El síndrome postvacacional, se puede definir como el estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones y de ocio con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento.
Este síndrome hace referencia a un estado de malestar genérico, con síntomas tanto psíquicos como físicos, afectando principalmente a personas jóvenes, menores de 45 años. También estos síntomas pueden aparecer en niños ocasionados por la vuelta al colegio, después de las largas vacaciones de verano, aunque en ellos es menos frecuente sobre todo si el niño se encuentra a gusto en el colegio.
Durante el periodo de vacaciones, mucha gente aprovecha para relajarse, para ir a la playa, escaparse a la montaña alejado del mundanal ruido, o hacer el viaje de sus sueños a la otra punta de la tierra. Sin embargo, cuando volvemos de nuevo a la rutina, seguro que muchos de vosotros sufriréis el citado “síndrome post-vacacional”, una afección que sufren más del 60% de los españoles que vuelven a casa tras el verano.
Los síntomas a nivel físico se pueden presentar en forma de cansancio, fatiga, falta de apetito, sueño, dificultad para la concentración e incluso se puede llegar a tener «molestias estomacales o musculares». Además, a nivel psicológico se puede apreciar una conducta de «falta de interés, irritación, nerviosismo, tristeza o falta de motivación», añade.
Y ahí va la pregunta del millón….
¿Formas tú parte de este tanto por ciento y por tanto quieres que la vuelta al trabajo sea lo menos traumática posible? Pues entonces presta atención a los siguientes consejos que te mostramos a continuación. Seguro que así vuelves con energía mucho más positiva.
1. Vete acostumbrado a los horarios.En verano, siempre tendemos a levantarnos cuando nos place, y cuando volvemos tan repentinamente al trabajo, nos cuesta un mundo madrugar. Por ello, se antoja importante que una semana antes de volver a la rutina, acostumbres a tu cuerpo a levantarte un poco antes de lo normal. Un día sal de la cama 1 hora antes de lo habitual, al día siguiente 2 horas… y así sucesivamente. Seguro que de esta forma te será mucho más fácil levantarte cuando sea necesario.
2. Que hayas vuelto a la rutina no implica que tengas que caer hasta el fondo en ella; me explico; cuando retomamos nuestros respectivos quehaceres profesionales, se tiende siempre a caer a la rutina. Se coge siempre la misma ruta, se habla con la misma gente, se come en los mismos sitios… Esto provoca cierto sentimiento de tristeza que hace que echemos de menos nuestras vacaciones. Para evitar esto, no estaría de más que hicieses cosas fuera de lo normal como apuntarse a nuevos deportes, hacerte con nuevos hobbies, y por supuesto, darte una pequeña escapada durante el fin de semana, no solo hay que viajar en vacaciones, lo pequeños viajes de fin semana están llenos de posibilidades.
3. Pensamiento en positivo. Como es normal, justo antes de volver al trabajo, no paramos de pensar en “todo lo que se nos viene encima”. Reuniones, discusiones con el jefe, horarios estrictos… Todo esto hace que surja un estrés añadido. Ante esto, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte y sosegarte. Que lo vivas con ansiedad no va a hacer que vaya a ser mejor, simplemente será igual que como lo dejaste. Es también importante que te organices con todo lo que tengas que hacer antes de volver al trabajo. Así evitarás agobios que lo único que harán es desconcentrarte.
4. No dejes de hacer las cosas que hacías en las vacaciones. Hay cosas que solo solemos hacer cuando estamos de vacaciones, como por ejemplo ir a la piscina, pasear por la playa, o ir de compras para después tomarnos un helado con un amigo. ¿Por qué no haces también esto cuando vuelvas a la rutina? De esta forma la vuelta a tus obligaciones no será tan traumática y estresante. Y es que gracias a estos pequeños placeres, conseguirás una pizca de felicidad. Además, así también conseguirás relajarte y desconectar un poco de todo lo que te rodea.
Es importante acostumbrarse a ciertos hábitos unos días antes de volver al trabajo. Seguro que si los ponéis en práctica, volveréis a la rutina diaria con las pilas bien cargadas y con ganas de comeros el mundo.
«Es necesario ver el trabajo como algo positivo, y saber que nos podemos ir de vacaciones gracias a que tenemos un trabajo».