La incontinencia urinaria (IU) es un síntoma común que se presenta en diferentes enfermedades, afectando a todos los grupos de población, edades y a ambos sexos.
Sin embargo, existen determinados factores que pueden favorecer que aparezca y empeorarla. En el siguiente estudio se evaluaron a 8.146 personas mayores de 60 años (rango de edad de entre 60-94 años) y se objetivó una prevalencia de incontinencia urinaria y era mayor para las mujeres (15%) que para los hombres (11,6%) y además se valoró que también influye la edad, el peso el índice de masa corporal y la actividad física sobre el desarrollo de la incontinencia urinaria.
Diferencias hombre-mujer
La influencia del índice de masa corporal (IMC) sobre el desarrollo de IU es 3 veces mayor en mujeres que en hombres. La base fisiológica radica en el aumento crónico de la presión intraabdominal, que altera el control motor del suelo pélvico y lo hace ineficiente, lo que permite que la orina se escape.
Esas diferencias entre los participantes sanos y con IU fueron estadísticamente significativas para las 3 variables (edad, peso e IMC) en el total de la muestra y en el análisis específico de las mujeres.
Sin embargo, en el estudio específico de los hombres solo la edad fue significativamente diferente entre el grupo sano y con IU.
Es decir, teniendo en cuenta los resultados obtenidos, se puede afirmar que la prevalencia de la IU es distinta en ambos sexos y, aunque con características en común, los hábitos de actividad física no influyen de la misma manera en ellos.
Sedentarismo
El grupo de pacientes con IU muestra hábitos más sedentarios en comparación con los participantes sanos por lo que el sedentarismo predispone a las personas mayores a desarrollar IU.
Esa diferencia en los hábitos de actividad física es todavía mayor cuando se compara el grupo de mujeres con IU y el grupo de mujeres sanas.
La recomendación de la OMS de caminar 150 min a la semana, aunque no es estadísticamente significativa, si objetivó que en aquellos pacientes que lo realizaban la prevalencia de IU desciende del 17% al 10%.
A partir de los 80 años y, sobre todo, alcanzados los 90 años, el efecto de la actividad física sobre la prevalencia de IU es casi nulo.
En conclusión, la práctica de ejercicio físico es un factor preventivo y de tratamiento de la IU por su efecto fortalecedor de la faja abdominal y del suelo pélvico. Dentro del ejercicio físico, la realización de actividad física diaria es la única que diferencio en el grupo de mujeres y la que mayor influencia negativa tiene sobre el desarrollo de IU.