El TAC suele ser el método recomendable frente a marcos clínicos agudos, debido a su mayor disponibilidad y a la gran rapidez en la adquisición de las imágenes. Permite realizar reconstrucciones en diferentes planos con una amplia resolución espacial y de contraste, lo cual ayuda al diagnóstico.
El «código ictus» es un método de actuación para los profesionales sanitarios que permite identificar sospechas de ictus, de origen isquémico o hemorrágico y trasladarlos de forma rápida y segura al tratamiento adecuado para cada caso en concreto.
Pasos a seguir dentro del TAC o Escáner
- Exploración convencional sin contraste: de uso obligatorio para descartar sangrado intracraneal e identificar y cuantificar las áreas de infarto precoz utilizando la escala ASPECTS (sirve para evaluar la circulación).
- Estudio angiográfico (con contraste): permite identificar estenosis y obstrucciones y valorar la circulación colateral. Es necesario en aquellos pacientes candidatos a tratamiento.
- Estudio de perfusión (con contraste): para aquellos pacientes que evolucionan entre 6-24 h o en tiempo indeterminado del inicio del evento, ya que permite discriminar el tejido infartado del tejido isquémico recuperable.
Síntomas más habituales
- Dolor de cabeza de gran intensidad, que se distingue del habitual.
- Asimetría de una mitad de la cara con respecto a la otra.
- Pérdida de fuerza, de sensibilidad, motricidad u hormigueo en la mitad del cuerpo (ya, sea en cara, brazo o pierna del mismo lado).
- Dificultad para hablar, entender, leer, escribir. Pérdida súbita de visión en un ojo.
Tipos de Ictus
- Isquémico: se produce al obstruirse el paso de la sangre en un punto en concreto, generando una falta de riego sanguíneo en una zona determinada.
- Hemorrágico: se da el caso cuando un vaso sanguíneo se rompe, produciendo una hemorragia cerebral.
Diferentes formas de tratamiento
Tratamiento farmacológico (se utilizan fármacos fibrinolíticos, cuando la causa es un trombo), tratamiento quirúrgico (suele usarse en casos graves o cuando el tratamiento farmacológico no funciona). Y en los casos hemorrágicos se procedería a la embolización del aneurisma, si ésta fuera la causa.
El ictus se considera una urgencia médica que requiere una intervención diagnóstica y terapéutica inmediata. Ante cualquier sospecha, hay que actuar lo más rápido posible para disminuir complicaciones y futuras secuelas, ya que las células infartadas no se recuperan perjudicando la función cerebral de un área determinada.
AUTORES
Yamila Evelina Quintana Di Blasi, Alba Gomollón Garzón, Marina Extramiana Esquisabel, Patricia Ochoa Pérez, Yaiza Loreto Aranguren Herrrero y Miguel Angel Lozano Gimeno.
Técnicos Superiores en Imágen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear. Hospital Universitario de Navarra y Hospital Royo Villanova Zaragoza.