Desde que se instauró el estado de alarma en nuestro país, debido al Coronavirus (COVID – 19), el afrontamiento de las intervenciones quirúrgicas da un giro radical atrevesando diferentes momentos y con grandes cambios. Cambios para pacientes y sanitarios. Y alguno de éstos cambios han venido para quedarse.
En un primer tiempo durante el mes de marzo, ante la rápida extensión del virus, se suspendieron todas las intervenciones quirúrgicas programadas por necesidades de reubicación del personal sanitario y maximización de los recursos materiales como respiradores, aspiradores, entre otros… con el objetivo de desocupar camas de UCI y de la Unidad de Reanimación, ya que éstas eran prioridad para ser utilizadas por pacientes con COVID.
Se crea un circuito y un protocolo COVID en el cuál se dividió el bloque quirúrgico del Hospital Universitario Miguel Servet en dos zonas. Una zona se destinó a pacientes con COVID negativo la cual constaba de 12 quirófanos y la otra zona fue destinada a pacientes COVID positivo. La zona COVID negativo se reservó para aquellas operaciones urgentes no demorables como neoplasias oclusivas o infectadas, urgencias vitales, procesos benignos no demorables por riesgo de agravarse… Mientras que la zona COVID positivo se reservó para urgencias de pacientes infectados por el virus y para cirugías programadas como por ejemplo las traqueotomías de las UCIs disponiendo esta zona de 6 quirófanos.
En estas circunstancias estuvimos trabajando durante los meses de marzo, abril, mayo y mitad de junio, coincidiendo con el estado de alarma decretado por el Gobierno de España. Su duración fue de 91 días, desde el 14 de marzo al 21 de junio.
Con el paso de las semanas la zona COVID negativo fue ampliándose y la zona COVID positivo fue disminuyendo. Fueron volviendo los sanitarios que habían dejado sus servicios originales, para ser reubicados en otras zonas de mayor necesidad, y así fuimos retomando la actividad habitual del quirófano.
Nueva normalidad
En este segundo tiempo, pasado el estado de alarma disminuyeron el número de ingresos COVID positivo, comenzó la desescalada y la actividad quirúrgica fue volviendo a la normalidad dejándose un quirófano para posibles casos COVID positivo.
Se volvió a una nueva normalidad tanto para pacientes como para trabajadores.
La nueva normalidad para los pacientes supuso:
• La realización de una prueba PCR antes de ser operados.
• Acudir al hospital con su mascarilla (desde el 21 de mayo uso obligatorio de la mascarilla a partir de los 6 años en lugares públicos) , la cuál será llevada durante toda la estancia en el hospital incluso dentro del quirófano aunque no vayan a ser operados con Anestesia general. Deberá tapar nariz y boca.
• Higienización de manos y hábitos de higiene en general en el uso de las instalaciones hospitalarias.
• Disminución de los contactos sociales desde que se les hace la PCR hasta que son operados.
• Circuito supervisado de accesos de entrada y salida e higienización de manos en el hall del hospital hasta los ascensores y escaleras. El objetivo es supervisar las 3 M: mascarilla, mínimos contactos y manos higienizadas.
La nueva normalidad para los sanitarios consiste en:
• Uso obligatorio y registrado de mascarilla en todo el hospital incluyendo zonas de descanso y vestuarios. Deberá tapar nariz y boca
• Lavado continuo de manos y uso de hidrogel
• Uso de gorros desechables, gafas, pantallas faciales y doble mascarilla en Anestesia General y en intervenciones con acceso vía aérea.
• Limitación del número de personal en los quirófanos y en las zonas comunes para lograr distancia mínima de seguridad.
• Ajuste de tiempos y espacios en la Sala de Acogida de los pacientes antes de entrar a quirófano para conseguir disminuir el contacto entre pacientes durante la espera a ser operado. El método de organizarlo es sencillo. Los días pares pasan primero a ésta Sala de Acogida los pacientes que entran a quirófanos pares y los días impares pasan primero los pacientes que van a entrar a los quirófanos impares.
Actualmente Aragón está en situación de rebrote, incluso precisó de un hospital de campaña en el Hospital Clínico Universitario, y a pocas semanas de iniciar el nuevo curso escolar.
En el hospital se ha vuelto a reducir la actividad quirúrgica, hay sanitarios reubicados de nuevo en las zonas de mayor presión asistencial y se busca sin descanso personal de enfermería para afrontarlo haciendo imposible cubrir necesidades asistenciales, conceder permisos y fiestas.
A finales de agosto 2020 los datos nacionales, según fuentes del Ministerio de Sanidad, son de 412.553 casos contagiados, 28.925 fallecidos y 150.000 casos recuperados.