IntroducciónDr. Luis Apesteguía CirizaDurante los próximos números de ZONA HOSPITALARIA, dedicaremos una parte importante de espacio a un tema de salud tan importante como es el cáncer de mama. Abordaremos, a lo largo de 7 capítulos, todos los aspectos más importantes que se relacionan con esta enfermedad, tan frecuente y preocupante para la población, sobre todo del género femenino. Y trataremos de hacerlo de un modo que resulte comprensible para personas no especialistas. En este, como en otros problemas de salud, actualmente el trabajo de los médicos no se concibe de forma aislada, sino que se desarrolla en el seno de equipos interdisciplinares, integrados por especialistas con diferente formación, unos más dedicados al diagnóstico y otros al tratamiento o seguimiento de la enfermedad. Con relación al orden de los temas que se van a exponer, hemos tratado de seguir un orden lógico, que abarca desde los aspectos de epidemiología y detección, hasta los aspectos psicosociales de la enfermedad, deteniéndonos en explicar aspectos de diagnóstico por imagen, anatomía patológica, tratamientos quirúrgicos y tratamientos complementarios, como radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia. En el capítulo primero, que aparece en este número, se exponen datos de gran interés, relacionados con los factores de riesgo conocidos de cáncer de mama, así como la incidencia y mortalidad de esta enfermedad en el mundo, en España y en Navarra. En el segundo artículo, se aborda el principal método de prevención eficaz actualmente disponible: el cribado poblacional mediante mamografía, actividad en la que Navarra fue pionera entre las comunidades españolas. |
El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres. Según los últimos datos disponibles del Registro de Cáncer de Navarra, supone aproximadamente el 28% de los cánceres diagnosticados. Es un tumor que tiene igualmente gran peso en la mortalidad, siendo el responsable del 14,5% de las muertes por cáncer y del 2,7% del total de las muertes. Es la segunda causa de muerte por cáncer en Navarra entre las mujeres, después del cáncer de colon y recto. La tasa de mortalidad de Navarra (ajustada a la población mundial), durante 2003 a 2005, se sitúa por debajo de la tasa de España en el mismo periodo y también por debajo de la media de la Unión Europea o de la registrada en países como los Estados Unidos de América. En el periodo 2003- 2005 se diagnosticaron en Navarra 334 casos de cáncer de mama por año. Durante las últimas décadas se ha detectado un aumento de la incidencia de la enfermedad, que ha pasado de 37,7 casos por 100.000 mujeres en el periodo 1973-77 a 70,7 casos en el periodo 2003-2005. Pero, al mismo tiempo, se ha producido una disminución de la mortalidad, con unas tasas de 17,9 y 11,8 por 100.000, respectivamente.
Según los últimos datos publicados, el riesgo de desarrollar un cáncer de mama en las mujeres de Navarra antes de los 75 años es de 1 de cada 13 mujeres. La media de edad en el momento del diagnóstico se sitúa en 61 años y la media de edad de la mortalidad, en 71 años. En la actualidad se puede esperar que cerca de un 90% de las mujeres diagnosticas de este cáncer sobrevivan más de 5 años.
Factores de riesgo del cáncer de mama
Además de los factores de riesgo más conocidos, como la edad y el sexo, se han identificado otros factores asociados al cáncer de mama, que se pueden agrupar en los siguientes apartados:
- Factores genéticos y familiares
- Factores hormonales
- Factores dietéticos
- Antecedentes de patología mamaria
- Factores ambientales
La probabilidad de tener un cáncer de mama aumenta con la edad y la mayoría de las mujeres tienen más de 60 años cuando se les diagnostica. La incidencia aumenta mucho con la edad hasta el momento de la menopausia y después la velocidad de aumento se mitiga.
El riesgo es mucho mayor en el sexo femenino que en el masculino. El cáncer de mama masculino representa menos del 1% de los casos.
Factores genéticos y familiares: Se ha reconocido a la historia familiar de cáncer de mama como un factor de riesgo de la enfermedad, aunque el riesgo familiar refleja una combinación de influencias genéticas y ambientales que es difícil separar. El riesgo es mayor si existe cáncer de mama en familiares directos sobre todo si este familiar fue diagnosticado antes de los 50 años de edad. Hay ciertos genes como el BRCA1 o BRCA2 que aumentan el riesgo de cáncer de mama. Además, si existen mutaciones genéticas, el riesgo aumenta conforme aumenta el número de estas mutaciones. El aumento de riesgo es similar sea cual sea la rama familiar afectada (materna o paterna).
Factores hormonales: El cáncer de mama tiene una relación clara con las hormonas femeninas y numerosos estudios han relacionado un mayor riesgo del cáncer de mama con factores tales como la edad temprana de la menarquia (primera menstruación antes de los 12 años), edad tardía de la menopausia (última menstruación después de los 55 años) y edad tardía del primer embarazo. Una duración prolongada de la lactancia reduce levemente el riesgo de cáncer de mama en la mujer premenopáusica. Las mujeres sin hijos tienen un riesgo mayor.
En resumen, por lo general la acción prolongada de las hormonas femeninas (estrógenos) aumenta ligeramente el riesgo.
Factores dietéticos: Según algunos estudios, el consumo de grasa parece estar relacionado con la mayor incidencia y mortalidad de cáncer de mama. Muchos estudios también asocian la ingesta de alcohol con el riesgo de cáncer de mama. Aumentan también el riesgo la inactividad física, la obesidad o el sobrepeso después de la menopausia.
Antecedentes de patología mamaria: Entre éstos destacan con un pequeño aumento del riesgo las enfermedades proliferativas, especialmente la llamada hiperplasia atípica. Se trata de una lesión que se diagnostica en algunas biopsias y que es considerada de carácter benigno pero con posibilidad de evolucionar hacia una lesión maligna.
Factores ambientales, entre los que se encuentran las exposiciones a radiaciones ionizantes, ya sean secundarias a explosiones nucleares o a métodos diagnósticos y terapéuticos que aumentan el riesgo de cáncer de mama, de modo proporcional a la cantidad de radiación administrada. La exposición moderada a radiación después de los 40 años, tal como ocurre con la realización de mamografías de cribado, produce un aumento mínimo del riesgo, mientras que la exposición a edades tempranas lleva consigo un riesgo mayor.
A pesar de estos factores de riesgo conocidos, exceptuando la edad y el sexo, el 50 % de las mujeres que son diagnosticadas de cáncer de mama no tienen ningún factor de riesgo identificado.
Por otra parte, el que una mujer tenga asociado un factor de riesgo no significa que vaya a tener necesariamente cáncer de mama a lo largo de su vida. La mayoría de las mujeres con factores de riesgo nunca padecerán cáncer de mama.
Por ello, los programas de detección precoz por mamografía se dirigen a todas las mujeres de determinadas edades y lo que es importante es la participación en dichos programas, ya que el diagnóstico en fases tempranas mejora la supervivencia de la enfermedad.
De este tema se habla en el artículo «Diagnóstico precoz de cáncer de mama».