande al descubierto.
La circuncisión infantil practicada por razones no estrictamente terapéuticas no formaba parte de la tradición cultural española, siendo una intervención infrecuente.
Pero en los últimos años el número de circuncisiones rutinarias realizadas en pacientes varones menores de edad sigue aumentando, achacables estas al aumento de inmigrantes de origen musulmán, junto al traslado a nuestro país de hábitos de otros entornos culturales – sobre todo de EEUU-, donde el 70% de los varones están circuncidados.
Esta práctica sin causas médicas que la justifiquen está siendo cuestionada por el estamento médico debido junto a la no justificación médica del procedimiento al aumento de las listas de espera que conlleva.
¿Tiene alguna justificación científica el uso rutinario de la circuncisión en niños?
El primer deber del médico es de no dañar a su paciente y sin embargo hasta ahora nadie ha conseguido demostrar claramente los beneficios de la circuncisión por lo que no hay suficientes datos como para recomendar esta operación de forma rutinaria en neonatos.
Tendríamos como beneficios potenciales: la protección contra el cáncer de pene, la posible prevención de infecciones del tracto urinario y el menor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y SIDA.
Las posibles complicaciones serían: riesgos achacables a la intervención y a la anestesia: sangrado, infecciones, cicatrices, lesión irreversible del pene e incluso se han descrito casos de muerte.
Junto a todo existen dos temas muy debatidos: que el prepucio protege al glande del poder irritante de la orina en los recién nacidos y existe la opinión de que la circuncisión hace perder sensibilidad en el glande y eso disminuiría el placer sexual.
Conclusiones
La circuncisión rutinaria en neonatos por motivos culturales o religiosos es un asunto novedoso en el sistema sanitario español.
Su debatida justificación médica junto a los potenciales peligros hace necesario plantearse las razones para sostener su realización como serían, el respeto para la práctica religiosa y cultural de los que lo solicitan y por otra evaluar los motivos paro no practicarla, como el respeto para la integridad física del niño y al que no se puede pedir su opinión al respecto.
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