Próstata y sexo ¿Existe alguna relación?


Satur Napal Lecumberri . Urólogo del Complejo Hospitalario de Navarra www.evidenciamedica.com

Print Friendly, PDF & Email
Al envejecer, el aparato urinario de los varones experimenta una serie de cambios en su estructura y también en su función. Se produce un aumento de las alteraciones de la micción secundarias al crecimiento de la glándula prostática y junto a esto también pueden aparecer dificultades en la erección del pene, perdida de la eyaculación y eyaculación dolorosa.

Próstata
y sexo
¿Existe
alguna
relación?Una encuesta llevada a cabo en EE.UU. y seis países europeos, investigó sistemáticamente la relación entre las alteraciones de la micción secundarias al crecimiento prostático y las alteraciones sexuales en varones de edad. El 90% de los varones decía tener alteraciones de la micción aunque sólo el 19% había buscado ayuda médica para sus problemas urinarios. Junto a esto, el 83% de la muestra refería actividad sexual, demostrando que la actividad sexual es común en la mayoría de los varones de edad, además muchos de ellos referían disfunciones en esta actividad sexual, en especial dificultades para lograr o mantener le erección.

Alteraciones de la micción y la disfunción sexual

Aunque hasta ahora solo parecía que el aumento de la edad tuviera relación entre las enfermedades de la próstata y las alteraciones sexuales, actualmente parece que existen una serie de factores que explicarían la frecuente asociación de ellas.

a) La reducción del óxido nítrico o la falta de él impide la relajación de la musculatura lisa de los cuerpos cavernosos provocando disfunción eréctil. Este óxido nítrico también está presente en la próstata, uretra y vejiga humana y modula el tono del músculo liso y su reducción a este nivel produce alteraciones en el vaciado de la vejiga.

b) Las alteraciones de la micción pueden ser parte del síndrome metabólico (frecuente en varones mayores), que incluye obesidad, aumento de lípidos y colesterol en la sangre, enfermedades cardiovasculares (hipertensión, cardiopatía isquémica) y la “diabetes mellitus”. Todos ellos factores de riesgo ya conocidos para las dificultades en la erección.

c) Aterosclerosis en la pelvis (donde se localiza la vejiga, la próstata y los órganos sexuales masculinos), que determina una falta de riego sanguíneo en la zona y que por tanto puede representar un vínculo común entre las alteraciones de la micción y las disfunciones sexuales.

Conclusiones

Tanto las alteraciones de la micción como la disfunción sexual tienen un impacto negativo en la vida de los varones mayores. Parece que aparte de la edad, ambas alteraciones tendrían las causas comunes en su producción ya comentadas.

Pero lo mas importante es saber que actualmente se pueden tratar y solucionar ambas alteraciones (tanto las de la micción como los problemas de erección).

Aparte de modificar los estilos de vida (corrigiendo la obesidad, la hipertensión arterial o tratando la diabetes) existen tratamientos muy efectivos tanto para las alteraciones de la micción como para las alteraciones de la erección.

Dentro de los primeros están, entre otros, los medicamentos los alfabloqueantes que mejoran los síntomas de irritación vesical (orinar muchas veces, urgencia de la micción, levantarse por la noche a orinar) o el finasteride y dutasteride que al disminuir el tamaño de la próstata hace que se orine con mas fuerza. También parece que tuvieran cierta eficacia el tratamiento con extractos de plantas (la fitoterapia).

Dentro de las alteraciones de la erección también existen medicaciones de gran efectividad: sildenafilo, vardenafilo y tadalafilo.

Incluso se ha autorizado recientemente por sanidad un tratamiento intentando que solucione las dos alteraciones (las alteraciones de la micción y de la erección). Esta medicación es el tadalafilo 5 tomado de forma continuada (un comprimido diario). Este tratamiento y según han informado desde la Asociación Española de Urología estaría indicado en varones menores de 70 años, con problemas de disfunción eréctil y con un crecimiento moderado de ese órgano.

El diagnóstico y tratamiento tanto de las enfermedades prostáticas como de las alteraciones de la erección competen al médico y el empleo de cualquiera de los preparados que se presentan en este artículo solo puede usarse con prescripción médica.