Acoso escolar o bullying


Marta Alonso Sendrós. Enfermera. Centro de Salud Picarral. Sector I Zaragoza. Ana Isabel Hoyos Jiménez. Enfermera, Centro de Salud Picarral. Sector I Zaragoza. Laura Basarte Gaspar. Enfermera, Centro de Especialidades San José. Sector II Zaragoza

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Alrededor del 32% de los niños en edad escolar, en España, reconocen haber sido victima de acoso o violencia por parte de alguno de sus compañeros de clase. El acoso escolar es un fenómeno, desgraciadamente, presente en todos los centros escolares y que causa problemas de salud.

¿Qué es el acoso escolar o bullying?

Entendemos por acoso escolar una agresión injustificada, de forma reiterada en la que existe un desequilibrio de poder. Es decir, un tipo de violencia ejercida por un niño, o grupo de niños, que tiene como finalidad lastimar, humillar o aislar a otro, sin que haya una provocación previa y con el conocimiento de que la víctima no está capacitada para defenderse.
La palabra bullying proviene del inglés, bully que significa “matón”. Para afirmar que existe bullying o acoso escolar deben existir los siguientes 3 criterios: Intencionalidad, Repetición y Abuso de poder.
Existen varios tipos de acoso escolar, a los que han existido siempre, como son la agresión física o verbal, la exclusión social y el acoso sexual; hay que añadirle uno más reciente que es el ciberacoso (el acoso a través de las nuevas tecnologías; móvil, ordenador, redes sociales…).
En toda situación de acoso existen 3 participantes que crean el llamado “triángulo del bullying”, estos son: víctima, acosador y espectador.

Existen numerosas razones por las cuales un alumno se convierte en acosador. Entre las más populares encontramos que chicos que se comportan de un modo agresivo para afrontar una situación personal difícil, otros son víctimas de abuso y trasladan a los demás su sentimiento de humillación abusando de los demás. En otros casos el alumno busca sentirse poderoso o superior, quieren popularidad y amigos, son infelices y tratan de conseguir sus objetivos a la fuerza. Por lo general la persona acosada o víctima no suele ser popular, suele ser una persona tímida, asertiva, introvertida, con personalidad débil (inseguro, autoestima baja, sumiso), con algún rasgo que le hace diferente (complexión débil, obesidad, portador de gafas…). Suelen ser ignorados por el resto de sus compañeros y tienen dificultades para imponerse y ser escuchados.
El espectador juega un papel importante también en este triángulo, ya que con su silencio y complicidad fomenta el éxito de esta práctica.

Cómo detectar si mi hijo sufre acoso escolar

A la mayoría de los niños que sufren acoso escolar les da vergüenza hablar del tema, creen ser unos cobardes, que se lo merecen o que puede tener represalias el hablar de ello. Por ello se recomienda a los padres en casa estar atentos a algunos puntos clave para detectarlo:
• Trastornos psicosomáticos: no quiere ir a la escuela: se encuentra mal por la mañana (dolor de tripa, cabeza…); o en la escuela dice que no se encuentra bien y pide que le vayan a recoger.
• Cambio de hábitos; no va a clase, cambia de ruta para ir, pide que lo acompañen, no quiere salir con los amigos…
• Baja el rendimiento académico.
• Cambios en el carácter: más irritable, aislados, arisco, angustiado, pierde confianza en si mismo, tristeza injustificada, miedo…
• Trastornos en el apetito: debe alertarnos tanto la perdida de apetito como el aumento repentino ya que puede ser debido a que le hayan quitado el almuerzo/merienda.
• Alteraciones del sueño: pesadillas, gritos, le cuesta conciliar el sueño, mojar la cama
• Agrede a niños/hermanos menores.
• Marcas físicas de agresión.
• Objetos personales y escolares rotos o desaparecen.
• Da justificaciones extrañas para lo anterior o insiste en que no le pasa nada.

Factores que predisponen
Cualquiera puede ser víctima de acoso escolar en un momento determinado, conviene saber que hay factores predisponentes:
• Sobreprotección por parte de los padres: niños que no han tenido la oportunidad de experimentar la confrontación con problemas o que han sido educados en un ambiente acogedor y tolerante y fuera de él, se sienten inseguros.
• Niños muy activos que participan de manera errónea, sus equivocaciones sirven como excusa de burla a los agresores.
• Alumnos muy aplicados que entablan buenas relaciones con el profesorado pueden ser objeto de envidia.
• Alumnos con necesidades especiales pueden ser incomprendidos por los compañeros.
• Alumnos en minoría étnica.

¿Qué hago si mi hijo sufre acoso escolar?

El acoso escolar puede llevar a trastornos psiquiátricos, por ello es necesario su pronta detección y actuación.
• Es importante establecer un canal de comunicación abierta con tu hijo. No trates el tema como “cosas de críos”, no es un tema banal. Averigua como se siente, hazle saber que confías en él, que no tiene la culpa de lo que le esta ocurriendo, que vas a estar a su lado en todo momento.
• Ensayar estrategias de actuación frente a los acosadores, siempre con asertividad, aplicar frases tales como “ no voy a dejar que me hagáis esto más”, “voy a contar todo lo que me estáis haciendo”. Fomentar su autoestima.
• El cambio de centro no debería ser nuestra primera opción. Deberíamos informar a los tutores y tratar al centro como un aliado, desde el colegio deberían tomar las medidas necesarias para que no se produzcan estas actuaciones y en caso de que se produzcan, remediarlas. El niño necesita recuperar confianza en si mismo, reconstruir sus habilidades sociales y solo podrá si se enfrenta a sus acosadores.
• En algunos casos el acoso escolar ha podido generar ansiedad, trastornos de estrés postraumático, depresión… por ello seria recomendable hablar con algún profesional de la salud como podría ser el psicólogo del colegio y/o con su pediatra.

En la mayoría de las ocasiones la causa del acoso escolar se encuentra en las mismas aulas o en el entorno familiar, por lo que será importante prevenirlo desde estas áreas; a través de la educación y de la relación escuela-familia. Es tarea de todos prevenirlo y detectarlo a tiempo.