Dispositivos de presión negativa V.A.C. en el manejo de heridas quirúrgicas complicadas


David Corbatón Gomollón, Alba Hernáez Arzoz, Laura Enguita Arnal, Marina Álvarez Cortés, Ana Aldaz Acín, Marta Fortún Belenguer, José Semper Pont y Silvia Miracle Huguet

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En los últimos años hemos visto un aumento de la incidencia de diabetes y obesidad en países desarrollados. Esto ha dado lugar a un incremento del número de pacientes con heridas quirúrgicas complejas de mala evolución. Con el objetivo de acelerar el proceso de cicatrización se pueden emplear agentes desbridantes, antimicrobianos, hidrogeles o terapias de presión negativa sobre el lecho de la herida. En este artículo nos centraremos en el empleo de la terapia de presión negativa V.A.C. (Vacuum Assisted Clousure).

El sistema V.A.C. promueve la curación de las heridas complicadas mediante el uso de presión negativa y succión controlada. Al aplicar presión negativa en el lecho de la herida se favorece la vascularización, el desbridamiento y se consigue acelerar la aparición de tejido de granulación. Al mismo tiempo, se consigue además evacuar el exudado de la herida controlando la posibilidad de sobreinfección bacteriana. Este sistema se compone de una esponja de poliuretano porosa o alcohol polivinílico que se conecta a una bomba de vacío y se fija con láminas protectoras adhesivas trasparentes alrededor de la herida. Los exudados de la herida son aspirados y acumulados en un depósito de recolección para desecharlos posteriormente.

¿Cómo preparar el sistema VAC?

  • En primer lugar, limpiar la herida y la piel que está alrededor de la herida. Retirar esfacelos y tejidos necróticos, dejar la superficie lo más cruenta posible.
  • La esponja de espuma se puede recortar de tal manera que permita su mejor aplicación sobre el sitio de la herida. Es importante comprobar que toda la superficie cruenta está tapada por esponja, pero sin comprimir en exceso para no colapsar los microporos de espuma.
  • Se colocan una o varias láminas adhesivas transparentes sobre la superficie para sellar la zona. Se sella también la piel alrededor de la esponja para ayudar a que ésta quede bien sujeta.
  • Se realiza un pequeño corte del tamaño de una moneda pequeña sobre la parte de la lámina adhesiva que queda encima de la espuma. Sobre ese pequeño orificio se coloca el tubo de succión conectado a la bomba de vacío.
  • Finalmente se enciende la bomba de vacío. Las presiones más empleadas están entre -110 y -125mmHg.
  • Las esponjas se suelen recambiar cada tres días. Si antes de que transcurra ese tiempo el depósito se llena de exudado se puede vaciar sin necesidad de recambiar toda la cura.

El problema más frecuente durante la preparación del V.A.C. es que el sistema detecte fuga de vacío. Casi siempre es debido a que hay algún punto donde las láminas adhesivas no están correctamente pegadas a piel (fácilmente detectables en la exploración) y se corrige tapando con más láminas esos puntos de fuga.

Ventajas del sistema VAC

Las ventajas del sistema V.A.C son: una mejora en el proceso de cicatrización, una menor frecuencia del cambio de apósitos, una mejor protección de la herida y la piel que la rodea y una menor estancia hospitalaria.

AUTORES

David Corbatón Gomollón. FEA Urología San Jorge Huesca

Alba Hernáez Arzoz. FEA Cirugía General San Jorge Huesca

Laura Enguita Arnal. FEA Urología San Jorge Huesca

Marina Álvarez Cortés. MIR Urología San Jorge Huesca

Ana Aldaz Acín. MIR Urología Miguel Servet Zaragoza

Marta Fortún Belenguer. MIR Urología San Jorge Huesca

José Semper Pont. MIR Urología San Jorge Huesca

Silvia Miracle Huguet. MIR Urología San Jorge Huesca