El dengue es una infección vírica que se transmite al ser humano por una picadura de mosquito infectado. La localización más frecuente donde se puede encontrar es en climas tropicales y subtropicales de todo el mundo. Siempre hay que sospecharla dentro del diagnóstico diferencial de fiebre en un viajero, especialmente en los primeros 14 días tras volver de un país endémico.
El dengue es una infección vírica (familia de arbovirus) que se transmite al ser humano por una picadura de mosquito infectado, conocido como Aedes aegypti, y en menor número de casos, por Aedes albopictus. Su localización predominante es en climas tropicales y subtropicales (de todo el mundo), especialmente en zonas urbanas y semiurbanas (en parte por mayor densidad de población y acumulaciones de agua).
Debido a la globalización y al aumento de comercio internacional, los mosquitos transmisores pueden migrar a diferentes regiones del mundo, localizándose de manera predominante en regiones de Centroamérica, Sudamérica, cuenca Mediterránea, Sudeste Asiático y Pacífico Oeste.
En España, la presencia de Aedes Albopictus se ha notificado especialmente a lo largo del litoral mediterráneo. Según fuentes de RENAVE (Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica) entre el año 2016 y 2023 se registran un total de 2.348 casos de dengue (promedio de 293 casos al año), siendo Cataluña y Madrid las regiones con más registros. En Navarra no se han notificado casos de dicha enfermedad.
Vías de transmisión del virus
Se han descrito otras vías de transmisión del virus (mucho menos frecuentes que la inoculación directa por parte del mosquito). La transmisión materno-fetal se puede dar en caso de infección materna en cualquiera de los meses del embarazo; en estos casos existe un riesgo de partos prematuros y de bebés con bajo peso al nacimiento. También se han descrito infecciones a través de transfusiones de sangre o de donaciones de órganos.
En la mayoría de casos de infección, el dengue cursa de manera asintomática o con síntomas leves e inespecíficos (fiebre elevada, cefalea, dolor muscular y de articulaciones, náuseas y vómitos o erupciones cutáneas). Estos síntomas suelen tardar en aparecer unos 4-10 días tras la infección, y suelen durar hasta una semana. En un pequeño porcentaje de casos, aunque mayor en pacientes que se han infectado una segunda vez, el cuadro puede ser más grave e incluso llevar a la muerte.
En este caso, los síntomas suelen presentarse tras la desaparición de la fiebre, y pueden ser: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, vómitos o heces con sangre, hemorragias de encías o nariz (por descenso del nivel de plaquetas en sangre), sed intensa, piel pálida y fría, agitación o debilidad general. Es importante conocer esta última sintomatología, ya que se debe recibir atención médica inmediata y en ocasiones, puede precisar ingreso.
Su diagnóstico es clínico y microbiológico, mediante la detección en sangre de anticuerpos, del antígeno viral o de la amplificación del ADN del virus.
Actualmente no existe tratamiento específico para esta infección, por lo que el manejo de estos pacientes se fundamenta en el alivio de síntomas: antitérmicos en caso de fiebre, analgesia (por ejemplo, paracetamol) para el dolor; además de asegurar una adecuada ingesta de líquidos y un buen descanso. Se debe evitar el uso de AINES (antiinflamatorios no esteroideos), como el Ibuprofeno y Aspirina, porque aumentan el riesgo de hemorragia. En caso de dengue grave, se debe ingresar al paciente para realizar un control más exhaustivo de los síntomas y de posibles complicaciones.
Habitualmente los pacientes se recuperan sin presentar secuelas, aunque en ocasiones excepcionales se han descrito complicaciones posteriores como inflamación testicular u ovárica, inflamación de la córnea y encefalitis.
Antes de viajar a zonas endémicas
Dado que actualmente no existe tratamiento específico para el dengue, la prevención cobra un papel fundamental para evitar esta infección y su clínica grave. Antes de realizar un viaje a zonas endémicas de dengue, es recomendable consultar en su médico responsable o en el Centro de Vacunación Internacional, donde además de revisar las vacunas recomendables o necesarias para visitar el país de destino, se explicarán las principales medidas preventivas de infección por dengue. Estas se fundamentan en evitar la exposición a la picadura de mosquito: una adecuada indumentaria que cubra la mayor parte del cuerpo, el uso de mosquiteras para dormir y el uso de repelentes para mosquitos (que contengan DEET, icaridina o IR3535). Además, se debe evitar la aparición de criaderos de mosquitos eliminando frecuentemente desechos sólidos y limpiando semanalmente (o incluso aplicando insecticida) en los recipientes de uso doméstico para el almacenamiento de agua.
En este último año se ha aprobado y autorizado en algunos países (incluido España) la vacuna “QDenga”, que se compone de dos inyecciones separadas en 3 meses. Esta vacuna ha demostrado protección hasta 4 años y medio de su administración, y una eficacia (tras las 2 dosis) de hasta un 80% para prevenir la infección sintomática a los 12 meses y de un 90% de prevenir la hospitalización a los 18 meses.
Está indicada en personas mayores de 4 años que viajen a zonas endémicas, y especialmente en personas que tienen anticuerpos previamente frente al dengue (ha demostrado mayor protección frente a la segunda infección).
Se recomienda especialmente en niños con más susceptibilidad de presentar infección grave, como los niños menores de 10 años, personas mayor riesgo de sangrado (por patología hematológica o por fármacos), que reciben tratamiento inmunsupresor o pacientes con patología de base (como diabetes, obesidad o enfermedades crónicas cardiovasculares). En caso de desear embarazo, se recomienda evitarlo durante las 4 semanas posteriores a la administración de la vacuna.