El objetivo de este pequeño artículo es dar a conocer algunas de las posibles causas del dolor en la planta de pie, ya que existe una tendencia generalizada a pensar siempre en una fascitis plantar o incluso en un espolón. Pero únicamente el 20% de los dolores en la planta del pie se producen por una fascitis.
El diagnóstico diferencial del pie es complejo ya que existen muchas patologías y/o lesiones que nos pueden generar dolor hacia esta región. El tipo de dolor, cuando aparece y su localización serán determinantes a la hora de realizar el diagnóstico más acertado.
Cuando hablamos de dolor en la planta del pie siempre habrá que descartar la presencia de fractura de alguno de los huesos del pie en presencia de traumatismos de alta intensidad y en aquellas personas que por ciertas patologías o por sobrecargas deportivas puedan presentar una fractura por estrés, con frecuencia de los metatarsianos y del calcáneo que recibe el impacto del suelo.
Empezaremos definiendo lo que es la fascia plantar, se trata de una “venda” gruesa de tejido fibroso que forma la parte inferior de la bóveda plantar por debajo de la piel y que continúa con la fascia posterior del tobillo. Se inserta en el calcáneo y se extiende hasta la cabeza de los metatarsianos.
Fascitis plantar y espolón calcáneo
La fascitis plantar es la inflamación de esta estructura debido a un sufrimiento mecánico mantenido de los tejidos blandos del pie, la sobrecarga ligamentaria en muchos casos se produce por una actividad muscular deficiente. La fascitis se caracteriza por dolor a los primeros pasos que mejora con la actividad, aunque puede aumentar a última hora del día por sobreutilización.
La cronificación de la fascitis puede dar lugar a un espolón calcáneo que consiste en un crecimiento óseo anómalo, debido a la tracción muscular sobre el borde inferior del hueso calcáneo. El espolón en sí mismo no genera dolor, la causa de nuevo es la inflamación de las estructuras blandas circundantes músculos, tendones y fascia.
Músculos, nervios y talón del pie
Otra de las causas que puede generar dolor hacia la planta del pie es por su puesto la propia musculatura del pie, debido a una sobreutilización, traumatismos… Existen también músculos que, aunque no se localicen directamente en la planta del pie pueden dar dolor referido hacia esta zona como pueden ser los gastrocnemios (gemelos), soleo, tibial posterior, flexor largo del primer dedo…
En el pie las afecciones nerviosas son más comunes de lo que pensamos. La irritación nerviosa puede dar lugar a fatiga, congestión y/o alteración sensitiva.
Algunos ejemplos de atrapamiento nervioso son el síndrome de Baxter y el síndrome del seno del tarso. Este último es el atrapamiento del nervio tibial posterior entre los flexores de los dedos y da dolor en la región posterior e interna del pie que irradia hacia la planta. El dolor en este caso, muchas veces descrito como quemazón, se caracteriza por aumentar con la actividad y por aparecer de forma espontánea, incluso en reposo al atrapar elementos vasculonerviosos.
Por último, describiremos la atrofia del tejido adiposo plantar en el talón. Debido a esta pérdida de grasa disminuye la capacidad de amortiguación del pie, el hueso impacta antes contra el suelo durante la carga, produciendo dolor en el centro del talón. Esta patología es común entre maratonianos.
Por supuesto la forma del pie (plano, cavo), la distribución del peso corporal durante la pisada y el uso de un calzado inadecuado puede producir problemas en el pie y acabar desarrollando una de las patologías ya descritas.
Conclusión
El dolor en la planta del pie suele ser muy invalidante para quien lo padece y de larga duración, pudiendo llegar a generar un dolor complejo. Por ello es fundamental entenderlo, valorarlo y diagnosticarlo como cualquier otra zona dolorosa dentro de un gran sistema para que su posterior tratamiento sea eficaz.