Enfermedad venosa crónica y la aparición de la úlcera venosa


Ana Mateo Abad, Elisa García Simón, Ana Sangüesa Lacruz, Marta González Eizaguirre, Carmen Oquendo Marmaneu, Miguel Sánchez Ortíz y Alberto López Lasheras

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La enfermedad venosa crónica constituye una de las enfermedades más prevalentes, al menos una cuarta parte de la población adulta presenta en mayor o menor grado, algún síntoma de enfermedad venosa en las extremidades inferiores.

Los síntomas principales se presentan con gran variabilidad clínica individual, pero de forma general se incluyen los siguientes: dolor, pesadez, piernas cansadas, calambres, prurito, sensación de calor. Entre los signos se incluyen las telangiectasias, venas reticulares, venas varicosas, el edema, alteraciones cutáneas y alteraciones morfológicas

¿Por qué aparece la enfermedad venosa? Fisiopatología

La presencia de obstrucciones venosas, insuficiencia valvular, alteraciones primarias de la pared venosa y/o fallos de la bomba muscular de la pantorrilla impiden un adecuado retorno de la sangre provocando la conocida hipertensión venosa. La hipertensión venosa se traduce en una hipertensión a nivel capilar que debido a la extrema presión provoca la salida de líquido al espacio extravascular causando edema e infamación en los miembros inferiores.

Vena sana

Vena dañada

Clasificación

La clasificación CEAP para la enfermedad venosa crónica, se creó para ordenar de forma generalizada los trastornos venosos. Las siglas CEAP hacen referencia los siguientes términos: C Clínica, E Etiológica, A Anatómica y P Fisiopatológica.
Con respecto a la clínica (C), la usamos frecuentemente de forma aislada con la siguiente subclasificación:

C0: Ausencia de signos visibles o palpables.
C1: Telangiectasias (venas de >1mm de tamaño), venas reticulares (1-3 mm de diámetro).
C2: Venas varicosas (>3mm). C2r si se trata de varices recurrentes.
C3: Edema.
C4: Alteraciones cutáneas secundarias:
-C4a: pigmentación, eccema, o ambos.
-C4b: lipodermatoesclerosis, atrofia blanca, o ambos.
-C4c: presencia de corona flebectásica.
C5: Úlcera cicatrizada.
C6: Úlcera abierta (frecuentemente en zona del tobillo). C6r cuando se ulcera recurrente.

Por lo tanto, según la clasificación anterior la úlcera venosa se considera el estadio más avanzado (C6) de la insuficiencia venosa crónica.

¿Qué es la úlcera venosa?

Por definición la úlcera venosa se trata de una lesión con pérdida de sustancia, que asienta sobre la piel dañada por una dermatitis secundaria a una hipertensión venosa producida por el reflujo y la obstrucción de las venas, lesionando así el endotelio capilar.

Uno de los motivos mas frecuentes de consulta en atención primaria debido a la enfermedad venosa crónica es el tratamiento de la ulcera venosa. De las úlceras presentes en las extremidades inferiores son las mas prevalentes, representan de un 75% a un 80% del total. Con respecto a la población en general tiene una prevalencia de un 1% que se eleva a un 1.3% en los mayores de 70 años.
El tiempo medio de cicatrización se encuentra en torno a los 200 días, por lo que esta patología consume una importante cantidad de recursos y costes elevados para el sistema sanitario, además requiere de mucha constancia en el seguimiento y una buena adherencia al tratamiento. Se trata de una patología que provoca gran impacto psicológico y social para los pacientes disminuyendo su calidad de vida. El índice de recidivas se considera extremadamente elevado, en torno a un 70% por lo que la prevención desde estadios iniciales para evitar el avance, resulta fundamental.
Con respecto a la identificación de la ulcera venosa es muy importante cerciorarnos de su verdadera etiología antes de la aplicación de su tratamiento. Teniendo en cuenta que a aparte de los cuidados locales de la herida (limpieza, desinfección, desbridamiento si precisa y tratamiento tópico) deberemos tratar basándonos en su etiología. De forma general se detalla que la causa primera de la aparición de una ulcera venosa es la hipertensión venosa así que según la evidencia científica disponible la terapia compresiva con vendaje multicapa debe ser la primera opción de elección para el tratamiento de las úlceras venosas.

AUTORES

Ana Mateo Abad. Enfermera especialista en Geriatría.
Elisa García Simón y Ana Sangüesa Lacruz. Residentes de Enfermería Geriátrica.
Marta González Eizaguirre. FEA Geriatría.
Carmen Oquendo Marmaneu, Miguel Sánchez Ortíz y Alberto López Lasheras. Residentes Medicina Geriatría.
Hospital San José de Teruel.