Hoy en día, con los tiempos que corren, el estrés es uno de los factores que más afectan a nuestra salud. Son numerosos los factores que relacionan el estrés psíquico con varios factores: el exceso o la falta de trabajo, cargas familiares, compaginar vida familiar y laboral, exámenes, pruebas competitivas…
Para aliviar este tipo de sufrimiento tan común, se ha hallado que el deporte es una de las armas más potentes para mantenerlo a raya.
El deporte actúa a dos niveles
Acción psicológica: sobre nuestra cabeza, la práctica de actividades físicas o deportivas, producen una distracción de los eventos estresantes al concentrarnos en otro tipo de cuestiones asociadas al deporte, lo cual sin duda ayuda a reducir el nivel de estrés en el organismo. Es decir, despejan nuestra cabeza de preocupaciones.
Acción fisiológica: la práctica de actividades físicas y deportivas conllevan una mayor liberación de endorfinas por parte del cerebro, la hipófisis y otros tejidos, lo cual se traduce en estado de euforia y mayor sensación de bienestar así como disminución de la sensación de dolor. Además, esta acción dura varias horas tras la práctica de ejercicio.
Para obtener estos beneficios, no basta con hacer deporte un día aislado o de forma puntual. El mayor beneficio se obtendría con un ejercicio practicado de forma regular, de forma lo más frecuente posible (mejor todos los días siempre que sea de intensidad moderada) y con continuidad.
Beneficios de la práctica deportiva
1. Produce químicos de la felicidad.
El ejercicio favorece la liberación de endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de felicidad y euforia.
Los estudios han demostrado que incluso pueden aliviar síntomas de una depresión.
2. Mejora la autoestima.
Verte mejor físicamente te hará sentir bien. El ejercicio continuo mejorará la imagen de ti mismo y mejorara tu autoestima, independientemente del peso, la edad o el sexo.
3. Mejora tus relaciones sociales.
A medida que la percepción de ti mismo y tu salud emocional mejoran, tus relaciones sociales también pueden mejorar. Debido a tu aumento de autoconfianza tendrás más posibilidades de llegar a los demás, y si realizas deporte en grupo, es de esperar que conozcas gente nueva.
4. Alivia la ansiedad.
Los neurotransmisores liberados durante y después de practicar ejercicio pueden ayudar a la gente que sufre ansiedad a calmarse.
5. Previene el deterioro cognitivo.
A medida que nos hacemos mayores se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Realizando actividad física principalmente entre los 25 y los 45 años se consigue aumentar las sustancias químicas del cerebro que previenen la degeneración de las neuronas del hipocampo.
6. Mejora tu memoria.
Practicar ejercicio regularmente mejora tu memoria, pues incrementa la producción de células del hipocampo que son responsables de la memoria y el aprendizaje.
7. Aumenta tu capacidad cerebral.
Al hacer ejercicio tu cerebro produce más neuronas y más conexiones entre ellas, fenómeno que se conoce como neurogénesis. Por lo tanto, tu cerebro ganará forma y aumentará su capacidad de aprendizaje.
8. Te ayuda a ser más productivo.
Una investigación de Schwarz y Hasson (2011) concluyó que los trabajadores que practican ejercicio o deporte regularmente son más productivos y tienen más energía que sus compañeros sedentarios.
9. Ayuda a controlar la adicción.
El cerebro libera dopamina (el neurotransmisor de la recompensa) en respuesta a un estímulo placentero. Desafortunadamente, hay gente que se vuelve adicta a las sustancias que producen su liberación. La práctica de ejercicio puede ayudar en la recuperación del adicto, pues postergan el ansia del adicto.
Con todos estos datos no debería quedarnos ninguna duda para poner en marcha alguna actividad deportiva, ¿a qué esperas?.