Estreñimiento en el anciano


María Montero García. MIR Geriatría Hospital Nuestra Señora de Gracia. Zaragoza.

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El estreñimiento es uno de los trastornos intestinales funcionales más frecuentes en las personas mayores que se produce por una evacuación de heces escasa (menos de 50 g/día) o por deposiciones infrecuentes (menos de 2 deposiciones a la semana). No es una enfermedad, sino un síntoma.

La prevalencia del estreñimiento aumenta a partir de los 60 años siendo más frecuente en mujeres que en hombres. Las causas del estreñimiento son multifactoriales. Además, constituye un síndrome geriátrico. Un síndrome geriátrico se define como: “Los síndromes geriátricos son un conjunto de cuadros habitualmente originados por la conjunción de enfermedades con alta prevalencia en los ancianos y que son el frecuente origen de incapacidad funcional o social en la población. Son la manifestación (síntomas) de muchas enfermedades, pero también son el principio de muchos otros problemas que debemos tener en cuenta desde su detección para establecer una buena prevención de los mismos”

El tratamiento incluye educación del paciente, cambios en la dieta y la utilización de laxantes. Preocupa especialmente a los ancianos y a veces es causa del abuso de laxantes.

La prevalencia del estreñimiento en adultos mayores es mayor que en jóvenes.  La inactividad física, el encamamiento, el uso de ciertos fármacos, la comorbilidad, la depresión, los hábitos dietéticos, el bajo nivel socioeconómico… son algunos de los múltiples factores que influyen en el estreñimiento. Este puede provocar síntomas como hinchazón, flatulencia, calambres abdominales, náuseas, vómitos… En otras ocasiones se manifiesta de formas más atípicas en el paciente anciano, por ejemplo, mediante un cuadro confusional.

El estreñimiento más frecuente en ancianos es el denominado estreñimiento idiopático, es decir aquel en el que no es posible identificar ninguna causa orgánica y suele producirse por alteraciones funcionales como, por ejemplo, la disminución de la percepción rectal.

Cuando se valora a paciente con estreñimiento se debe realizar una valoración nutricional dentro de la valoración geriátrica integral para identificar intervenciones nutricionales específicas. También es preciso realizar una exploración física abdominal y en algunos casos un tacto rectal. Cuando el estreñimiento se presenta como síntoma de aparición reciente, o como cambio en el hábito intestinal, es recomendable descartar cáncer de colon. En ocasiones está relacionado con otras enfermedades que padece el paciente anciano como podría ser la Enfermedad de Parkinson.

Una de las complicaciones del estreñimiento en el anciano es la impactación fecal o fecaloma que cursa con dolor y paradójicamente en ocasiones con diarrea.

Recomendaciones

  • Dietas con ingesta de fibras y adecuadas ingestas hídricas. La fibra fermenta al llegar al colon favoreciendo el atrapamiento de agua y gases lo que aumenta el volumen de las heces y favoreciendo la distención del colon y su propulsión. (Alimentos ricos en fibra: Cereales, fruta, pan integral…). Se aconseja ingerir de 10 a 60 g/día de fibra si sufre estreñimiento.
  • Adecuada actividad física, especialmente aquellos que potencian la prensa abdominal.
  • Reducir el consumo de bebidas alcohólicas.
  • No existen productos probióticos especialmente diseñados para personas mayores con estreñimiento, pero algunos estudios afirman que estos pueden ser beneficiosos al mejorar el peristaltismo.
  • Educación para adquirir el hábito. Pasar 10- 15 minutos al día en el inodoro después del desayuno, comida o cena.
  • Uso de laxantes si precisa pautados por su médico.

AUTORA:

María Montero García. MIR Geriatría Hospital Nuestra Señora de Gracia. Zaragoza.