Con motivo de la celebración del segundo Seminario de Humanización y Pastoral de la Salud: “El cuidado como respuesta a la necesidad”, vamos a publicar en varios números de ZONA HOSPITALARIA, tres entrevistas realizadas por D. José Ignacio Martín (Responsable del Servicio Religioso de los Hospitales y Delegado Pastoral de la Salud) a los doctores Juan Pedro Arbizu (Psicólogo clínico y Psicooncólogo del Hospital de Navarra), Dra. Juana Mª Caballín (Médico Gerontólogo del Hospital San Juan de Dios) y el Dr. Jesús Mª Viguria (Médico y Jefe Clínico de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios).
Comenzamos con la entrevista realizada al Dr. Juan Pedro Arbizu que lleva muchos años trabajando en el campo de de los Cuidados Paliativos y con enfermos Oncológicos.
¿Nos podrías definir en pocas palabras qué son los Cuidados en este tipo de pacientes y en qué consiste la atención psicológica a los mismos?
La atención psicológica se centra en facilitar la mejor adaptación del enfermo a cada fase de su enfermedad. Hay pacientes que tienen más dificultades en el momento del diagnóstico, otros durante el tratamiento. Los enfermos son distintos y tienen estilos de afrontamiento diferentes. La mayor parte se manejan bien, pero hay muchas ocasiones en las que hay que enseñar o facilitar estrategias concretas para conseguir una mayor adaptación. Hay otro trabajo de contención emocional que también tienen que realizar el resto de profesionales sanitarios.
En tu trabajo diario como psicólogo con estos pacientes, pienso que es importante destacar dos características: Que el sujeto de los cuidados no sólo es el paciente sino también su familia o personas afectivas, y que la atención que se lleva a cabo, dado que deben considerarse aspectos diferentes, es esencialmente interdisciplinar. ¿Hasta que punto la importancia de la interdisciplinaridad forma parte de nuestra realidad sanitaria?
Es fundamental. Paulatinamente se está consiguiendo que este modelo cale en los servicios sanitarios y que redunde en una mejor atención a los enfermos. Los profesionales están cada vez más capacitados y dispuestos para atender al enfermo de manera integral. Esa es también nuestra labor, la de asesorar y orientar en aspectos emocionales y de autocuidado a los profesionales que están en contacto con los enfermos. La atención también debe realizarse a los familiares en una doble vía. En su atención emocional y en dar pautas de comunicación y relación con el enfermo.
La amenaza que representa para alguien la posibilidad de padecer dolores o enfermedades, puede ser tan profunda que llegue a igualar los efectos reales que éstos tendrían en su cuerpo. Sufrimiento, miedo, angustia, ansiedad y amenaza, son términos psicológicos que aparecen con profusión en el nuevo modelo médico. Es obvio, por tanto, que los psicólogos tenéis mucho que aportar a los equipos interdisciplinares, en la tarea común de mejorar no sólo la sintomatología del enfermo sino también su calidad de vida emocional y existencial. De acuerdo con esto, ¿Crees que en el ámbito sanitario habría que sustituir el denominado “modelo médico” por un nuevo modelo?
Como comentaba anteriormente, se está en ello. Toda enfermedad lleva consigo sufrimiento. Es labor de todos evitar el sufrimiento evitable. Pero también debemos trabajar por normalizar, integrar y acompañar el sufrimiento natural que conlleva el proceso de enfermedad. El miedo se puede disminuir. Aumentando el control sobre las situaciones y lo recursos del enfermo, reducimos la percepción de amenaza. Pero también hay un tipo de miedo inevitable, que más que ir contra él, es mejor integrarlo. Paradójicamente, probablemente también se reduzca.
Brevemente ¿Podrías concretarnos la influencia de los aspectos psicológicos en el proceso de morir?
El proceso de morir es una fase fundamental de nuestra existencia que conlleva muchos aspectos: espirituales, emocionales, familiares, físicos, sociales, económicos…Conseguir la mayor estabilidad y bienestar en todos los aspectos es fundamental. No dejar temas pendientes, la posibilidad de despedirse explicita o simbólicamente, la afectividad, la comunicación directa y sincera, son puntos en los que hay que estar especialmente atento.
Hay un nivel, que es el de la valoración de los síntomas psicológicos refractarios, la prevención precoz de la angustia, la detección temprana de duelos complicados, la evaluación de los estados de ánimo ansiosos o depresivos, ayudar a las personas a que mueran en paz y reconciliadas. Según esto, ¿Por qué a veces, hay tanta resistencia a reconocer en la estructura sanitaria, el papel del psicólogo en este tipo de asistencia o cuidados?
En las Unidades de Cuidados Paliativos está integrada la figura del psicólogo desde sus inicios. Son unidades integrales. En el resto de servicios sanitarios cada vez se contempla más la atención psicológica. Yo llevo 16 años prestando atención psicológica en el Servicio de Oncología del Hospital de Navarra. Es un servicio pionero, pero ya en los últimos años está aumentando considerablemente el número de Servicios con está atención. En todos los planes de Oncología se contemplan programas de atención psicológica. También quiero insistir en que hay una parte de atención emocional que la pueden y la deben dar el resto de profesionales sanitarios. Y así lo hacen.