Impacto de la diabetes tipo I en el niño y familia


Adriana Martínez Sarría. Enfermera. Hospital Reina Sofía. Tudela

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¿Qué es la diabetes mellitus tipo I?

La diabetes mellitus tipo 1 se caracteriza por una producción deficiente o nula de insulina. La insulina, es la hormona encargada de mover el azúcar de la sangre a las células. Sin insulina, o sin la suficiente, estos pacientes presentan niveles altos de azúcar en la circulación que el cuerpo no es capaz de gestionar y por los que se producen los síntomas típicos de la diabetes: tener mucha sed, sentirse hambriento, pérdida de peso, estar cansado de forma frecuente…

En un primer momento, cabe la posibilidad de quedar ingresado para ajustar los niveles de azúcar pero el tratamiento definitivo que deberán llevar a cabo las personas con diabetes tipo 1 será la administración diaria de insulina, que comunmente se inyectarán ellos mismos debajo de la piel.
Es muy importante destacar que la diabetes tipo I, se diagnostica muy frecuentemente en pacientes de corta edad, es decir, en niños o adolescentes.

¿Cómo afecta este diagnóstico a los niños /adolescentes?

Los niños o adolescentes que son diagnosticados de esta enfermedad sufren en un primer momento un fuerte impacto, shock o incluso trauma. Además, con el paso del tiempo, son frecuentes las dificultades sociales para relacionarse con sus iguales en su día a día lo que a su vez, les genera estrés. Estos niños/ adolescentes presentan mayor riesgo de ansiedad, depresión, trastornos de alimentación y otros trastornos psiquiátricos que los presentados por el resto de la población de su misma edad.

¿Cómo afecta a las madres y a la situación familiar?

Las familias enteras se ven afectadas por esta nueva situación, pero cabe destacar que la figura materna resulta, sin duda, una de las grandes perjudicadas. Las madres de estos pacientes presentan a menudo una elevada responsabilidad y carga de trabajo derivada del cuidado de estos niños. Estas madres refieren a menudo imposibilidad para desconectar del cuidado de sus hijos, dificultades en el trabajo, y también para el descanso nocturno, lo que se deriva en consecuencias negativas no sólo a nivel mental sino también físico.
Los hermanos de estos pacientes pueden presentar celos y preocupación por el desenlace de la enfermedad.
Cabe destacar que la vida familiar de estos pacientes puede volverse monótona y restrictiva.

Conclusión

El potencial impacto en la calidad de vida que conlleva el diagnóstico de esta enfermedad en este grupo poblacional y en aquellos que les rodean es evidente. Es por ello que desde el mismo momento del diagnóstico se debe trabajar en la prevención de problemas asociados y prestar atención a la presentación de estos posibles cambios realizando valoraciones de enfermería completas y continuas.