Actualmente, en la mayoría de los países desarrollados, la evidente y clara mejoría de las condiciones socioeconómicas ha sido de vital importancia para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, así como una mayor longevidad de los mismos. Además, el marcado descenso de la natalidad ha contribuido a una progresiva aceleración del envejecimiento de dicha población. La parte negativa de la noticia es el incremento, aparte de las soledades no deseadas, de enfermedades crónicas y otras minusvalías que exigen ayudas externas, resultando entonces este colectivo un grupo de alto riesgo nutricional. A la par que muchas personas mayores tienen problemas para la masticación y/o deglución, y es mas que evidente que la ración consumida en la práctica es más baja a la estimada en teoría.
Conforme vamos cumpliendo años, nuestro sistema digestivo se ve mermado por motivos diversos. Lo ideal es llegar a la senectud con una calidad de vida lo mas plena posible para disminuir al máximo los cambios fisiológicos, físicos y psicológicos que vamos a tener. Uno de los principlaes problemas que nos encontramos es la pérdida de piezas dentales. Tambien hay una disminución de la motilidad intestinal debido a una disminución de la masa muscular. También disminuyen las secreciones digestivas. A todo ello, se une que muchas personas mayores están polimedicadas, y eso puede conllevar, como efecto secundario, trastornos digestivos como diarrea, estreñimiento. Tambien puede haber pérdida de los sentidos del gusto y del olfato. Y entonces llega el momento en el que, lo que antes se hacía con ganas, con gusto y con placer, ahora se hace con desgana, por obligacion.
Alimentación nutritiva, prudente y saludable
Y eso puede acarrear una perdida o ganancia de peso, desnutrición, enfermedades óseas.
Por todo ello, aparte de las dietas terapéuticas, la alimentación para personas de edad avanzada debe de ser, además de nutritiva, prudente y saludable. Lo ideal y aconsejable serían las dietas individualizadas y personalizadas, teniendo en cuenta el estado de salud del comensal, las patologías existentes que he comentado y demás características socioculturales del entorno. Todo ello sin descuidar una discreta pero continua actividad física, siempre que sea posible.
Importante, también, será, la elaboración diaria de los menús. Si se realiza la comida en centros geriatriscos, ademas sera tambien importante la complicidad y coordinación entre el servicio de cocina habitual con profesionales de nutrición y dietética para asegurar un adecuado aporte nutricional.
Sabores y preparaciones agradables, así como presentaciones vistosas con las texturas adecuadas, contribuirán, sin duda, a mejorar la aceptación de los platos del menú diario así como a mejorar y hacer más agradable la vida de cada persona.
Actualmente esta en auge el uso de los texturizados. No es meramente un triturado, va mucho mas allá. Gracias a la texturización vamos a conseguir una mejora energético-protéica y, además, los platos ganan a la vista y el paladar, al tiempo que se mantienen todas sus propiedades nutritivas en un volumen menor. La texturización permite preparar alimentos nutricionalmente a la medida y gusto del comensal, mediante la adición tanto de productos que carece o ha perdido en el proceso el alimento, como en componentes considerados indispensables para una nutrición óptima del comensal (proteínas, vitaminas, ácidos grasos omega 3, ácido fólico).
Lo que finalmente se debe, y desea, conseguir es una alimentación completa y equlibrada, pero sobre todo que se vuelva a sentir el gusto por comer. El placer de comer. Hagamos que la nutrición no tenge edad.