La microgimnasia


María Guasch Sors. Fisioterapeuta Col.nº 1132. Centro de Rehabilitación de Castejón de Sos

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La microgimnasia (MCG) es un método terapéutico englobado en el sistema ARC (Analítico Restaurador Corporal). Con la MCG se experimenta con el cuerpo de una forma consciente. Mediante posturas muy estudiadas, en las que se realizan micromovimientos sencillos se dirige la atención hacia el interior, con una respiración adecuada –siempre favoreciendo la expiración, momento en el cual se pueden soltar los músculos contraídos-, la persona practicante de la MCG investiga el funcionamiento del aparato locomotor.

La práctica de esta terapia proporciona la flexibilidad y el tono adecuados a las diferentes estructuras musculares y articulares gracias a que tiene en cuenta el funcionamiento solidario de las cadenas musculares rígidas y acortadas. El origen de la mayoría de patologías relacionadas con el aparato locomotor radican en el exceso de rigidez de la musculatura posterior del cuerpo, llamada CADENA MUSCULAR POSTERIOR, se trata de un conjunto de diversas capas musculares que recorren el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, que trabaja en forma de red o cadena solidaria como una UNIDAD.

Hábitos posturales beneficiosos

La MCG nos ofrece la posibilidad de revisar los hábitos posturales y de movimiento que realizamos diariamente y aprender a rechazar los que nos son perjudiciales para sustituirlos por otros que sean beneficiosos.
La finalidad es devolver al organismo la ARMONIA original para sentirse cómodo y saludable en el VIVIR de cada día.
Sabemos por la experiencia de muchos años, que en cualquier persona todos los traumas físicos, pero sobre todo los EMOCIONALES que haya vivido a lo largo de toda su vida, deforman las estructuras y la forma de su cuerpo, principalmente a nivel muscular.
La MCG al ser un trabajo que se realiza de forma consciente, permite entrar en contacto con las sensaciones para poder resolver conflictos, que de otra forma quedarían escondidos de por vida, aflorando en forma de patologías diversas.
“En el caso concreto de la fibromialgia ha quedado demostrado, después de numerosos estudios, como detonantes muy frecuentes tanto las operaciones quirúrgicas, como la pérdida de un ser querido o un duelo largo (aunque nunca se puedan contemplar como causas únicas).
Tanto el médico como el terapeuta, deben tener en cuenta, no sólo las dolencias corporales de su paciente, sino el entorno en el que vive y todas sus vivencias desde el principio de su vida. Si no es así, la curación de la persona o será muy limitada o estará condenada al fracaso.
Cualquier edad es apta para empezar la práctica/vivencia de la MCG, pues mientras el cuerpo esté vivo, es posible la mejora o incluso la curación” (Dra. Roser Munné Codorniu. Directora del Centre de Correcció y Condicionament Fisic de Barcelona).
Dejar de pensar y pasar a sentir
Tal como explica la Dra. Munné, la MCG consiste en trabajar el cuerpo de una forma consciente. La persona deja de pensar y pasa a sentir.
Esto se hace mediante posturas muy concretas, que intentan mantener siempre la simetría corporal y evitar las compensaciones que el cuerpo efectúa para protegerse del dolor y por incapacidad para estirar determinado músculo.
La respiración también desempeña un importante papel durante toda la sesión, se pone mucho énfasis a la hora de sacar el aire, puesto que, cuando exhalamos largamente, conseguimos soltar la musculatura.

Posturas para el trabajo microgimnástico

El trabajo microgimnástico puede realizarse partiendo de cuatro posturas, que son las más respetuosas con la anatomía corporal: estirados boca arriba con las piernas flexionadas, de pie, en posición fetal, o sentados en el suelo.
Los movimientos siempre son pequeños, lentos y sencillos, de modo que desaparece el riesgo de lesión y se accede a la musculatura profunda, la más cercana al hueso y la que más tensión acumula.
En la MCG se trata el cuerpo con mucho cariño. La gente se siente arropada y segura, algo fundamental en la fibromialgia.

Beneficios a todos los niveles

Hay que pensar que el componente de dolor en estas personas es tan exagerado y constante que les imposibilita llevar una vida normal, lo que puede derivar en ansiedad, depresión…
A través de un trabajo corporal adecuado, se obtienen beneficios a todos los niveles, también en el estado de ánimo. Cuando la persona con fibromialgia empieza a comprobar que puede moverse mejor y hacer cosas que antes le resultaban imposibles, le cambia hasta el humor y, poco a poco, adopta hábitos posturales más saludables, “la mejora es lenta, gradual y muy efectiva, si bien el riesgo de que aparezcan crisis de dolor sigue estando ahí. Eso sí, las crisis no vuelven a ser tan fuertes como antes” recalca la Dra. Munné.

¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia no es una enfermedad de moda. Estudios recientes demuestran la existencia de un desorden bioquímico, y estas substancias afectan a todo el organismo, tanto a nivel muscular, como a nivel sistémico. Las causas de este desorden pueden ser muchas y muy diferentes.
“En varias ocasiones he tenido la oportunidad de reunirme con las componentes de una asociación de fibromialgia. En el curso de la conversación constaté, que una gran mayoría de ellas no querían cambiar sus hábitos y costumbres. Siendo personas permanentemente atormentadas por el dolor y la falta de movilidad, estaban inmersas en la paradoja de “quiero pero no”.
Hacían muchas cosas para mejorar, aparte de sus obligaciones profesionales y domésticas. En cambio descuidaban o no sabían una serie de pequeñas acciones corporales en el dormir, en el deambular, en el sentarse, en el calzado, en tocarse el cuerpo, etc.
También pude corroborar que sus cuerpos estaban adueñados por una extensa rigidez muscular. Los tejidos musculares habían perdido su elasticidad y no había correspondencia miofascial.
Sabemos que todo el cuerpo sometido a la rigidez y acortamiento de las cadenas musculares, pierde eficacia de todos sus sistemas vitales, el cuerpo humano está gobernado por una cadena muscular principal y varias cadenas solidarias. La alteración siempre es global, por lo que también incide en el comportamiento de la persona –rigidez mental y rigidez de corazón y emocional-.
El endurecimiento y acortamiento muscular no viene sólo de los esfuerzos físicos. Inicialmente siempre hay unos sucesos emocionales negativos.
Es imprescindible devolver a todo el cuerpo la elasticidad y el tono natural del tejido conjuntivo que cubre los huesos, músculos, tendones, órganos, etc.

El premio es muy abundante: se va más ligero-a, desaparece el dolor de espalda y de las articulaciones, desaparecen las tensiones, se está más calmado-a, se tiene alegría y retornan las perdidas ganas de vivir.
En estas condiciones los sentidos quedan completamente alerta, la mente atenta, concentrada y serena y el cuerpo elástico, flexible, fluido, suave, gracioso y económico por lo que refleja calma, serenidad, equilibrio y bienestar, y su contacto es agradable, cálido y amoroso”. (Antonio Munné, creador de la MCG).
Este método  debe ser impartido por un terapeuta especializado,  para enseñar respiración,  movimientos,  posturas correctas y tiempos,  y conseguir el objetivo correcto.
No debemos olvidar que son pacientes muy sensibles a cualquier gesto o movimiento. Según va el paciente adquiriendo los nuevos hábitos, puede ir trabajando en casa, pero siempre bajo el asesoramiento de un titulado en el sistema Arc.