La escarlatina es una enfermedad exantemática típica de la infancia que produce un cuadro característico de faringoamigdalitis y exantema.
La causa es una bacteria llamada streptococo betahemolítico del grupo A y el exantema es debido a una toxina que produce esa bacteria.
Se trasmite principalmente por las microgotas de saliva, aunque se han documentado casos de trasmisión por alimentos y fómites.
Síntomas
• Fiebre de comienzo súbito, con pico máximo a los 2-3 días.
• Lengua aframbuesada por engrosamiento de las papilas
• El exantema aparece a las 12-48 horas de iniciarse el cuadro, comienza en la base del cuello, y luego se extiende a tronco y extremidades.
Es una erupción difusa, eritematosa (coloración rojo intensa que desaparece con la presión), áspera al tacto (“piel de gallina”). El exantema es más intenso en las zonas de pliegues.
• Otros síntomas que pueden aparecer son vómitos, dolor de cabeza, dolor abdominal, escalofríos, falta de apetito y decaimiento.
Diagnóstico
Su diagnóstico es fundamentalmente clínico, aunque normalmente se confirma realizando un cultivo de exudado faringoamigdalar o test rápido de detección de antígeno estreptocócico.
Tratamiento
El tratamiento d elección es un antibiótico (habitualmente la penicilina o bien amoxicilina) durante 10 días. Además se pueden administrar antitérmicos o analgésicos para mejorar los síntomas como fiebre y dolor.
Prevención
• La alta contagiosidad y el hecho de ser los niños el núcleo del mantenimiento de la enfermedad, favorece la incidencia durante los meses del periodo escolar, donde el contacto es más frecuente y numeroso.
• Exclusión escolar hasta resolución de la fiebre al menos 1 día de tratamiento antibiótico.
• Prevención de la transmisión: lavado de manos del niño y cuidadores, no compartir utensilios de comida y toallas ( tiempo igual que en el punto anterior).
• Evitar el contacto cercano con personas con valvulopatías o inmunodeficiencias.