El concepto Fast Track en cirugía ortopédica hace referencia al protocolo de rápida recuperación postoperatoria tras cirugía protésica. Este protocolo nació hace más de 10 años y se ha ido implantando en los hospitales con el objetivo de favorecer una recuperación temprana del paciente operado y una reducción de la estancia hospitalaria.
¿En qué consiste el protocolo Fast Track?
El protocolo Fast Track promueve una movilización temprana del paciente operado de prótesis total de cadera o rodilla, comenzando con ejercicios sencillos tras el cese de la anestesia de la extremidad intervenida y estimulando la deambulación 24 horas después de la cirugía. Con esto se consigue que el paciente pueda realizar actividades básicas, como las transferencias de la cama al sillón, el aseo personal y la deambulación con muletas, permitiendo la autonomía y el alta hospitalaria 48 -72 horas tras la cirugía.
¿Qué se necesita para el protocolo Fast Track?
Para que pueda aplicarse el protocolo Fast Track es necesaria la colaboración de todos los sanitarios que intervienen en el proceso quirúrgico (traumatología, anestesia, medicina interna, rehabilitación, enfermería, auxiliares…) y del paciente que se somete a la intervención protésica.
¿Puedo estar incluido en el protocolo de rápida recuperación?
Para ser candidato al protocolo Fast Track es necesario cumplir algunos requisitos como buena situación basal antes de la cirugía o no padecer enfermedades importantes, y conocer las pautas a seguir tras la cirugía y colaborar con ellas: preparar antes de la cirugía el domicilio o residencia habitual para la recuperación e implicarse en la realización de los ejercicios y actividades propuestas tras la operación.
¿En qué puede beneficiarme el protocolo Fast Track?
Con este protocolo se consigue que el paciente tenga un buen control del dolor y sea independiente para realizar sus actividades diarias básicas, pudiéndose ir de alta del hospital 2 – 3 días después de la cirugía. Favorece la rápida deambulación, disminuye el riesgo de trombos y complicaciones asociadas a ingresos más largos, no se asocia a mayor riesgo de complicaciones postquirúrgicas y, además, se disminuyen los costes sanitarios. Se ha demostrado que los índices de satisfacción tras la cirugía son mayores que con el protocolo habitual, puesto que el paciente recupera antes su independencia.