El tabaco es el primer factor de riesgo prevenible de muerte e invalidez y una de las mayores amenazas para la salud pública tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo. En los últimos años se ha visto una reducción en el consumo, aunque en las últimas encuestas se aprecia un aumento en edades jovenes.
La dependencia del tabaco se relaciona con factores neurobiológicos, genéticos, psicológicos y sociales. La nicotina es una sustancia psicoactiva que actúa a nivel central como estimulante, en contra de la creencia popular de ser ansiolítico o tranquilizante. También es la responsable de la dependencia física. Entre otros efectos de la nicotina encontramos aumento de la tensión arterial, de la frecuencia cardíaca y de la glucemia. Su consumo puede provocar diferentes patologías como una mayor incidencia de cánceres (pulmón, estómago, vejiga y riñon), así como problemas respiratorios o impotencia e infertilidad. Fumar produce mayor sequedad en la piel y secundariamente acelera la aparición de arrugas.
Una de las prioridades en sanidad es transmitir y sensibilizar a la población de los problemas causados por el uso del tabaco.
Un primer paso es reconocer que supone un problema y poder sopesar el querer dejarlo.
Valoración de dependencia a la nicotina
Para ver el grado de dependencia realizaremos un sencillo cuestionario:
TEST DE FAGERSTRÖM
1. ¿Cuánto tiempo tarda en fumarse el primer cigarrillo desde el momento que se despierta?
≤ 5 minutos = 3
6 a 30 minutos = 2
31 a 60 minutos = 1
más de 60 minutos = 0
2. ¿le resulta difícil mantenerse sin fumar en los lugares donde está prohibido?
Si = 1
No = O
3. ¿Qué cigarrillo le costaría más abandonar?
El primero del día = 1
Otros = 0
4. ¿Cuántos cigarrillos fuma al día?
Más de 30 = 3
21 a 30 = 2
11 a 20 = 1
10 o menos = 0
5. ¿Fuma con más frecuencia durante las primeras horas después de despertarse que durante el resto del día?
Sí = 1
No = 0
6. ¿Fuma si se encuentra enferm como para necesitar guardar cama durante la mayor parte del día?
Si = 1
No = 0
Sume todos los puntos obtenidos al responder cada pregunta.
Puede obtener entre 0 y 10 puntos. Su grado de adicción a la nicotina será mayor cuanto más alta sea la cifra obtenida.
Así, puntuaciones inferiores o iguales a 4 indican que tiene una adicción baja; si ha obtenido entre 5 y 6 puntos, su adicción es media; si el resultado es igual o superior a 7 puntos, usted tiene una alta dependencia.
Cómo dejar de fumar
Existen diferentes técnicas encaradas a conseguir dejar de fumar como las psicoeducativas o cognitivo-conductuales. En casos de mayor dependencia o abstiencia se puede incluir
un tratamiento farmacológico que ayude a controlar o reducir la aparición de recaídas del consumo de tabaco.
Los tratamientos farmacológicos de primera
línea para abordar el tabaquismo son la Terapia Sustitutiva de Nicotina (TSN), el bupropión y la vareniclina:
• La TSN (parches, chicles y comprimidos) es segura y eficaz. Las formas de presentación comercializadas actualmente de la TSN son varias: chicles, comprimidos, parches transdérmicos. La sustitución de la nicotina inhalada a través del humo del cigarrillo por nicotina administrada a través de otra vía es util para controlar la aparición de los síntomas de abstinencia. Las diferencias entre los diversos tipos de sustitutos de la nicotina están en la vía de administración, la duración y la rapidez de acción. Presenta algunas contraindicaciones relativas a determinadas situaciones médicas o a su uso durante el embarazo.
• El bupropión es un antidepresivo bien tolerado que refuerza el mantener el cese de tabaco. Es necesaria la valoración previa por un médico por ciertas contraindicaciones.
• La vareniclina es un fármaco que puede controlar el deseo de fumar y el síndrome de abstinencia pero de nuevo por ciertas contraindicaciones médicas debe estar prescrito por un médico.
La reducción del consumo del tabaco como paso previo a la cesación completa es una de las estrategias.
Todos los tratamientos farmacológicos están contraindicados en el embarazo.
Ahora llega el momento de la reflexión, sabemos que existe el problema y vamos a plantearnos dejar de fumar. Si los argumentos médicos no son suficientes, pruebe a contar cuánto dinero se ahorraría a la semana, al mes y al año, y cuántas cosas podría hacer con ese dinero.