La disfunción eréctil (DE) es una alteración muy habitual entre la población masculina, afectando a más del 50% de individuos mayores de 60 años y, aumentado su frecuencia e intensidad a partir de esa edad.
La (DE) se definiría como “la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para lograr una penetración vaginal y lograr una relación sexual satisfactoria”.
Todos los estudios epidemiológicos demuestran que la (DE) constituye un buen indicador de riesgo cardiovascular, lo que en medicina se entiende como “síntoma centinela”. Además parece que esta (DE) se anticiparía en dos o tres años a eventos tan severos como la isquemia coronaria, el infarto agudo de miocardio o el ictus cerebral.
La relación entre (DE) y riesgo cardiovascular gravita en varias evidencias:
• Los factores de riesgo cardiovascular implicados en la enfermedad vascular producidos por las placas de ateroma en los vasos sanguíneos son los mismos que se encuentran en la (DE): aumento del colesterol, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, hipertensión arterial y la diabetes mellitas. Además mayor número de factores mas riesgo cardiovascular y de (DE)
• La presencia de (DE) puede predecir efectos cardiovasculares incluso en pacientes asintomáticos. Esto se explica por el tamaño de las arterias. Al ser la ateroesclerosis una enfermedad generalizada, todas las arterias del organismo pueden desarrollar placas de ateroma.
Las razones para considerar a la (DE) un marcador precoz
• El menor tamaño de las arterias del pene: estas tienen un diámetro de 1 a 2 mm, menores que el de las coronarias (3 a 4mm), por lo que cualquier lesión en ella tiene una repercusión cínica más temprana.
• Aparte de que basta que exista un 50% de obstrucción de la luz de la arteria peneana para que aparezca disfunción eréctil. El grado de obstrucción arterial ha de ser mucho mayor para que aparezcan síntomas de la enfermedad coronaria.
Por todo ello es importantísimo:
• Corregir los factores de riesgo cardiovascular comentados con anterioridad.
• El debut de un cuadro de disfunción eréctil (DE) constituye una buena oportunidad para evaluar el riesgo cardiovascular de los varones.
• Habría que promover la formación continuada a los médicos de atención primaria y otros estamentos sanitarios en el abordaje de la disfunción eréctil y darle la importancia que se merece como “síntoma centinela de alteraciones cardiovasculares futuras”.