La fascia es una estructura de sostén, derivada del mesodermo, formada por fibras conjuntivas, elásticas y células. Su recorrido es continuo, envolviendo todas las estructuras somáticas y viscerales, incluyendo las meninges, formando el tejido más extenso del cuerpo.
Conecta dichas estructuras de forma tridimensional, les brinda soporte determinando su configuración y participa directamente en el movimiento corporal debido a su función biomecánica. También interviene en la expansión de fibras nerviosas y vasos linfáticos, influye en el intercambio metabólico por su relación con el metabolismo del agua y comprende una función nutritiva, relacionada con la sangre y linfa. Podemos hablar de ella como un medio de transporte entre y a través de todos los sistemas del organismo.
El sistema fascial, por lo tanto, dota al cuerpo de una estructura funcional, proporcionándole un entorno que permite que todos los sistemas corporales operen de manera integrada. La presencia de restricciones en este sistema, ya sea por exceso de tensión o distensión del mismo, afectará a la función corporal.
¿Qué es la disfunción miofascial?
Las lesiones del sistema fascial se pueden producir por cuatro razones básicas:
– Traumatismo sobre el sistema fascial (lesión directa y consecuente proceso cicatrizal).
– Sobrecarga crónica o intermitente por mantenimiento de posturas o inmovilidad prolongada.
– Proceso de acidificación permanente que genera lesiones químicas sobre el sistema.
– Dolor y miedo a realizar ciertos movimientos que puedan provocarlo.
Todo ello generará una anomalía o carencia en la respuesta estabilizadora (disfunción miofascial) que, según este enfoque, se produce previamente a la aparición de la patología.
Tratamiento en fisioterapia
Las técnicas básicas de tratamiento del síndrome miofascial tendrán por lo tanto como objetivos:
• Eliminar las restricciones del sistema
• Reestablecer el equilibrio funcional del cuerpo
Se recomienda aplicarlas antes de la realización de movilizaciones articulares, técnicas de estiramiento, técnicas de reeducación neuromuscular o de corrección postural. Así como, complementarlas con ejercicio terapéutico.
La aplicación de estas técnicas por parte del fisioterapeuta, se realiza en dos etapas:
1. Trabajo de planos superficiales a través de Técnicas de deslizamiento. (Deslizamiento en forma de ¨J¨, deslizamiento transverso, deslizamiento longitudinal)
2. Trabajo en planos más profundos con Técnicas sistémicas sostenidas. (Manos cruzadas, Técnicas telescópicas, Planos transversos)
Indicadas particularmente en lesiones del aparato locomotor, destacan por su efectividad en los tratamientos de:
• Algias Vertebrales
• Disfunciones de origen tendinoso
• Hombro doloroso
• Fibromialgia
• Tratamientos de recuperación postquirúrgica
• Cefaleas de origen mecánico
• Fascitis plantar
• Cicatrices postraumáticas y post quirúrgicas
• Síndrome de salida torácica
• Disfunciones de la ATM
• Whiplash