Leucorrea es el término con el que se denomina al flujo vaginal no sangrante que, cuando es normal, tiene un color blanquecino o ligeramente amarillento, inodoro, textura viscosa y que se genera durante el embarazo.
La leucorrea, se halla entre los trastornos más frecuentes por los cuáles las gestantes solicitan atención médica.
La importancia del reconocimiento de un flujo vaginal normal o anormal radica en el conocimiento y control regular del mismo por parte de la mujer, para que esta pueda acudir al médico cuando detecte cambios, especialmente si siente picor o ardor en la vagina.
El embarazo es el factor más predisponente de infección del flujo vaginal, ya que durante el mismo, se producen cambios hormonales en el Ph vaginal que lo vuelve menos ácido y que altera la disponibilidad de glucosa, causando que la flora normal sea reemplazada, condicionando de esta manera la proliferación de agentes patógenos como: bacterias, hongos y parásitos.
A continuación se exponen conceptos tan interesantes como necesarios para el cuidado y mantenimiento de la salud perineal de las embarazadas, que las ayudará a mitigar y conocer, la cotidianidad y frecuencia del flujo vaginal.
Cuál es la función del flujo vaginal?
El flujo o moco de la vagina tiene varias funciones. Una de las principales es proteger ante posibles infecciones, ya que la vagina supone una puerta de entrada fácil para los microbios patógenos.
Para actuar como barrera de defensa, la vagina cuenta con una flora bacteriana que crea unas condiciones poco favorables para la entrada de otros organismos.
Gracias a la acción de unas bacterias denominadas lactobacilos, se mantiene un pH vaginal ácido que impide el crecimiento de otros gérmenes.
Otra de las funciones del flujo es mantener limpia la vagina de secreciones y restos celulares además de lubricarla y mantenerla húmeda.
El que una mujer embarazada presente flujo vaginal es algo completamente normal y sano.
Durante el embarazo, debido a la acción hormonal, se va a
producir un aumento en la producción de flujo y que éste sea más ácido de lo normal.
Aunque esto es bueno para evitar la entrada de microorganismos en ella y que estos puedan llegar al feto, puede favorecer el que se produzcan más casos de hongos (candidiasis) en el embarazo.
Al igual que el tipo de flujo normal de una mujer varía a lo largo del ciclo menstrual, durante el embarazo el aspecto, la textura y la cantidad pueden ir variando de un trimestre a otro. Esto es debido principalmente a los cambios en los niveles hormonales que se van produciendo durante el embarazo, que hacen que en algunas etapas éste sea más espeso y en otras, más fluido y abundante.
¿Cómo reconocer si el flujo vaginal es normal o no?
Aunque sabemos que el aumento de las secreciones vaginales es algo completamente normal durante el embarazo es importante saber diferenciar cuando se debe consultar con un especialista.
Leucorrea anormal
Cuando se produce una alteración en la flora normal de la vagina pueden aparecer infecciones como vaginitis, candidiasis y/o vaginosis bacterianas. Cada tipo de infección o problema va a hacer que el flujo cambie su presentación habitual y presente otras características concretas. Entre los aspectos anormales en el flujo podemos encontrar:
• Flujo blanco pastoso y abundante (como yogur cortado), puede ser un signo de la existencia de una candidiasis, una infección fúngica que puede contraerse a través de las relaciones sexuales o como consecuencia de una mala higiene, ya que el hongo que la produce está frecuentemente presente en las heces.
• Flujo de carácter espumoso amarillo-verdoso y de olor fuerte, puede indicar la existencia de una enfermedad de transmisión sexual, algunas de las cuales si no se tratan adecuadamente pueden causar la muerte fetal, así como daño cerebral, sordera, ceguera y bajo peso al nacer en el niño.
• lujo grisáceo, con olor a pescado y que se adhiere a las paredes de la vagina, puede indicar signo de la alcalinización repetida de la vagina que se produce con el coito frecuente o con el uso de duchas vaginales. Estas mujeres están en riesgo incrementado de sufrir Enfermedad Inflamatoria Pélvica que podría causar aborto, rotura prematura de membranas o amenaza de parto pretérmino (recién nacido prematuro).
Ante un aumento anormal de la cantidad de flujo, se debe acudir al médico para que determine si éste es patológico o no. Esto es importante, ya que algunos microorganismos pueden suponer un riesgo para el transcurso del embarazo al debilitar las paredes de la bolsa amniótica. Asimismo, un aumento repentino en las proximidades de la semana 37, con un flujo de consistencia gelatinosa y posibles restos de sangre puede ser indicativo de que se adelanta el parto.
Cuando la leucorrea es anormal debe acudir al especialista para que este solicite un análisis en el laboratorio que determine el patógeno responsable de la infección y, de este modo definir cuál es el tratamiento indicado en cada caso. Hay que tener en cuenta que la candidiasis se combate con una higiene correcta de la zona genital y el uso de antifúngicos tópicos, pero en el caso de ciertas bacterias, como el estreptococo B, se debe realizar un tratamiento con antibióticos por vía intravenosa en el momento del parto para evitar que la infección sea transmitida al niño al pasar por el canal del parto.
Leucorrea normal
En términos generales, si el flujo es de aspecto blanquecino (aspecto grumoso), no presenta mal olor y no va acompañado de otros síntomas como molestias en la zona, irritación o picor, podemos considerarlo como normal (aunque sea abundante).
Conforme el embarazo se aproxima a su etapa final, es normal ver que ese moco vaginal se vuelva más fluido y claro de lo habitual. En muchas ocasiones este hecho lleva a las mujeres a confundir estas secreciones con una fisura o rotura en la bolsa ya que las pérdidas de flujo líquido y claro hacen pensar que es líquido amniótico. De cualquier modo, ante la duda siempre se debe consultar.
¿Qué puedo hacer para evitar la infección del flujo vaginal?
• Realizar higiene externa diaria. Utilizar jabones de pH neutro.
• No efectuar lavados o duchas vaginales ni utilizar productos como perfumes vaginales (sobretodo si llevan alcohol) ya que pueden trastornar el equilibrio natural de la flora vaginal lo cual puede llevar a favorecer el desarrollo de infecciones.
• Mantener la zona vaginal seca y limpia.
• Limpiarse de adelante hacia atrás cuando se va al baño.
• Utiliza ropa interior que sea de algodón (transpira mejor), que no comprima y si es necesario, cambiarla a menudo. Evita la ropa interior de fibra sintética.
• Observa como es el flujo (la cantidad, el color, el olor o si ha variado drásticamente en los últimos días).
• Vigilar la aparición de signos/síntomas como picor o irritación en la zona, dolor, inflamación, molestias durante las relaciones de pareja, etc.
• No usar pomadas o medicamentos sin consultar antes.
• Ante la duda, consulta siempre con tu matrona/especialista.
Por todo lo expuesto, las mujeres embarazadas se encuentran especialmente predispuestas a presentar leucorreas como resultado de una serie de factores que les confieren mayor riesgo de padecerlas. Una buena información, permite a la embarazada conocer cuando el flujo es normal o anormal y qué medidas higiénicas puede tomar para no favorecer la aparición de infecciones vaginales durante su embarazo y fuera de este.