Cuando escuchamos la palabra circuncisión, la mayoría pensamos en una práctica que se realiza en la infancia, ya sea por motivos religiosos, culturales o médicos. Sin embargo, no son pocos los hombres que llegan a la edad adulta y se encuentran con la recomendación de su urólogo de someterse a esta cirugía.
La fimosis es la imposibilidad para retraer hacia atrás la piel del prepucio para descubrir el glande. Esto sucede cuando la piel que cubre la punta del pene es demasiado estrecha y no permite exponerlo por completo. Puede ser congénita, diagnosticada y tratada con frecuencia en la infancia, y adquirida, desarrollándose durante la edad adulta.
Las causas más frecuentes de fimosis en adultos son:
- Diabetes, la causa principal.
- Infecciones de la piel por hongos, bacterias, virus del papiloma humano (VPH) o herpes.
- Liquen escleroso, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel del pene, de origen desconocido.
- Microtraumatismos repetidos en la zona genital.
- Higiene inadecuada.
Los síntomas que suelen motivar la consulta en la edad adulta son dolor durante las relaciones sexuales, infecciones locales como la balanitis, infecciones urinarias de repetición y adherencias entre el prepucio y el glande. En algunos casos, el motivo de la consulta puede ser más urgente: la imposibilidad para orinar, típica de una fimosis puntiforme, o una parafimosis, situación que constituye una emergencia médica al comprometer el flujo sanguíneo del glande.
La circuncisión es el tratamiento más eficaz y definitivo para la fimosis. Es una cirugía ambulatoria con anestesia local que dura unos 30 a 45 minutos, tras la cual la recuperación suele completarse en 3 a 4 semanas con cuidados básicos de higiene.
La circuncisión en adultos es una cirugía sencilla y segura, con resultados muy positivos cuando está bien indicada entre los que se encuentran una mejor higiene íntima, menor riesgo de infecciones, relaciones sexuales sin dolor y una notable mejora en la calidad de vida. Preguntas como “¿es esto normal a mi edad?” son muy frecuentes cuando el paciente llega al quirófano, y consultar con el especialista y aclarar las dudas ayuda a afrontar la decisión con confianza.
AUTORES
Clara Camprubí Polo, Pablo Gómez Castro, Enrique Ramos Laguna, Elena Garciandía Sola, Jaume Monllau Espuis, Lydia García Fuentes, Amaia Arrizabalaga Solano, Marta Burbano Herráiz. MIR de Urología del Hospital Universitario Miguel Servet.
María Soto Palacín y Pablo Oteo Manjavacas. FEA de Urología del Hospital Universitario Miguel Servet


