Las lesiones deportivas son cada día más frecuentes, especialmente en el esquí donde se comienza a edades más tempranas y con mayor exigencia deportiva.
Entre las lesiones más frecuentes se encuentran:
• Lesiones del ligamento cruzado anterior.
La mayoría se producen por lesiones sin contacto por un mecanismo de giro y pivotaje cuando el pie está anclado al esquí y éste al suelo. Se suele escuchar un chasquido o un “pop” articular que es consecuencia del golpe de un hueso sobre otro al romperse el ligamento cruzado. Se suele producir un derrame de la rodilla y el deportista es incapaz de poner el pie en el suelo. Posteriormente el paciente suele referir sensación de inestabilidad y fallos en la rodilla. El diagnostico además de la exploración física se confirma con la resonancia magnética, siendo habitualmente el tratamiento quirúrgico.
• Lesiones del ligamento medial.
Son las lesiones que se conocen comúnmente como esguinces de rodilla. Se producen por una torsión y se clasifican en 3 grados en función de la afectación del ligamento interno. EL tratamiento es conservador con ejercicios para mejorar la movilidad y tratamiento de fisioterapia. No suele estar indicado la inmovilización ni la intervención quirúrgica salvo en casos graves o que asocian inestabilidad a pesar de un correcto tratamiento conservador.
• Lesiones de los meniscos.
Las roturas de menisco son un desgarro del cojín o amortiguador de la rodilla. Se considera que el menisco es la estructura más esencial para proteger la salud de la rodilla a largo plazo. Si uno tiene una rotura meniscal suele tener dificultad para agacharse y ponerse cuclillas. También es típico el dolor de rodilla a nivel de la interlínea articular al bajar escaleras, levantarse de las sillas o hacer giros. Es importante diferenciar entre una rotura aguda en paciente joven y activo a una rotura degenerativa ya que el tratamiento es diferente. El diagnóstico se realiza tras acudir a su médico con una exploración detallada y se confirma mediante una resonancia magnética.
• Luxación de rotula.
Las dislocaciones de la rótula son más comunes en las mujeres que en los hombres. En esta circunstancia, por lo general, la rodilla está cerca de estar recta y la rótula salta hacia afuera y se disloca cuando uno se tuerce, gira o pivota. La colocación temprana de la rótula nuevamente en su posición es importante para asegurarse de que uno no tenga ningún daño en el cartílago. Un programa de rehabilitación adecuado también es importante para tratar de incrementar la posibilidad de que la rótula no se disloque nuevamente. En aquellas personas que pasa habitualmente y no mejora a pesar de la rehabilitación habría que estudiar las posibles causas de esa recidiva mediante pruebas de imagen como TC o RMN, siendo el tratamiento quirúrgico un menú a la carta en función de las lesiones que se aprecian.