La actividad física regular en la infancia es fundamental para un crecimiento saludable, ya que mejora el desarrollo músculo-esquelético, el metabolismo y hasta el bienestar psicológico. Por ello, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han establecido recomendaciones precisas para niños de entre 3 y 5 años. Estas incluyen acumular al menos 180 minutos de actividad física diaria, con un mínimo de 60 minutos de intensidad moderada o vigorosa (Figura 1). Además, se aconseja evitar periodos sedentarios prolongados, limitando el tiempo inactivo a no más de una hora seguida.
También se recomienda limitar el tiempo frente a pantallas a menos de una hora al día y asegurar entre 10 y 13 horas de sueño de calidad. Para apoyar el cumplimiento de estos hábitos, en el seno del Centro de Investigación Biomédica de Navarra (Navarrabiomed), la Unidad de Ejercicio Físico, Salud y Calidad de Vida (E-FIT) cuenta con un proyecto pionero: el Observatorio de Actividad Física en edad escolar, una iniciativa de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y Navarrabiomed que desde 2019 estudia la condición física y los hábitos saludables de los más pequeños (1).
Objetivo y funcionamiento del Observatorio
El Observatorio de Actividad Física nació con el propósito de monitorizar y fomentar la vida activa en escolares de Educación Infantil y Primaria. Se trata de un estudio longitudinal iniciado en 2019 que investiga la relación entre la condición física de la población infantil y sus hábitos de vida. Durante el curso piloto 2019/20, participaron más de 300 niñas y niños navarros de 3 a 6 años, junto con 500 padres y madres. Desde entonces el proyecto ha crecido de forma notable: en una primera fase (curso 2020/21) logró recopilar datos de más de 1.300 escolares y 850 progenitores, y hasta el curso 2023/24 se ha evaluado a 1.967 menores en total en distintos centros educativos de la Comunidad Foral (1-3).
Para obtener una visión completa de la salud infantil, el Observatorio realiza evaluaciones multidisciplinares con apoyo de colegios y familias. La metodología combina pruebas físicas y motrices realizadas en los propios centros, mediciones con acelerómetros (dispositivos que registran el movimiento) y cuestionarios sobre hábitos diarios. De este modo, se recogen datos objetivos sobre los niveles de actividad física, el comportamiento sedentario, la calidad del sueño, la alimentación e incluso aspectos de autorregulación y comportamiento. Asimismo, el equipo investigador (formado por profesionales de las ciencias del deporte, la fisioterapia y la salud pública) mantiene un compromiso divulgativo: comparte los resultados con las escuelas y las familias, proporcionando recomendaciones personalizadas para fortalecer los hábitos saludables.
Principales hallazgos de la investigación
Tras cuatro años de trabajo, el Observatorio de Actividad Física de Navarra ha generado conocimientos novedosos sobre cómo movernos más y mejor desde la infancia. Entre los resultados más relevantes obtenidos en sus estudios científicos recientes, destacan:
• Un programa gamificado para fomentar el ejercicio en familia. El equipo desarrolló un innovador programa de ejercicio en formato de videojuego llamado “3, 2, 1… ¡Muévete!”, diseñado para integrarse fácilmente en la rutina de los niños en entornos accesibles como el hogar o los parques (4). Este programa, de 12 semanas de duración, propone sesiones de actividad física divertidas con apoyo de una plataforma en línea y la participación de los padres. Cada niño entrena dos veces por semana guiado por la aplicación, que le permite crear un avatar, superar “mundos” y ganar recompensas a medida que acumula ejercicio (4)
• Un ensayo realizado con preescolares de 5 años mostró que esta intervención aumentó la actividad física diaria de los participantes. Al cabo de tres meses, los niños del grupo gamificado lograron sumar en torno a 25 minutos más de actividad moderada-vigorosa al día (y unos 30 minutos más de actividad física total) en comparación con su rutina anterior (4). Además, demostraron mejoras significativas en su condición física, por ejemplo en pruebas de salto de longitud, frente a los niños que siguieron únicamente las clases habituales de educación física (4). En conjunto, el estudio concluye que una intervención lúdica y apoyada por la familia produce un incremento modesto pero importante en los niveles de actividad de los pequeños, por lo que este tipo de estrategias gamificadas representan una alternativa viable para mejorar el cumplimiento de las recomendaciones de movimiento en edad temprana.
• Medición objetiva de la forma física y creación de valores de referencia. Una fortaleza del Observatorio ha sido incorporar nuevas técnicas de evaluación para cuantificar la salud física infantil. Por un lado, se emplean acelerómetros de muñeca que registran de manera objetiva el tiempo que cada niño pasa activo, sedentario o durmiendo, lo que permite perfilar sus patrones diarios de movimiento.
Por otro lado, se valoran las competencias motrices mediante tests estandarizados adaptados a cada edad (carreras de velocidad, saltos, equilibrios, etc.), obteniendo un índice global de aptitud física. Y de forma innovadora, el proyecto ha introducido la ecografía muscular portátil en el entorno escolar para examinar la calidad del músculo. En concreto, se analiza el músculo cuádriceps (recto femoral) de los niños, midiendo con ultrasonidos su grosor, área de sección y la composición del tejido muscular (a través de la eco-intensidad) (2, 3). Gracias a esta iniciativa, Navarra se ha convertido en la primera en establecer valores normativos de referencia para estas características musculares en población infantil: recientemente se publicaron las curvas de percentiles por edad y sexo del tamaño y calidad del músculo cuádriceps en niños de 4 a 11 años (2). Este trabajo proporciona valores guía pioneros –los primeros a nivel internacional para estas mediciones en pre-púberes– que servirán para comparar y monitorear la salud muscular de los escolares. Los autores destacan que estos datos, obtenidos de una muestra de 497 niños y niñas de Navarra, son un primer paso valioso: a futuro podrán ayudar a pediatras y profesionales a aplicar la ecografía muscular como herramienta de seguimiento clínico, e incluso a detectar precozmente problemas como la dinapenia pediátrica (baja función muscular en la infancia).
• Impacto del ejercicio en las capacidades cognitivas. Otro hallazgo significativo es la evidencia de que el movimiento no solo beneficia al cuerpo, sino también a la mente de los niños. En las evaluaciones del Observatorio se incluyeron pruebas de funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo (retener y manipular información a corto plazo), la flexibilidad cognitiva (cambiar de tarea o adaptarse a reglas nuevas) y la inhibición de impulsos (controlar reacciones automáticas). Los resultados concuerdan con lo observado por otros estudios recientes: los niños más activos físicamente tienden a obtener puntuaciones más altas en los test cognitivos que sus pares más sedentarios(1). Por ejemplo, se ha visto que aquellos con mejor forma física presentan mejor memoria de trabajo, mayor capacidad de atención y resolución de problemas, así como un mayor autocontrol en tareas que requieren inhibir impulsos. Estos efectos positivos del ejercicio sobre el desarrollo cognitivo temprano resaltan la importancia de la actividad física no solo para la salud corporal, sino también para el rendimiento escolar y el bienestar emocional de los menores. En términos prácticos, promover el juego activo y el deporte desde edades tempranas podría traducirse en niños que se concentran mejor, aprenden con mayor facilidad y manejan mejor sus emociones y conducta.
Relevancia de los hallazgos y aplicaciones futuras
Los descubrimientos del Observatorio de Actividad Física de Navarra tienen importantes implicaciones para la promoción de hábitos de vida saludables en la infancia. En primer lugar, refuerzan las recomendaciones existentes animando a familias, educadores y autoridades sanitarias a facilitar más oportunidades de juego activo y ejercicio diario para los niños. La evidencia local recopilada —casi 2.000 escolares evaluados hasta la fecha— confirma que muchos pequeños no alcanzan los niveles óptimos de actividad durante fines de semana o periodos como el confinamiento, lo que puede repercutir negativamente en su salud física, mental y social. Programas como el de ejercicio gamificado familiar se vislumbran como herramientas prácticas para integrar el movimiento en la rutina doméstica de forma amena, superando barreras de falta de tiempo o motivación. Por otro lado, la introducción de evaluaciones avanzadas (acelerometría, pruebas motoras, ecografías) abre la puerta a que en un futuro cercano estas valoraciones se incorporen en el sistema sanitario de forma rutinaria. Por ejemplo, los pediatras podrían usar los valores de referencia obtenidos por el Observatorio para monitorear la aptitud física y la calidad muscular de sus pacientes infantiles, detectando desviaciones tempranas e interviniendo a tiempo (2). Del mismo modo, los profesionales de salud pública pueden apoyarse en estos datos para diseñar intervenciones comunitarias más eficaces contra el sedentarismo y la obesidad infantil.
En conclusión, el Observatorio de Actividad Física en niños de Navarra ha logrado no solo dibujar una radiografía exhaustiva de los hábitos y la condición física de nuestros escolares, sino también demostrar con rigor científico cómo el ejercicio regular repercute positivamente en su crecimiento y desarrollo integral. Sus resultados —desde un videojuego que hace jugar moviéndose a toda la familia, hasta tablas inéditas que miden la salud muscular infantil, pasando por la conexión entre un cuerpo activo y una mente más ágil— aportan evidencias valiosas para seguir impulsando estilos de vida activos desde la niñez. Fomentar que los niños corran, salten, jueguen y se muevan cada día es invertir en una generación más saludable, con mejor calidad de vida presente y futura. Los conocimientos aportados por esta iniciativa navarra sientan bases sólidas para que la actividad física se incorpore como un pilar más de la salud infantil, tanto en el ámbito educativo, como en el sanitario y familiar, construyendo entre todos un entorno que favorezca que nuestros niños y niñas crezcan sanos, felices y en movimiento.
Referencias bibliográficas:
- García-Alonso Y, Ramírez-Vélez R, Legarra-Gorgoñon G, Izquierdo M, Alonso-Martínez AM. Associations between physical fitness, physical activity, sedentary behavior and executive function in preschoolers. Pediatr Res. 2025.
- García-Alonso Y, Alonso-Martínez AM, García-Hermoso A, Legarra-Gorgoñon G, Izquierdo M, Ramírez-Vélez R. Centile reference curves of the ultrasound-based characteristics of the rectus femoris muscle composition in children at 4-11 years old. Front Pediatr. 2023;11:1168253.
- Garcia-Alonso Y, Garcia-Hermoso A, Alonso-Martinez AM, Legarra-Gorgonon G, Izquierdo M, Ramirez-Velez R. Associations between physical fitness components with muscle ultrasound parameters in prepuberal children. International journal of obesity (2005). 2022;46(5):960-8.
- Legarra-Gorgoñon G, García-Alonso Y, Ramírez-Vélez R, Alonso-Martínez L, Izquierdo M, Alonso-Martínez AM. Effect of a Gamified Family-Based Exercise Intervention on Adherence to 24-Hour Movement Behavior Recommendations in Preschool Children: Single-Center Pragmatic Trial. JMIR Serious Games. 2025;13:e60185.
AUTORA:
Alicia Mª Alonso Martínez
Vicedecana del Grado Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPNA.
Profesora Titular Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra.
Unidad de Ejercicio Físico, Salud y Calidad de Vida (E-FIT). Navarrabiomed, Centro de Investigación Biomédica.