El Olfato: Un sentido un poco olvidado


Dr. Ignacio Arruti González. Jefe de Sección ORL del CHN

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El olfato es el sentido encargado de detectar y procesar los olores. Los seres humanos tenemos este sentido mucho menos desarrollado que la mayoría de los animales. Sin embargo es el más sensible de nuestros sentidos ya que una cantidad ínfima de materia es suficiente para estimular las células olfativas.

Proceso del olfato

• Las moléculas de olor llegan a las fosas nasales y allí se disuelven en la humedad de la pituitaria amarilla.

• La pituitaria amarilla se ubica en la parte superior de ambas fosas nasales y consta de tres tipos de células (olfativas unos 20 o 30 millones, basales y de sostén).

• Las células olfativas contienen en su cabeza unos 20 filamentos llamados cilios. Estos cilios trasforman las señales químicas en impulsos nerviosos.

• Estos impulsos llegan al bulbo, este manda información al sistema límbico (relacionado con la memoria y las emociones) y al lóbulo frontal que es el encargado de reconocer el olor.

• Se cree que existen siete tipos distintos de células olfativas capaces de reconocer siete tipos de olores: Alcanforado, almizclado, etéreo, floral, mentolado, picante y pútrido.

Causas de alteraciones en el olfato

Es posible observar tres tipos de factores que alteran el olfato:

• Factores endógenos: producen cambios en los tejidos pueden ser procesos infecciosos, trastornos hormonales, enfermedades neurológicas…

• Factores exógenos: producen daños químicos en los receptores olfativos que pueden ser temporales o permanentes esto ocurre al respirar vapores corrosivos (disolventes, insecticidas…), al abusar del tabaco o drogas inhaladas, con el abuso de determinados sprays nasales, con ciertos medicamentos…

• Factores físicos: alteran la llegada del estímulo (como ocurre con las desviaciones del tabique, las poliposis, las rinitis, las sinusitis, tumores…); o la trasmisión del mismo (ocurre en intervenciones quirúrgicas, traumatismos craneales, enfermedades neurológicas…).

Tipos de alteraciones del olfato

• Anosmia: pérdida total del sentido del olfato.

• Hiposmia: disminución del olfato.

• Hiperosmia: sentido del olfato muy sensible.

• Parosmia: interpretación errónea de los olores, detectando como desagradable un olor que no lo es.

• Cacosmia: sensación de notar un mal olor de manera permanente.

• Fantosmia: es una alucinación olfativa, se percibe un determinado olor a pesar de no existir el estímulo.

Diagnóstico

• Historia Clínica completa.

• Exploración ORL completa.

• Resonancia Nuclear Magnética: necesaria para valorar la vía olfativa ante todo paciente con sospecha de problemas neurológicos.

• Tomografía axial computarizada: para evaluar senos paranasales, cavidad nasal, huesos de base del cráneo…

La radiología simple aporta poca información, la evaluación rutinaria con imágenes no está recomendada salvo que la historia clínica así lo justifique.

• Olfatometría: Se presentan diferentes estímulos odoríficos mediante frascos o tiras, el resultado va a depender mucho de la colaboración, instrucción, edad  y patologías asociadas del paciente. Una dificultad añadida es que también se puede estimular el nervio trigémino (sensitivo) y así confundir los resultados.

Curiosidades

• Gracias  a la estructura de nuestra nariz, somos capaces de percibir un mal olor en concentraciones mucho mas bajas que los buenos olores. Esto es un rasgo adaptativo ligado a las emociones de asco y miedo que favorece nuestra supervivencia.

• La sensibilidad que tenemos para percibir olores, unida a nuestra capacidad de asociación, es un enlace directo a nuestra memoria (un perfume nos recuerda a una determinada persona, el olor de una panadería nos produce hambre, el olor del cloro nos recuerda al verano…).

• El olfato permite incrementar la capacidad para percibir los sabores (hasta un 80%), al perderlo muchas personas se quejan de que también pierden el gusto.

• El olfato es un sentido que nunca descansa, incluso dormidos olfateamos.

• Todos tenemos una huella olfativa propia, se investiga si es posible detectarla para su empleo fundamentalmente en temas de seguridad.

• El olfato se pierde también con la edad (presbiosmia).

• Como es bien sabido los perros son capaces de detectar multitud de olores, actualmente existen algunos perros capaces de detectar algunos tipos de cáncer en un grupo de diferentes personas.

• Los olores corporales juegan un importante papel en las relaciones interpersonales (compatibilidad de parejas, relación madre-hijo…).

• Existe la fatiga olfativa, consiste en que tras un cierto tiempo en contacto con un olor dejamos de percibirlo. Esto es importante en la prevención de accidentes (escape de gas, incendio…).

Conclusión

Una de cada 5 personas adultas sufre problemas de olfato. En general, es un tema que no produce gran preocupación aunque se considere que disminuye la calidad de vida, la sensación de placer y el disfrute de la comida.

Sin embargo, la pérdida del olfato puede ser el síntoma inicial de enfermedades neurológicas graves (Alzheimer, Parkinson…), tumores, procesos infecciosos, intoxicaciones…

Es necesario acudir a un especialista en ORL para estudiar el caso, encontrar la causa que produce el problema olfatorio y poner el tratamiento adecuado según los diferentes orígenes.