Anatomía del sueño


Marta López Pérez, Gemma Boloix Peiro, Cristina Gargallo Martínez, Asensio Martínez Pérez y Alba Doñate Avial. Miguel Sánchez Ortiz

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El sueño es un fenómeno universal definido más comúnmente como la pérdida temporal de consciencia. Se trata de un estado fisiológico activo, caracterizado por variaciones en el sistema nervioso central, y parámetros hemodinámicos, ventilatorios y metabólicos.

El sueño comprende fases NREM y REM, la fase NREM se subdivide en cuatro fases: las fases I y II NREM son consideradas de sueño superficial, mientras que las fases III y IV NREM son consideradas de sueño profundo.

La mayoría de los adultos tienen 5-7 ciclos por noche, cada uno de los cuales dura aproximadamente 90 minutos. El sueño profundo predomina en el primer tercio de la noche, mientras que la fase REM aumenta al final de la noche. El primer período REM generalmente aparece a los 70-90 minutos del inicio del sueño. En los adultos jóvenes la fase I ocupa el 2-5% del tiempo de sueño, la fase II el 45-55%, las fases III-IV el 13-23%, y la fase REM el 20-25%.

La duración del ciclo de sueño, así como la distribución de las diferentes fases, cambia con la edad. La edad es un importante factor en la organización del sueño. Un recién nacido duerme alrededor de 16-18 horas al día, con un predominio de fase REM y un sueño distribuido en múltiples períodos que se van consolidando durante la noche y desapareciendo durante el día a medida que madura. A partir de los 6-8 meses de edad, el sueño tiende a concentrarse en un episodio nocturno, aunque todavía persisten varios episodios de sueño durante el día. En los años sucesivos, las siestas desaparecen y el sueño se estabiliza. Pero los ancianos tienen un sueño más fragmentado con mayor número de despertares breves. En el neonato existe un predominio de fase REM, pero su proporción va disminuyendo con la edad. Sobre los 3-4 meses de edad la distribución del sueño NREM (sueño quieto) y REM (sueño activo) se estabiliza, con predominio de NREM al principio de la noche y REM al final de esta.

Neurobiología del sueño

Vigilia y sueño son dos estados fisiológicos antagónicos, gobernados por diferentes estructuras del sistema nervioso y el paso de una fase a otra se hace de forma cíclica. En los últimos 40 años se han identificado gran variedad de neurotransmisores asociados a la regulación de este ciclo. Neuropéptidos como las orexinas o hipocretinas producidas por las células del hipotálamo lateral, así como catecolaminas, acetilcolina e histamina, se han relacionado con la vigilia. Por el contrario, promotores del sueño son neurotransmisores como el GABA, serotonina y adenosina.

La generación del sueño y la vigilia se debe a una actividad recíproca durante el ciclo sueño-vigilia, a través de modelos de inhibición recíproca. Las neuronas del núcleo preóptico ventrolateral (VLPO), activas durante el sueño, inhiben las neuronas monoaminérgicas de las regiones promotoras de la vigilia. Por el contrario, estas neuronas promotoras de la vigilia, inhiben el sistema del VLPO durante el estado de vigilia.

La activación de las neuronas orexinérgicas en el hipotálamo lateral estabiliza la vigilia a través de la activación del sistema reticular activador ascendente. Las neuronas que generan la vigilia pertenecen a la formación reticular del tronco del encéfalo. El hipotálamo posterior y el tronco del encéfalo son estructuras anatómicas fundamentales en el mantenimiento de la vigilia. El sueño NREM aparece cuando el hipotálamo anterior inhibe a través del GABA, las estructuras de la sustancia reticular activador ascendente responsable de la vigilia que estaban activas. Las células responsables de la generación del sueño REM se encuentran en la unión mesopontina, en la porción ventral del núcleo reticular oral del tegmentopontino, que está conectado con otros grupos neuronales responsables de las diferentes manifestaciones del sueño REM. Por ejemplo, existe una proyección desde el tegmentopontino al núcleo relacionado con la generación de los movimientos oculares rápidos, característicos de la fase REM, y de las ondas ponto-geniculo-occipitales (PGO) relacionadas con el desarrollo y plasticidad cerebral.

AUTORES

Marta López Pérez, Gemma Boloix Peiro, Cristina Gargallo Martínez, Asensio Martínez Pérez y Alba Doñate Avial. MIR Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Obispo Polanco. Teruel.

Miguel Sánchez Ortiz. FEA Urgencias Hospital San José, Especialista en Geriatría