La marcha o caminata Nórdica es una modalidad de ejercicio que se originó en los países del norte de Europa (Noruega y Finlandia) en los años treinta del pasado siglo, derivada del entrenamiento durante los meses de verano y otoño de los esquiadores de fondo. Se utilizan unos bastones parecidos a los del esquí para caminar, que sirven de ayuda e impulso para avanzar. Se puede adaptar a todas las edades y a todo tipo de personas, incluidas aquellas con patologías cardiacas.
Las guías de la sociedad europea de Cardiología recomiendan realizar de 30 a 60 minutos diarios de actividad física moderada al menos cinco veces a la semana o como alternativa de manera irregular unos 150 minutos de ejercicio físico aeróbico a la semana. El aumento de la actividad física se asocia con mejoría en la calidad de vida, menos ingresos hospitalarios y un descenso de la mortalidad. Es importante realizar no sólo un ejercicio aeróbico como caminar, sino combinar ejercicios de resistencia que mantienen la fuerza y la masa muscular, mejorando la circulación periférica. Al combinar un ejercicio aeróbico con entrenamiento de resistencia dinámico se mejora el control de la glucemia (azúcar en sangre), colesterol, el peso y la presión arterial. El Ejercicio físico produce, de media, un descenso de la tensión arterial de TA de 7 mmHg de la tensión arterial sistólica (máxima) y 5 mmHg la tensión arterial diastólica (mínima).
La marcha nórdica, al disponer de los bastones, permite a los pacientes realizar un ejercicio de intensidad mayor que si caminaran sin la ayuda de los bastones. Además se ejercitan las cuatro extremidades. Es segura en pacientes mayores y en pacientes con problemas cardíacos. En un estudio en pacientes mayores con insuficiencia cardíaca, la marcha nórdica mejoró la capacidad de ejercicio sin presentar eventos adversos graves (isquemia ni arritmias) durante el ejercicio. Como precauciones, se deben evitar las horas y días más fríos sobre todo en los casos de enfermedad coronaria. Es recomendable recibir una o dos lecciones prácticas para realizar una técnica adecuada, para poder llevarla a cabo de la manera más eficaz posible y evitar molestias musculares.