Cuando hablamos de un cólico nefrítico se trata de un síndrome clínico agudo debido a la obstrucción del tracto urinario superior por una litiasis (lo más habitual), aunque puede haber otras causas, como una papila renal o un coágulo.
¿Cómo es un cólico nefrítico?
Se caracteriza por un dolor de inicio brusco de tipo cólico, que se incrementa paulatinamente, y se irradia de forma característica hacia fosa iliaca y genitales del mismo lado.
También puede producir náuseas y vómitos, y si el cálculo está impactado cerca de la vejiga, puede producir síntomas miccionales como polaquiuria, tenesmo y urgencia miccional.
¿Cómo se diagnostica?
Si la clínica es típica, la exploración física compatible y no hay criterios de complicación, no son necesarias las pruebas complementarias para establecer el diagnóstico, y es suficiente para iniciar el tratamiento.
En caso de realizar pruebas complementarias, la realización de una analítica sanguínea, analítica de orina, ecografía, radiografía abdominal o TC pueden contribuir al diagnóstico.
¿Cómo se trata?
La base del tratamiento en un cólico nefrítico es la analgesia, siendo efectivos el diclofenaco o metamizol entre otros.
Aproximadamente el 70% de los cólicos nefríticos son secundarios a litiasis expulsables con tratamiento médico, por lo que se recomienda iniciar tratamiento con alfabloqueantes, como tamsulosina o silodosina para favorecer la expulsión de los cálculos.
Es recomendable aumentar la ingesta hídrica fuera de los episodios de dolor agudo para favorecer la expulsión del cálculo y evitar la formación de otros nuevos. En caso de presentar varios episodios o mala evolución puede ser necesaria la derivación a Consultas de Urología y valorar otros tratamientos en función de las características de la litiasis.
¿Cuándo debo acudir al hospital?
Un cólico simple con buen control de los síntomas no requiere derivación hospitalaria y puede ser manejado de forma ambulatoria, pero se debe plantear en caso de presentar alguna de las siguientes características:
• Fiebre
• Ausencia de emisión de orina
• Dolor refractario a analgesia
• Náuseas o vómitos que impidan la tolerancia oral
• Embarazo
• Riñón único funcionante o trasplantados
• Afectación del estado general
En estos casos es necesaria la valoración por un especialista y podría estar indicada la derivación urinaria urgente.