Casi dos millones de españoles sufren diabetes, una enfermedad metabólica de carácter crónico que se origina o bien porque el páncreas no produce la suficiente insulina que necesita el organismo (tipo I), o bien porque las células del cuerpo impiden que desempeñe correctamente su función de absorber la glucosa (tipo II).
Solo con ponerse insulina no se domina la enfermedad, la dieta es, sin duda alguna, el pilar fundamental en el tratamiento de la diabetes y esta tiene una importancia decisiva, ya que constituye una medida eficaz para prolongar la vida y evitar que aparezcan complicaciones futuras. El tipo de dieta varía según diversos factores: la edad, la actividad física, la existencia o no de sobrepeso, la presencia de otras enfermedades (como hipertensión o aumento de las cifras de colesterol), y algunas situaciones especiales como por ejemplo el embarazo. La dieta ha de ser por lo tanto, personalizada y específica para cada paciente.
Una alimentación adecuada a la diabetes debe de ser:
• Controlada en hidratos de carbono simples (azúcar, miel, mermelada, bebidas azucaradas, frutas y zumos, repostería industrial, golosinas dulces, chocolates y derivados). El azúcar de endulzar puede sustituirse por edulcorantes no nutritivos (sacarina, ciclamato, aspartame, sorbitol). Por otro lado, en caso de hipoglucemia, estos son los alimentos de primera elección ya que ayudan a remontarla rápidamente.
• Baja en grasas saturadas y colesterol: escoger lácteos con poca grasa, las carnes más magras (pollo y pavo sin piel, conejo, caña de lomo, ternera magra, solomillo de cerdo o ternera, caballo), separar la grasa visible y la piel de la aves, desgrasar caldos de carne y aves en frío, consumir 2 ó 3 veces por semana pescado azul (atún, salmón,…), sustituir la carne o los huevos por pescado al menos cuatro veces por semana y utilizar habitualmente aceite de oliva (tanto para aliñar como para cocinar). Es importante además utilizar las técnicas culinarias que menos grasa aporten a los alimentos. Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear condimentos como el vinagre, el limón, ajo, cebolla, cebolleta, cebollino, chalota, puerro, hierbas aromáticas, etc.
• Adecuada en fibra. La fibra retarda las subidas bruscas de glucemia, disminuye la absorción de colesterol y evita el estreñimiento. Las verduras, las frutas, las hortalizas y los cereales integrales son alimentos muy ricos en fibra.
• Exenta de alcohol ya que este es hipoglucemiante. En el caso de tomarlo, incluirlo en las principales comidas y nunca en ayunas.
Alimentos aconsejados
• Leche y lácteos: leche semi o desnatada según las necesidades, siendo más recomendado el consumo de yogures y otros derivados lácteos poco grasos por su menor contenido en azúcares que la leche (lactosa).
• Carnes, pescados, huevos y derivados con la frecuencia que marcan las recomendaciones de alimentación equilibrada.
• Cereales y patatas: combinar con verduras, patata, arroz, pastas alimenticias y en cuanto a otros cereales, preferir los integrales a los refinados.
• Legumbres: se recomienda combinar solo con patata o arroz y verduras.
• Verdura y hortalizas: todas, preferiblemente una ración diaria en crudo.
• Frutas: a ser posible con piel. Evitar frutas en almíbar, frutas secas, confitadas y escarchadas.
• Bebidas: agua, caldos desgrasados, zumos naturales y licuados de frutas sin azucarar.
• Grasas: preferiblemente aceite de oliva
Otras recomendaciones
• Regularidad horaria en la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono.
• Ejercicio físico moderado: mejora la glucemia y los niveles de colesterol, ayuda a bajar la presión arterial y reduce la grasa corporal.
• Control de peso. El sobrepeso es un factor de riesgo para la diabetes mellitus tipo 2.
• Someterse a controles periódicos dela glucemia.
• Conocer la diabetes. El paciente debe conocer las características de su enfermedad y tratamiento, por lo que es sumamente importante su educación en cuanto a la dieta que debe de seguir y las equivalencias entre alimentos.